MUCHO MÁS QUE CANCIONES
. Con esa paz y alegría vuelve a cantar, y cada día con mayor éxito, de vez en cuando se permite, vagamente, imaginar cómo serían, cómo vivirían y dónde estarían sus otros hijos. Sabía que, por h
vi en estos,
revela: _ Maristela, una de las mujeres que le había hecho la inseminación, lo había buscado en la clínica de fecundación. Ella quería, ahora, que su hija tenía 6 años y ante la insistencia de su
poso, y debían guardar ese secreto. Acordaron que, primero, le harían análisis de sangre al niño, el objetivo sería, en caso de que fuera otro donante, que al menos este tuviera el mismo grupo sanguíneo y de esa manera, le sacarían el material, pero el propósito fue, eso sí, hacer un ADN
inicialmente estaba en contra y decide: _Voy a donar mi semen, será mi octavo hijo o hija, pero estos, ya sé quiénes son. A la semana siguiente, y al primer intento, se le informa a Maristela que el trámite fue exitoso. Solo le
o, ya que usted mismo pidió total discreción. Y diciendo adiós. Alencar rápidamente relaciona los hechos y concluye que el mensaje, la voz y la información escuchada eran de Maristela, llama a Riv
ades, y cuando recuerda que un miembro de su relación, en el pasado su nombre, Tenório, utilizando los servicios de un detective privado, inmediatamente entra en contacto y en la reunión en un restaurante, des