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Cliente Prohibido

Capítulo 4 ¿Qué tanto la deseas

Palabras:1239    |    Actualizado en: 01/06/2023

acía é

aba la canción “Lento” de Daniel Santa Cruz, y eso sólo empeoró su estado, ella se movía de una manera extraordinaria y profesional, tenía controlado cada paso y no estaba si

os suyos, y no pudo esconder su sorpresa, sorprend

a. —. Ella sí que sabe ba

cerlo” pensó él

se soltó de su mano y fue a reunirse con unas compañeras mientras su tío, éste no dejaba de ver a aquel

saludándolo con un asentimiento, él casi no prest

la mujer. —. Soy el tío de Emely, Marcelo

y consternada le extendi

apellido, y su nombre no le servía de mucho. —. Emely es una g

vada, al menos eso notó, ella parecía no conocerl

común en ella, tampoco es que fuera de una gran gran familia para estar presumiendo s

arcelo le sonrió de vuelta entrando amba

a vuelta con una mirada de cazador acorralado, mientra

l lugar que olvidó de despedirse de su sobrina, pero no

montón de información que él no pudo procesar, porque su mente seguía en: “Melany” la pelinegra

desea? ¿Organizamos un evento? —fa

de desinterés con la mano y entró a su ofic

u asiento apoyándose de espaldas

o. —. ¿Quién eres? ¿De dónde proviene tal... tal b

simplemente es hermosa, una belleza no común, esos ojos, esos labi

idente —se enderezó al es

os que te encargué? —a

revisados, sin

imagino que asististe a la presentación, ¿Cómo lo

elente, ¿así te gustan no? —el s

ña —arrojó

primo —mofó

l tipo. —. Ahora, tengo

s uno de ellos —dijo

pensando es más relajan

tó sin pensar d

ió sus labios pensativos, ¡claro qu

una y otra vez, pero nada, nunca había conocido

.

ra vez habían cerrado un trato con éxito, sin importar los secretos que ambos hombres

e congeló al ver en medio de las personas que se adentraban a la pelinegra, vestía un vestido negro hasta las rodillas, con un escote que dejaba libre

r, ella miraba alrededor algo familiarizada, en sus ojos se veía la naturalidad, no parecía a algui

er sonrió mostrando esos dientes blanco

uchó la voz de s

vo las palabras de su compañero. Ést

conoces —decla

vando la copa

ía —declaró buscánd

la

ce sobre la copa hacia él y se tomó

que se rendían fácil, ni que no obtenían lo que quería, y mucho menos se resig

—preguntó apoyándose

buscar a su presa y miró a su p

a quiero como mi esposa —a

oca de Marcelo, un tipo con tantos ex que por más que intentaron llegar a ése p

es bien, amigo —le palm

jando su copa para ir en busca de su

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