Borrador
Newham, Inglaterra. primero de septiembre del 2022.
La lluvia se hacía sentir ese día. Ha pasado un tiempo desde aquella pandemia que azotó al mundo. Aunque no ha sido erradicada, ahora estamos mejor... O al menos eso pensabamos.
Todo tiene un incio sin embargo esta es una historia de comienzo incierto... pero por ahora comenzaremos en un hogar de acogida muy humilde en él vivían tres niñas. Una de ellas resaltaba entre todas, pues llevaba una venda en los ojos y su pelo era plateado. Su nombre era Eleta, un nombre muy peculiar para una niña seguro tiene un significado pero aun no es momento de saberlo. También había dos niñas más, se llamaban Renata y Clara. Se encuentran reunidas en la mesa, en el frente se encuentra el dueño de la casa, a quien le llaman cariñosamente"padre", su nombre era Alfonso Gil.
- Bien, mis niñas, recen al Señor y empiecen la comida -dice Gil mientras dicen una oración de agradecimiento. La comida era muy sencilla, un huevo y ensaladas.
- ¿Padre, es cierto que van a venir a adoptarme? -pregunta Renata.
- Sí, mi niña, ya puedes alistarte -responde Gil.
Mientras comían, todos parecían contentos, menos Eleta. Algo la perturbaba, escuchaba voces tenebrosas todo el tiempo en su oído. Eleta no podía reaccionar a ellas, hace tiempo en el pasado algo muy malo sucedió al menos eso sentía aquella niña, esa es la razón del porqué usa la venda aunque ella no recuerde exactamente lo que paso, sabe que no debe reaccionar ante aquellos extraños espectros. La última vez que Eleta vio el mundo sin la venda fue hace diez años.
- Espero que seas muy feliz y no nos olvides - Eleta toca la cara de Renata para no olvidar su rostro, aunque ella había movido su venda para mirarle la cara a todos en su casa, era mejor que pensaran que era ciega explicar el porqué usa la venda seria muy confuso
- No las olvidaré - El llanto de Renata corre por sus mejillas mientras abraza a Eleta y Clara
Un tema curioso es que Renata acaba de cumplir los quince años, las anteriores niñas también se fueron a esa misma edad, las adoptaron. Eleta sintió algo extraño, pero tomó como si fueran casualidades. Eleta tenía una misión y era hacer dinero para el pobre hogar de acogida , carga que tomo ella misma, salía a mendigar por varios lugares para ayudar al Padre Gil.
En un pequeño callejón que daba vista a un fino restaurante en el cual se podía observar como la clientela de dicho lugar comía tranquilamente mientras observaban la lluvia" y aun así había una niña con paraguas negro, era joven, pero tenía un bello pelo plateado, se llamaba Eleta las personas decían que era teñido, la realidad es que ella nació en extrañas circunstancias, a lo mejor por su pelo fue que su mamá la abandono, pues no era común nacer así en algunas religiones se podría decir que es la hija del diablo, ella fue abandonada frente a un hogar de acogida. Lucia ropa vieja y algo sucia con un paraguas negro y un letrero que decía "ayuda". La rara niña de solo catorce años pedía limosna, pues sabía qué allí iban las personas con dinero, hecho el cual molestaba al dueño, por eso ella mantenía cierta distancia del local, ella usaba una venda en sus ojos para no ver las cosas que estaban a su alrededor. Sin embargo, ella los sentía a cada momento, espectros y criaturas sin nombre la rodeaban, ellos se sentían atraídos por ella, mientras ella no los mirara no ocurría nada.
- Esta niña huele bien, no sé por qué, pero no puedo dejar de mirarla, me gustaría verla llorar - sus voces eran frías y tenebrosas
Entonces siente pasos alguien se acerca a ella, por unos minutos la niña se siente extraña, pues las voces que nunca paraban, se callaron, desaparecieron repentinamente, se esfumaron como un pequeño aire que pasa por su oreja y deja esa sensación de que estuvo ahí. Los pasos le pertenecen a un hombre con un paraguas negro no se le ve la cara la lluvia era fuerte se le acerca y le echa una moneda
- Niña en esa moneda esta las respuesta que buscas y te aseguro que si lo decifras, sabras lo que es dormir por primera vez en tu vida - Dice aquel hombre misterioso con una tenue sonrisa
- ¿Disculpa como sabe que no duermo?- Eleta se sorprende mucho por las palabras del hombre -
- Con tanto Ruido no creo que nadie pudiera dormir - Dice aquel hombre vestido de negro delante de ella.
Al instante ella comprende que el hombre aquel podía verlos igual que ella, lo cual hace que su cara se muestre aún más sorprendida.
- Por Favor dígame como parar esto, se lo suplico, señor, yo solo deseo ver el mundo como los demás ¿Cuál es su nombre? - Eleta pregunta temerosa
- Mi nombre es lo de menos, pero puedes llamarme Sr. Espina ahora nos vemos falsa ciega - Se retira aquel hombre
El hombre camina y desaparece en la lluvia, ella queda tan sorprendida que no pudo ni moverse.