"Un Apocalipsis Zombie es un escenario particular de la ficción apocalÃptica, que habitualmente se produce dentro de un entorno de ficción o de terror. En un Apocalipsis zombie, se produce una invasión masiva de zombies, es decir cadáveres reanimados también conocidos como muertos vivientes" ¿Eres un aficionado o amante de la ficción y terror?, acá te regalo algo para tu entretenimiento. Una leyenda de un viejo señor que llamaban loco, se hizo realidad, los muertos despertaron y la humanidad se extinguirá, o eso parecÃa hasta que unos sobrevivientes harán lo posible para recuperar la civilización en un mundo sin sentido.
Verónica Rowell
En una ciudad no muy amplia llamada Aftil, caminando cerca del gran hospital, con un papel de despido en la mano, me rascaba la cabeza preguntándome cómo decirle a mi hermana que perdà mi trabajo y tenÃa una gran deuda con la renta.
Una chica no muy mayor salió de aquél edificio de establecimiento de asistencia médica y de la nada se desplomó en el suelo, todos se acercaron para ver si podÃan ayudar, pero de repente alguien cayó del edificio, del piso más alto de aquel lugar; como buenos curiosos ciudadanos nos acercamos para ayudar, algunos corrieron dentro para llamar médicos, haciendo que un chico de pelo azabache y con bata blanca corriera con rapidez hacia el incidente para tomar su pulso.
-Está muerto.- Dijo él, cabizbajo.
De todos modos sabÃamos que era imposible sobrevivir a una caÃda de tal altura.
Pero ¿qué veÃan mis ojos?, no tenÃa sentido, se habÃa levantado; sin apenas darnos cuenta se levantó como de una satisfactoria siesta y listo para su banquete mordió al doctor.
Todos como era de esperarse salieron corriendo, huÃan, pero,
¿De qué?
¿Eso de allà era un zombie?
¿Un muerto viviente?
Mi mente se enredó y volvió a la realidad cuando un pequeño niño corrÃa por su vida de aquella mujer del principio, tomé una pala del parque de al frente, suponiendo que en estos momentos no se consideraba robo, corrà con todas mis fuerzas hacia el pequeño y le pegué a esa cosa en la cara, según mi conocimiento por las pelÃculas de cine debo romperles la cabeza para que mueran o pegarles un tiro en la misma, le pegué por décima ves hasta que no se levantó más y fui hacia el niño.
Acabo de asesinar a alguien, esta chica, era una persona.
-¿Estás bien?- Le pregunté y él con lágrimas en sus ojos me miró y señaló su barriga; tenÃa una mordida, llegué tarde, mis piernas quedaron temblorosas y casi no podÃa moverme.
-Todo va a estar bien, ¿si? Todo va a estar bien.- Le dije acariciando su cabeza, lo cargué, se me acercó un infectado con deseos de arrancarme la piel y con todas las fuerzas posible con una sola mano le lancé la pala, corrà con el niño en brazos, en cualquier momento podrÃa convertirse y morderme, lo llevé al parque, lo dejé en un columpio y lo comencé a mecer, con mis lágrimas fuera lo dejé al ver que comenzó a gemir de dolor y fui hacia un auto que se encontraba frente a mÃ, casualmente con las llaves puestas.
La carretera estaba completamente llena de tráfico, el auto no era una opción y bajarme tampoco, pero debÃa llegar, debÃa llegar al colegio para recoger a mi hermana, no debÃa, tenÃa que llegar, el colegio estaba lejos del hospital, pero por como van las cosas esto no va a tardar mucho en hacerse grande.
Me bajé del auto y busqué rápidamente un transporte, ¡una moto!
Frente a mi cara habÃa una moto Rali modelo Caribe ll, fácil de manejar, las aceras aún estaban vacÃas todos pensaban dejar la ciudad en auto, asà que me monté en la milagrosa moto, la encendà y yendo por la acera lo más rápido que pude, esquivando todo casi le paso por encima a más de una persona consciente; veÃa como esas cosas mordÃan, arrancaban partes del cuerpo como si estuvieran despedazando el pavo de navidad.
