¿Por qué tenías que entrar a mi vida? La culpa fue mía por pensar que eras diferente. -Espera, Astrid, fui una idiota. Debí suponer que esto pasaría, todo estaba muy bien hasta que apareció Alonso, y no para bien. No todos los romances tienen un final feliz como en un cuento de hadas, y cuando crees que todo va bien y las cosas están mejorando, pasa lo peor. Pasé por tantas cosas en tan poco tiempo... Todos hablan maravillas del amor, dicen que todo es genial, todas las parejas se ven felices, pero nadie nunca habla de lo triste que es, de la decepción, tristeza, rencor, odio, venganza, entre otras cosas. Pero aunque no busques enamorarte, lo haces, siempre en el momento menos esperado...
El repentino desastre de Astrid- Zahira
Moreno- 2022.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
Diseño de portada: Adriana Noemi Torres
Arreguin.
Viñetas de interior: Mina_IIGM
Formación del libro: Adriana Noemi Torres
Arreguín.
Se prohíbe la reproducción total o parcial de
esta obra sin permiso por escrito del autor.
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Porque todo lo bueno empieza con un poco
de miedo . ANONIMO.
Estoy durmiendo tranquilamente cuando
comienza a sonar la horrible alarma, ojalá tuviera poderes o un hada que hiciera que estuviera lista en tan solo segundos, pero como desafortunadamente esas cosas no existen, debo apresurarme o llegaré tarde al instituto.
Mientras me ducho canto una canción, pero
inmediatamente me doy cuenta que se me hace
tarde, será mejor que salga en este instante.
Ahora lo mismo de siempre: ¿qué me pondré? ¡Lo que faltaba! no hay nada que ponerme.
¡Ah! Por fin encuentro algo, me gusta la ropa
simple, es una de mis camisetas favoritas, mi madre dice que es espantosa, pero yo la amo y además esde mi banda favorita, The Beatles, amo su música y estoy obsesionada con ellos, con cada uno de ellos.
Lennon debe revolcarse en su tumba cada vez que pienso en él y diseño universos donde sigue vivo.
También encuentro uno de mis mejores pantalones, aunque de igual manera sé que no le gustan a mi
madre, ya que tiene roturas en las rodillas, y dice que parezco vagabundo.
Solo falta cepillarme el cabello y listo, me
coloco de frente al espejo y veo a una chica de 17 años con cabello largo y lacio, largas pestañas, me acerco y observo detalladamente mi nariz, es linda, la verdad me gusta demasiado, estoy conforme con mi reflejo y así no tengo que maquillarme, no me gusta la idea de demorarme horas en el espejo, es mucho tiempo perdido, tal como lo estoy haciendo
en estos momentos.
No creo que alcance a desayunar, pero mi
madre no piensa igual que yo, ella está cortando fruta.
-Hija ¿Qué haces?, desayuna rápido si no
llegarás tarde.
Ella me mira con un gesto de apuro. Siempre
tiene prisa, debe ser que, como enfermera, está ocupada todo el tiempo.
-Sí mamá, ya voy.
Tomo una manzana y me despido, voy
caminando hacia el Instituto, no está lejos de mi
casa, pero tampoco esta tan cerca.
Otro día más en el Instituto Washington, las
mismas caras, los mismos malos maestros, tareas y
más tareas, a veces es agotador.
Al llegar lo primero que veo es a mi mejor
amiga, corre a abrazarme y le correspondo. Ella es a la única que dejo que me abrace, no soy de
contacto físico, odio que otras personas invadan mi espacio, los peores abrazos son esos que casi te dejan sin respiración de lo fuerte que te aprietan, en fin, no dejo ni que me abracen en mi cumpleaños.
Ella se llama Fabiola y es la mejor amiga del
mundo, me apoya a pesar de todo, ha estado
conmigo desde que éramos pequeñas. Recuerdo cuando la conocí, estaba en el parque y me defendió de un niño que me pegó un chicle en el cabello, le dio un jalón de orejas tan fuerte, que de inmediato comenzó a llorar y desdé ese momento somos inseparables, estuvo cuando mis padres se separaron, fue mi único apoyo y de igual manera yo también he estado para ella. Somos muy distintas, ella es como el color rosa y yo el negro, o como el verano y el invierno, totalmente diferentes.
-Uy ¿te enteraste de que hay un chico
nuevo? - Dijo después de terminar el abrazo.
-¿Qué te pasa? ¿cómo sabes eso? -
Respondí con una sonrisa burlona.
- Ja, ja, ja, pues fui a la dirección y ahí
estaba él.
-Y eso es importante... ¿por? Lo único
extraño es que llegue a medio curso.
-Es importante porque es lindo.
-Claro porque en esta escuela nadie lo es.
-Respondo con sarcasmo descarado. Hay muchos
chicos lindos, aunque ninguno realmente llama mi atención.
-Él se ve distinto.
-Mejor vamos al salón que ya es muy tarde.
-Miro de reojo mi celular.
-Ojalá le toque en nuestra clase. -sigue
Fabiola, aunque habla más para sí misma que
conmigo.
Tus hormonas alborotadas como cada
lunes.
Finalmente llegamos al salón y ocupamos
nuestros lugares, Fabiola y yo, juntas como desde que éramos niñas y nuestras bancas incluso estaban forradas del mismo color en el jardín de
niños.
La maestra sonríe con un entusiasmo
extraño para alguien que ha dado el mismo curso por veinte años.
-¡Buenos días alumnos!, ¡vamos a
comenzar la clase! -La maestra parece ser la única emocionada, ya que por lo menos a mí no me gusta la clase de Historia, incluso prefiero las matemáticas.
Una vez le estaba pidiendo goma a Fabiola
y sólo por eso nos puso reporte, según ella
estábamos platicando.
Divago sin poner atención, y así hubiera
seguido si no fuera porque la puerta se abre y en ese momento, justo cuando estoy por quedarme
dormida entra, la directora.
Capítulo 1 El nuevo alumno
16/01/2023