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Déjame con mi orgullo

Déjame con mi orgullo

Autor: guangyue
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Capítulo 1 LA FIESTA QUE LO COMENZÓ TODO

Palabras:7544    |    Actualizado en: 06/02/2023

por su primo, que supo por mi vecino, que hay una fiesta—terminó

írculo de chisme, pero sea lo que sea perdiste mi atención —comen

ue radicaba en el hecho de ir exclusivamente con Rose y no con otro de sus amigos. Rose era simpática, se hacía llamar a sí misma la mejor amiga de Ann, pero eso no evitaba

va a ser la mejor d

a exaltada

cabello mientras vomitabas los ositos de goma con vodka —cerró su casillero y comenz

El timbre de la escuela sonó, lo que claramente significaba que tendrían que separarse para ir a clases. Ann exhibía una mueca de fastidio, sabía que su siguiente tortura sería ir a la clase de «La Fósil», como era llamada por

iesta y necesitaba comenzar a socializar un poco más con las personas

edaba era, para su suerte, al lado de un chico con el cual compartía una que otra palabr

señorita cero a la izquierda —le g

ifica que no entienda esa expresión —rio

na persona, tanto así que incluso a Ann

campeonato? —habló el chico con tanta

a se encogió de hombros—. Ni siquiera sabía que el equipo de básq

por Los Halcones, deberías ir conmigo

no veía muchas posibilidades de que fuera gay y solo se estuviera imaginando las miradas que de vez en cuando le dedicaba. Era atractivo, sus ojos eran de un azul intenso, y su

una razón válida para ir —le dio un ligero golpe en el

no sabes mi nombre —afirmó para sí, creyend

iente atención. La morena le dedicó una media sonrisa, como de esas que el hombre del clima que veía cada mañana usaba para fingir que le agradaba su trabajo, y antes de sopesar en decirle que no era ningún tipo de broma de mal gusto, la profesora entró a clases y dejó caer el libro que tr

La alumna que «los vio primero» fue nada menos que Megan Benson, quien lanzó un chillido que alarmó a la secretaria de la directora, a los maestros, a los alumnos y al pequeño conserje: Willy. Después de eso, los rumores insólitos se esparcieron como alc

los alumnos, a pesar de que eso pasó ha

fundamente, esperando que esta vez sí entendie

estaré tan mal y podré saber que al menos pasaré el examen

su lado, aprovechando que

lado, para hacerle entender que esta vez sí lo había escuchado. El chico pa

scuchaba no lo entendía, y lo que había comprendido antes no hacía más que confundirla con la materia de ahora. Resignada después de estar el resto de la hora tratando de encontrar

t la materia que estamos pasando», trató de subirse el

s que serían revisados el lunes de la semana siguiente. Tomó sus cosas y salió apresura

acía más que molestarla, pero reconsideró la idea de ir porque al parecer le estaban dando señales del cielo o algo parecido. Sumida en sus pe

a sonrisa, creyendo que había acertado en

quería hacerle a Megan en

—casi— sabí

ndo a ella o era

los dientes o nació

reguntó un tanto confusa, seguía sin fiarse

de confusión que al momento cambió nuevamente p

ar

ie de celebridad que tenía alergia a la humanidad. Sus sólidos ojos azules se remarcaban en su rostro, sus labios rojos focalizaban toda la atención y ni hablar de sus curvas, que parecían sacadas de una model

—su sonrisa perfecta vaciló por unos instan

golpeado fuertemente en el estómago con un bate de béisbol. Trató de recomponerse,

endo en parte la verdad—. Ahora, me encantaría continuar esta charla contigo, pero me estoy

en problemas con uno de los peces gordos del lugar. Se quedó quieta ignorando la felicidad que parecí

sí que espero que vayas si puedes —se despidió con la

fiesta era su destino o algo parecido,

tar el apurar el paso y que se le hiciera agua a la boca cuando entr

cuando una mano le tomó el antebrazo. Puso los ojos en blanco y se volteó. Se trataba de Alex que la miraba con una sonrisa que significaba algo bueno par

quieras, no —respond

soltó cuando estaban lejos de la mayoría de los al

la fiesta de hoy y te juro

o que decía desde que su madre había entrado a trabajar en el hospital—, hoy tengo una fiesta y no podré deja

ía sostenido con cinta adhesiva en el techo de su adorado hogar. ¿El problema? Ann apenas

ta y quedarte en casa conmigo? —Ann sonrió con superio

antes del campeonato. —Alex inclinó la cabeza

quedarse en casa a leer y comer frituras, o ir a la fiesta y aprovechar la comida chatarra que siempre estaba a su alc

era bastante responsable cuando se lo proponía, y otras… bastante imbécil.

acercó y le aplastó los labios en la frente en un gesto mo

con una sonr

eptado nada, no te acompañaré! —gritó a esp

ó sus propi

ía con su madre de vez en cuando. A estas alturas, Ann ya estaba dudando sobre su promesa de te estaré vigilando como si mi vida