-Llegué.- Soltaron mis labios jadeando nada más tocar el patio de la escuela.
-¿Hola, puedo ayudarte?- Me habla una maestra con voz calmada y manos cruzadas sin tener en mente de lo que hay allá afuera.
-SÃ, vengo a buscar a Gabriela por favor, Gabriela Rowell.- Dije respirando con dificultad y desesperadamente agitándole los hombros -¡Es una emergencia señora!
-Cálmese señorita por favor, en un momento ella está aquÃ.
La profesora caminó dentro, miré y de lejos, se veÃa como Aftil caÃa lentamente, policÃas, muertos ¿muertos vivos? Nada de lo que se veÃa tenÃa sentido para la realidad.
Salió mi hermana, con una sonrisa alzando la mano; su precioso cabello medio rojizo suelto y sus brillantes ojos color miel con aquel brillo especial.
-Vámonos.- Le dije y ella solo quitó su sonrisa poniendo su vista ahora opaca por encima de mi hombro; detrás de mà estaba uno de esos muertos vivientes comiendo vivo a uno de los compañeros de clase de Gaby.
Mi hermana soltó un grito que llamó la atención del colegio, niños gritando por aquà y por allá, fui con mi hermana la abracé fuerte y le dije: -Vamos a estar bien.- Ella asintió sin decir una palabra, la cargué en mis brazos, que pesada estaba, pero eso fue lo menos en lo que pensé en ese instante y me dirigà hacÃa la profesora.
-¡Dame las llaves del autobús!- tengo un breve conocimiento sobre ello y pienso aprovecharlo. La señora llorando asiente sin parar y me da las llaves con las manos temblando. -Súbete y sube algunos niños contigo.- Ella corre hacÃa niños que están lejos de aquellas tragedias, busca algo con que defenderse y se sube al autobús en nuestra espera.
Yo le digo a mi hermana que corra con la profesora y aprovechando que estamos en el patio de juegos le doy un bate y nos vamos de aquél terrible escenario.
-¿Qué está pasando?- Dice una pequeña niña de kinder apretando mi pierna en lo que yo conducÃa a toda velocidad por fuera de la carretera intentado salir de la ciudad.
-Todo va a estar bien.- Es lo que he dicho todo el dÃa, pero la pequeña se calmó y hasta sonrÃo, fue con la profesora y los demás, tomé la mano de mi hermana que estaba a mi lado de copiloto camino a un lugar seguro. Pero...
¿En este mundo hay un lugar seguro?
***
-¿Cuántos somos?- Se me ocurrió preguntar para romper el silencio.
-No muchos.- Contesta la profesora.
-¿Números?- cuestioné alargando el tema.
-Uno, tres, cinco, siete. Siete, somos siete contándonos a ti y a mi.
-Bien digan sus nombres y preséntense, como si fuera el primer dÃa de colegio.- Les hablé inspirando confianza.
-Me llamo Estela.- Dijo una niña, más o menos de once años, menor que mi hermana quizás, morena, con cabellos rojos y grandes ojos.
-Yo soy Daniel.- Se pone de pie un niño de la esquina con un inhalador en la mano, lentes y cabello oscuro, de la misma edad que Estela o más.
-Yo... Me llamo Bela.- La pequeña tÃmida, la que habÃa sonreÃdo con dulzura ante mi consuelo, ojos llamativos dorados como el oro y el cabello mejor cuidado que habÃa visto.
-Y mi nombre es Mike.- Chico guapo, seguramente el mayor de acá, el tÃpico que muere primero en las pelÃculas de terror; camisa de fútbol y sus cabellos con un rubio oscuro.
-Yo me llamo Gabriela- Agregó mi hermana.
