El reino de las mariposas

uerpo se estremeciera del miedo. Escuche que sus pasos se alejaron de la habitación y fue entonce

bre de Annelie, la señora Marie me había nombrado de esa manera porque mi verdadero nombre no res

suave y agradable al tacto. Aclare mi garganta y miré a todos ante

monia de selección de libertad para poder ingresar al palacio, al ser usted una esclava deberá lucir un vestido gris con zapatos a juego y presentarse con el cabello recogido así como su

expresaba lo que todos pensábam

la carta rápidamente esperando que me hub

ión, ¿Para qué te quieren allá?— exclamo Tobí

evamente— yo esperaba que mi papá te hic

eto sobre sus verdaderos padres y cada que pronunci

ña hija y yo que tenía la esperanza de

a de un ángel entonando las más bellas oraciones y por supuesto era mi mejor y únic

r. Su vida sería mucho mejor, ¿No creen?—mencionó Óscar, el arlequín de la

mprar a mi papá, yo lo haré cuando sea gra

u papá—lanzó Tobías como una apuñala

on su música al espectáculo de Tobías, eran grandes compañeros y amigos, pero ambos tenían person

sus delicadas mejillas rosadas. Corrió directamente hacia Peter y él la cogió entre

Muchas otras ocasiones Tobías se había revelado y la señora Marie lo había castigado severamente golpeándolo hasta dejarlo inconsciente y en esas situaciones era mejor quedarnos callados y n

a de nuestra dueña y por estar muy consentida por todos

oridad, éramos personas, claro, odiábamos con el corazón el sistema con el que sé regia el mundo y los reinos, pero nuestra voz por ser esclavos no e

edes—murmuró Tobías sa

ose a mí— Me pondré a trabajar p

da— la señora se podría enfadar, además sabes que ya te

regalo de consolación por n

todo, nuestros miedos y nuestros sueños. Cuando la señora Marie me dio a conocer que tendría una oportunidad en este reino, Dalia se había al

ero era tan doloroso, mi cuerpo se llenaba de impotencia al saber que seg

í o allá no era diferente. Yo quería ser libre, pero me confié demasiado, creí que por ser muy reconoc

aferró a mi cuerpo— al meno

otro reino—dijo Francis tratando de amenizar mi dolor— V

s, aprecio much

er un nuevo vestido o traje para nuestro espectáculo Peter se encerraba día y noche hasta te

mi presentación ante el emperador. Cerré la puerta una vez que entré y fui directamente hacia el confort que una almohada

ulzura en su voz y entonces pude sentir que tomaba asiento a un la

apenas lo pude ver por qué las luces del escenario eran mu

reino. La señora Marie nos dijo que muchos había

os que si tocábamos esa canción sería fácil obtener mi libertad, qué de alguna manera yo sería libre y con el dinero que ga

, fue culpa mía, tú querías tocar otra cosa y

ra Marie quería que la tocara. Sabes q

o puedo, ¿

y tampoco la decisión que tomó el emperador. Fra

de que los labios de Dalia fo

alacio Morpho azul— enu

nvitaron, eso me tiene un poco pre

re es para que seas part

l? —Casi me reí, era una ton

el Palacio solo para ver sus tesoros como premio de con

nzarme de algo que no estam

ré, pero nadie me quita de la