—Alex volvió a su lado tranquilamente, sin notar

sta. Ann con un poco de nervios y ganas de volver a casa, y Alex esperando a que Félix estuviera ahí

ándoles algo que Ann no podía observar desde esa distancia. Cuando estu

ro! —exclamó sin escrúpulos. Como si estu

más que nada por curiosidad que por planear usarlo. Antes de darse cu

un tanto divertida por su acción—. ¿N

e no te entregarías así de fácil porque v

de manera a

o tomó en cuenta el condición virg

l conocido y no eres su tip

iderable, ya que le hab

to somos novios y la otra mitad dice que yo

ir que somos amigos de infancia, si supieran que eres mi h

cént

a. Parecía ser una de esas casas donde se hacían las películas de vacaciones para millonarios, esas en las que todas las chicas están en bikini y la comida sale mágicamente de cu

mejor amiga, pas

l los chicos se quedaban con ganas de jugar ¿Hay o no hay sujetador?, y unos shorts que bien podrían quedarle pequeños a una

Le ganaba por un poco más de dos cabezas a su hermana y estaba bastante preocupado por su condición física. Más de alguna chica se había acercado a Ann para pregunt

minó dejando de decir que Alex tenía parentesco con ella. Finalmente, cuando se cambiaron de instituto en secundaria, ella dejó de juntarse con él y comenzó a te

o Félix y Rose, sabe que s

á acompañando en esta ocasió

llenar su estómago. No sabía dónde estaba exactamente, pero supuso que la cocina no estaba lejos ya que los adolescentes solían juntarse donde pudieran mantener las cervezas frías y el hielo a mano. Un chico ebrio que no había considerado su límite de alcohol se apoyó en el hombro de Ann p

con alegría. Olía a

nis

su oportunidad de hablar con alguien normal y no quedarse sola de nuevo. Le sonrió de medio lado

ncieron! —habló un tant

e el chico no se acordaría a la mañana siguiente. Después de la segunda botella de cerveza, Ann se sentía un po

ico tratando de subirse a la mesa de la sala. Cuando estuvo arriba, la mayoría de los adolescentes de la fiesta comen

preservativos en la entrada a ella y Alex—. ¡Eh, gilipollas,

es y cosas sin sentido. Cuando el que se hacía cargo de la música empezó a bajar el volumen hasta que no quedara rastro míni

a posible sin nuestro querido capitán —dijo querido con un leve toque de sarcasmo. Algunas chicas suspiraron. Ann estaba tratando de ponerse en puntas para mirar mejor al chic

e forma un tanto juguetona. No había que ser un genio para notar que ese era el capitán del equipo de básquetbol de su hermano, ni tampoco para ver su atractivo que so

la atención, pero es guapo

s lo conocían de verdad y aquellos que intentaban acercarse a su círculo de amistades, normalmente se quedaban fuera de alguna fo

ias a pesar de que aún tenía más años para coquetear en el futuro. Como siempre

lo veía desde una distancia prudente, tomando de vez en cuando sorbos de su botella medio llena. Antes de darse cuenta ya

ino de todos los jugadores! —las personas aplaudieron, gritando Halcones como si se tratara de alguna nueva secta—. Incluso gracias a ti, Derek, por esta

ue el capitán estaba diciendo no le parecía más que un discurso

sobre una anécdota de hace años; ajenos a la escena que el ca

ro no se atrevía a dar el primer paso. Megan le había gustado desde que se cambió de instituto, pero a pesar de que su ego, confianza y popularidad lo ponían en una ventaja bastante notable con el se

rdader

y que esas piernas te llaman a

ontraba riendo con la mejor amiga de Ann. Literalmente, esas piernas lo llamaban a gr

como con otras chicas —Félix miró con reproch

profesional; como en las películas. Alex lo observó con horror y un tanto de dive

to para que Megan se diera cuenta de lo que decía. Ella se volte

de todo, pero sentía que se hab

—lloriqueó Jasper

abeando por el capi de Los

que había pasado hace quince minutos más o menos, pero decidió que tampoc

yo aspiro a ser como

tbol? —habló con un

de forma coqueta y ella lo empu

lgo? —apuntó su cerveza y Jasper le

de mano. Un tanto aturdida y algo sorprendida, trató de identificar quien era la persona que había aumentado su dolor de cabeza que ya traía de antes

o ese a una fiesta, pero al menos discúlpate po

asculino se interpuso entre ella y su atacante. Era

—preguntó el chico co

hó la oportunidad para jalar a Ann lejos de ahí. Cuando estaban a una distancia prudente y d

a mi actitud de antes, quizás buscabas pelea, pero tengo

a pelea. Gracias por nada», pensó y agregó—: N

obre con un gesto de su mano, y rápidamente comenzó a subir las escaleras con cuidado de no llamar la atención de la rubia que se encontraba a

esfuerzo. Se llevó una sorpresa cuando notó que la puerta del baño estaba cerrada con llave, lo cual no hizo más que aumentar su dolor de cabeza. Tocó la puerta reiteradas veces, pero como nadie contestó, pegó la oreja a la madera, solo para comprobar si