-Bien mi nombre es Verónica ¿y el suyo profesora?
-Me llamo Karla.
-Ya que todos nos conocemos, ¿Alguno sabe de un lugar lejano que parezca seguro para esta situación?
-A unos kilómetros hay una base militar.- comentó Daniel.
-No creo que sea lo que buscamos.- Daniel bajó la cabeza como si no hubiera aportado nada importante. -Pero, podemos pasar por allÃ.- En su rostro mostró una sincera sonrisa y mi mirada volvió a la carretera.
-¿Cuánta gasolina queda?- Preguntó Karla.
-Está llena- Respondà y todos incluyéndome soltamos un suspiro.
-Yo...- Soltó Estela sin terminar.
-¿Tú qué?- cuestiona Mike apoyándose en el asiendo de al frente.
-Yo conozco un lugar.
-¿Y? Cuéntanos.- Agredió Mike a Estela.
-Tranquilos chicos, déjenla hablar.
-Mi papá es doctor fuera de la ciudad y después de la base militar está un hospital reforzado y justo a unas cuadras también hay un pequeño pueblo dónde verás un centro comercial, allà compré estos zapatos...
-SÃ, no nos cuentes tu vida.- Susurró Mike.
-Me alegra haberte escuchado, bien, manos a la obra, ¿tienen algo de comer?
-Todos aún tenemos nuestras loncheras.- resalta Gaby alzando su lonchera, todos siguieron su acción y levantaron las suyas.
-No coman nada, lo van a necesitar.- Les hablé mirando por el retrovisor.
-¿Esto es de lo que hablaba el loco de la ciudad?- pregunta la pequeña Bela.
-Supongo que, no estaba tan loco como todos creÃamos.- Todos me miraron con preocupación y bajaron la cabeza mirando el suelo.
Aceleré un poco, no mucho para no gastar tan rápido la gasolina y avanzamos, en silencio, no habÃa ni el ruido de una mosca, el único sonido que se percataba era el del viento, el viento soplando las hojas, golpeándolas con fuerza como si algo malo estuviera a punto de pasar.
Todos callados mi hermana se movió junto a Estela, Mike estaba solo en uno de los asientos delanteros y Daniel en los últimos en una esquina mirando por la ventana, la pequeña Bela abrazaba a Karla con ojos soñolientos.
Mientras que a tan solo unos minutos se encontraba nuestra primera parada.
CapÃtulo 1 Todo va a estar bien
29/09/2021
CapÃtulo 2 La vista desde aquà no es tan mala
30/09/2021
CapÃtulo 3 Esta es una situación rara para estar en un apocalipsis
01/10/2021
CapÃtulo 4 ¿Cómo se esparció tan rápido
02/10/2021
CapÃtulo 5 Es mi abuelo
03/10/2021
CapÃtulo 6 B-E-N-G-T-H
04/10/2021
CapÃtulo 7 Las risas cada vez más van aumentando
10/10/2021
CapÃtulo 8 Todo comenzó en Aftil
11/10/2021
CapÃtulo 9 Un refugio en la montaña
13/10/2021
CapÃtulo 10 Sobrevive o muere
13/10/2021
CapÃtulo 11 ¿Una liga de pelo
26/10/2021
CapÃtulo 12 Siempre termino salvándote el pellejo
27/10/2021
CapÃtulo 13 No lo hagas
28/10/2021
CapÃtulo 14 ¿Tú lo mataste
29/10/2021
CapÃtulo 15 Asegurémonos de que sea seguro dormir
30/10/2021
CapÃtulo 16 Ese Señor es malo
27/04/2022
CapÃtulo 17 ¿Comen humanos
28/04/2022
CapÃtulo 18 Parece ser un rastreador
29/04/2022
CapÃtulo 19 ¿Acaso ves otra opción
30/04/2022
Otros libros de Wendolyn5568
Ver más