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Un baile para Franco

Capítulo 3 Despedida

Palabras:1502    |    Actualizado en: 10/02/2023

ri

as des

preparada para decirles adi

go hacer lo mismo con Kamila. Abuela Martha nos observa aguantan

me pregunta Kamila—. Prometiste que no

compraré los vestidos —respondo con una s

einte domingos. Esos son muchos domingos tata

on una hoja de la agenda telefónica de mi abuela. La llevo hasta las gemelas y dibujo un número veint

enudos bracitos y finalizan la celebrac

r el baño, en un ratico estaré esperando por las dos! —interru

ción a la habitación de la abuela, Kamila la sigue y las escucha

sillón frente a mi—. Habla conmigo mi niña, no soy tu madre, no se parece

an niños pequeños y son solo cincuen

poder sobre ti no te permitiría exponerte

es para mí, afirma que cuando llegu

Mari, ten mucho cuidado y cualquier

uedarán por mucho tiempo, pienso llevármelas luego. Si tengo que buscar tres trabajo

etido Luisa e

a que siempre ha sido

iene tu madre en la cabeza? Tienes veintitré

nciones. Desde la adolescencia me ha repetido día tras día lo infelices que somos aquí en Cuba, no ha perdido la oportunidad de demostrarme

curra seguir sus consejos! Tú eres una muchacha sencilla, humilde, y no puedes faltarte al respeto de ese modo —me aconseja en voz baja para que

ien debe hacer que mi madre entre en razón y no

ta noche me iré, y sé que no puedes viajar a

ndo por tí, hablaré con mi pastor y haremos una cadena de oración durante toda la noche, si las cosas se han dado de este modo, tan rápido

gruesas lágrimas y se apresura en limpiarlas. Me levanto del sofá y

os deseos de convertirme en una bailarina, ahora me toca a mi remendar los errores que cargaron a mi ma

, Dios te bendiga mija —susur

a y luego de una hora de viaje entre Freyre y mi pue

d mucho menos. Si hoy por hoy sigo tan pura como el agua, ha sido porque he querido conservarme con la estúpida idea de que regresaría con Kevin —a quien cons

es allí donde nos llevan al callo desde el c

*

ora y me agarra del brazo pa

e incorporo en un lugar

s un año y un joven que parece ser su esposo le besa la mejilla y luego de susu

a los peligros del mar; y por si fuera poco, cruzo miradas con una

rá unos minuticos —me tranquili

lmar el frío que desprende la humedad del mar. Mi cabello se desliza por mi rostro

marinaje—. En cuanto crucemos la línea les informaremos y a celebrar porque estaríamos en aguas internacionales —informa y qu

. Los oprimo con fuerza y comienzo a desplegar a las alturas repetidas

o de mis hermanitas hace eco en mi mente y reúno las fuerzas que necesi

a y pisaré tierras americanas. Compraré esos v

sesperación de no ver nada que no sea agua en las malditas cuatro direcciones comienza a

s después el conductor nos comunica que la líne

clama Carlos, el d

salen lágrimas de felicidad. Los demás comparten

ventaja de no ser atrapados por la guardia fronteriz

y todos dirigimos la vista al punto señalado. Lora me brinda sus

rica, voy

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