ra con éxito. Entró sin siquiera pensar en lo que hacía, y cerró la puerta para disminuir la música que se oía más insoportable que nunca. S

ero si quieres saber, las drogas no están aquí —comentó una voz que p

ó por la sorpresa

donde estaba la llave del agua, mientras que el resto del cuerpo se encontraba detrás de la cortina. Calmó su

rado con llave para que nadie me moles

sin decirle nada al misterioso chico. Se acomodó sobre la alfombra sin dejar de estar al

habías cerrado —habló normalmente, pero aún

e una fiesta, casi nadie lo notaría —parecía que en verdad lo est

iero conseguir aspirinas y e

urría la fiesta y se había convertido en un

n para que intercambiaran más palabras. El dolor de cabeza no era tan fuerte como

pirinas? —le preguntó finalmente a la

s —parecía estar pensando en otra cosa cuando dijo eso—. Pero si quieres aquí teng

ndo. No tenía claro si el hielo podría ser contaminado con algún tipo de droga o algo, así que con algo de duda apoyó la bolsa

yó en la pared y

s así por l

a mueca infantil—. El dueño de la casa me salvó de un escándalo y terminé aquí, hablando con una cortina y con hielo en

la risa del chico cortina. Era masculina y algo ronca, pero eso no le

e ha derretido todavía —hizo una pausa—. Y la razón de tenerlo es simple;

o terminar, soltando la bolsa de golpe

iamente había tensión o dudas por parte de ella, ahora no quedaba ni un rastro de esa sensación. El ambiente se había vuelto tan agradable con tan

a antes es la misma que te golpeó? —p

de doble venganza —rio un poco y abrazó sus rodillas—. Claro que no me

haría eso si fueras mi chica —habló en tono

co estaba desesperado por una conquista, o simplemente no tenía en c

te —fingió ladrar y su acompañante se rio sin poder evitarlo—. Aunque yo debería pr

día de atacar personas en una ba

e de la noche —Ann sonrió inevitable

iremos que aún es viernes —comentó con u

rates y a sus gustos raros: como el leer con los pies en la pared, su obsesión con la crema de avellanas, y que andaba en cualquier cosa que tuviera ruedas (excepto un auto o motocicleta). La conversación algunas veces contenía un coqueteo por parte de él y una r

oces y en verdad

s un homb

sma de alguien que

se trataba. Sus manos estaban temblando ligeramente en su regazo, cosa que no hacía más que ponerla nerviosa. Con cuidado de no llamar la

edó en cuclillas, dispuesta a esti

reguntó la chica, sin poder darse cuen

ismo por qué no apartó la cortina cuando comenzaron a hablar. Sí, podría ser desde fea a resultar ser un chico con voz aguda. Lo último lo dudaba, ya que jamás existir

citas a ciegas —sonrió, sin im

iegas, es una amigable c

ento y se separó de las argollas que la sostenían del tubo. Todo pasó rápido, así que cuando Ann se dio cuenta de que gracias a su torpeza estaba cayendo hacia adelante, no tuvo más opción que apoyarse en la pared

una pose muy cómoda; tampoco sabía qué decir, porque esos ojos miel que la observaban con curiosidad y un tanto de diversión… sabía a qui

s. Su mente estaba en blanco, incluso olvidó que abajo había una fiesta donde tendría que volver a aparecer en algún momento. Quería hablar de forma sarcástica, con al

alabra que salió de los

tido, enredándose con las frases inco

Harrison!», gritó su conci

, rompiendo el silencio

sí que le costó unos instantes valiosos levantarse y abrir la puerta del baño para cerrarla a sus espaldas. Su corazón latía a mil y sus piernas se se

do por la música y las paredes, l

latía tan rápido? Qui

de ese modo? No quería tener nada

comodidad que había sentido cuando

y su vista se desvió hacia el final de los escalones. Alex y Félix estaban ahí, tomad

se quedó paralizada por unos momentos antes de, por mero impulso, girar a la derecha y clavar su codo en la nariz de Peter. Era muy tarde cuando se dio cuenta de lo que había hecho, y también lo fue cuando trató de acercarse a él para disculparse y terminó pisando uno de sus pies. El chico de ojos miel

Harrison», pen

e escuchó justo después de que

rar murmullos y más de una persona que entraba en pánico ante lo que acababa de ocurrir frente a sus ojos. Alex

que se encontraba en la fiesta comenzó a huir en multitudes, excepto algunos que se quedaron grabando la escena y planeaban en secreto subirlo a Internet. Cons

el inconsciente de Peter—. Dios

te tarada, pero en el fondo sabía que no

por suerte parecía comenzar a moverse un poco. Había caído desde muy alto, pero aun así s

incluso a pesar de que Peter ahora estaba un poco más consciente

de la fiesta con una calma casi envidiable. Félix estaba hablando con alguien por teléfono y una chica

udas, el peor

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