La vida nos enseña que para triunfar, en ocasiones hay que caer y fracasar para asà levantarnos para empezar nuevamente, pero esta vez, con los conocimientos de lo ya no se debe hacer
Salà de la regadera y extendà la mano para alcanzar la toalla, una vez en mi mano, la envuelvo alrededor de mi cuerpo y me dirijo a la habitación; dejando un rastro evidente de gotas de agua mientras camino. Me detengo enfrente del espejo de cuerpo completo.
A ritmo calmado, me seco el cuerpo mientras me observo haciéndolo. Las gotas de agua cual diamantes, se veÃan tan hermosas sobre mi clara piel mientras se deslizaban lentamente hacia abajo. Detengo un momento mis acciones para observarme con más atención.
Sobre mis hombros se podÃan ver las pecas oscuras que destacaban sutilmente sobre mi piel lechosa, el color de mis ojos tampoco quedaban atrás, eran verde tiza, los amaba.
Espabilo de mi momento de admiración y voy al armario, saco de ella ropa interior y un vestido simple color beige que llega encima de las rodillas, una vez vestida suelto mi cabello color miel que se encontraba en un moño alto, evitando que se mojara cuando me estuve duchando.
Para terminar me pongo unas zapatillas negras que quedan bastante bien con el vestido. Tomo mi celular y la llave de la casa que se encontraban sobre la mesita de noche y las introduzco en mi cartera. Salgo de la habitación y dispuesta a irme, abandono el lugar luego de haber cerrado la puerta con llave.
Estábamos a finales de julio, Nueva York se encontraba en pleno verano y las personas usaban ropas menos abrigadas debido al clima cálido.
El complejo de apartamentos en donde residÃa se encontraba unos 20 minutos en autobús de la universidad, saque el teléfono del mi bolso para ver la hora; eran las 8:28 y mi primera clase empezaba a las 9:10, lo que significa que estarÃa allá alrededor de las 8:50 y tendrÃa unos minutos de sobra antes de ingresar al aula.
Regresé el teléfono donde estaba y continué caminado hasta llegar al ascensor, presioné el botón y luego de un momento se abrieron las puertas invitándome a pasar y asà mismo lo hice. Las puertas cerraron automáticamente, volvà a presionar el botón que llevaban al primer piso, la luces de los números de pisos descendÃa lentamente desde 4,3.. hasta llegar al piso 1.
Recorrà el camino hasta la parada de autobús y aguard a que arribara, no se hizo esperar mucho por qué después de unos minutos llegó.
Durante el trayendo hacia la universidad tomé asiento y me puse mis audÃfonos; escuchando música, 20 minutos pasan en un parpadeo.
Solo habÃan transcurrido cinco minutos desde que partió el autobús pero se habÃa detenido de repente, no podrÃa ser que llegáramos a mi destino en tan poco tiempo, eche un vistazo por la ventana y efectivamente no era el lugar en donde bajarÃa. No era la única confundida por lo que estaba sucediendo, los demás pasajeros desconcertados.
Por el comunicador el chofer informó que estarÃamos varados durante un tiempo por qué se habÃa dañado un neumático y no tenÃa ninguno de repuesto.
Me esta tomando el pelo el chofer? Es enserio? Por qué justo en este momento? Llegaré tarde a mi primera clase.
-jaja, qué broma de mal gusto me juega el destino.
Me baje del autobús dispuesta a recorrer el camino hacia la universidad con las dos piernas que Dios me otorgó, para algo han de servir, pensé suspirando.
Llamo a mi amiga Roxanna, esperando a que atienda al teléfono, luego de lo que pareció ser una eternidad, contesta.
-Oh, Laura, ya estás por llegar?
-Hola Roxy, podrÃas poner una excusa para mi ?Parece que no llegaré a tiempo.
-Qué sucedió? Estás bien? Preguntó Roxy con evidente preocupación.
-Nada grave, solo un imprevisto; nos vemos allá.
-Está bien, ya le digo a la maestra, no te preocupes, faltar una vez no te hará daño.
CapÃtulo 1 Imprevisto
04/02/2021