Aysel
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La Heredera
OSIRIS2775 SINOPSIS:
Esta es la historia de una niña huérfana adoptada por un matrimonio sin hijos, pero que tras la llegada de Aurora a sus vidas logran el milagro de concebir un hijo, tras cuyo nacimiento sus padres se olvidan de su otra hija, ya que solo es una niña adoptada.
Aurora es una joven dulce, que trata por todos los medios, ganarse el favor y la aprobación de sus padres y familia, más por algún motivo fuera de su comprensión no lo logra; su vida está llena de sinsabores y rechazos por parte de aquellos que ella considera su familia.
Esta es la historia de Alexeí Danko, un hombre duro que desde joven lo perdió todo pero también conquisto la sima del bajo mundo, llamado el Rey de la Bratva, es temido y respetado por todos.
Una trampa y un error hace hacen que la vida de los protagonistas se cruce, las diferencias son grandes, la primera no sabe qué hacer para alejarlo, el segundo está empeñado en tenerla a su lado.
El amor llega de forma misteriosa, sin saber cuándo ni cómo, ambos se enamoran pero las cosas no son fáciles para ninguno pues hay terceros empeñados en hacerles daño y separarlos.
Podrá el poder de Danko proteger a Aurora? Podrá Aurora sobrevivir al bajo mundo? estas y más preguntas serán respondidas a lo largo de esta historia.
Mi vecino, mi tormento
Miri Baustian Ellos eran vecinos, sus casas estaban pagadas.
Emanuel era engreído y hasta déspota en su manera de actuar, y le molestaba bastante que su vecinita prescindiera de su saludo y que con su hermano fuera pura simpatía.
Hasta que coincidieron una madrugada, a la salida de una discoteca y terminaron teniendo relaciones sexuales.
Al día siguiente él la humilló apenas la vio, es que estaba acompañado por su futura esposa y evitó problemas.
Solange sintió que el mundo se le venía abajo, la noche anterior le había entregado su virginidad y creyó que habían comenzado una relación.
Las consecuencias llegaron al mes siguiente, cuando a Solange le faltó la regla, ella, con odio hacia Emanuel, por las humillaciones recibidas, nunca confesó de quién era el bebé.
Sus padres estaban avergonzados de que su hija adolescente estuviera embarazada y la enviaron a Italia, con una tía que nunca pudo tener hijos.
La vida cambió para Solange, porque fue recibida con verdadero cariño.
Años después, al fallecer su tía, ella se convirtió en la dueña de un imperio económico.
Sus caminos se cruzaron nuevamente al tener negocios en común, en dónde ella tenía el poder.
La vida para Emanuel, en el plano personal, había cambiado, descubrió que su esposa lo había engañado, que el que creía su hijo, no lo era y que el interés de la mujer que tenía a su lado, era lo que regía su vida.
Sin embargo, él seguía siendo el arrogante como siempre.
La atracción que sentía por Solange era tan fuerte, que se convirtió en una obsesión, pero al no reconocerlo, solamente planeaba hacerla pasar malos ratos, desatando momentos desopilantes, porque Sol siempre lograba dar vuelta la situación y dejarlo mal parado.
Hasta que descubrió que tenían un hijo en común y dejó de lado su infantil comportamiento, dando paso a un amor pocas veces visto.
Juego de ambición
Katherine Petrova -¿Cuánto tiempo? -escupe Katherine, con los ojos llenos de odio.
-No importa -susurra Alexander, con el rostro tenso.
-Por supuesto que importa -Lya se pone de pie, con el labio partido temblando, el corazón desbocado, sin importarle que está desnuda-. Porque estoy embarazada.
El silencio cae como un trueno en la habitación, haciendo que el aire se vuelva más pesado.
Alexander la mira fijamente, frunciendo el ceño, incapaz de creerlo.
Katherine jadea, como si le hubieran arrancado el aire de los pulmones.
-¿Qué acabas de decir? -murmura él con un tono frío.
Lya coloca una mano temblorosa sobre su vientre. Era ahora o nunca.
-Voy a tener un hijo tuyo... y es un niño.
Katherine se queda inmóvil. Ella y Alexander nunca habían podido concebir. Y ahora, la otra mujer, la amante, le había dado lo único que siempre había deseado.
-No... eso no es posible -susurra Katherine, negando la realidad, relajándose visiblemente en los brazos de su esposo.
Pero la verdad está justo frente a ella, y el veneno en su mirada se vuelve letal.
-Si crees que te dejaré quedártelo... estás equivocada -la voz de Katherine es letal-. No tendrás nada.
Lya mira a Alexander, buscando algo... cualquier cosa... pero él solo aparta la mirada.
-Vístete y lárgate -fue lo único que dijo.