La elegida del señor Lombardi
#1. LA
e solo para m
o romantizar
paga, ¿acaso dolor
lor se destruye y dolo
: C
de que si el amor es sólo hormonas revueltas o un sentimiento verdaderamente puro y único. Y es que, el amor y el odio son
se amó, con la misma intensid
o claro, muchos no alcanzamos una historia de amor, muchos una historia cruel nos conduce hacia el amor, y es
enda, sólo que a veces las sorpresas no son lo que uno desearía como sorpre
libro? —la voz de mi h
familia, soy la menor, pero soy más alta que ella, ambas somos pelinegras pero a ella le que
r, y que no había necesidad de tener novio para sa
iferente ¿ok? —refuta meneando la cabeza mientras avanza hacia mí. —. Por eso tienes que
beza lentamente mientras jun
ro con ins
s novio y quieres orientarte
o haciéndome l
mí no me tienes q
spirando y me ende
es cruel y bonito, así como agridulce, puede que primero tengas que t
ico que no daña es el am
idad.l —. El amor propio p
fo
a día más en cuanto a saber del am
de y no se trata de si es para bien o mal, porque el bi
arina —reclam
as de tacón sólo avisaban la entrada de la se
ilidad los escalones que la llevan ha
puerta —comento mirándol
—extiende su brazo y me atrae par
regunta mi herm
ierto sarcasmo mi madre habla mientras se aleja para saludar a su
—y para rematar, mi hermana le sigue
stá papá?
ueca. —. Y bueno, yo les he traído sus vestuarios para ésta
uestros senos, podemos mostrar espalda, piernas, hombros y eso, cuando vamos a salir con papá suele ser muy estricto y lo
y mi hermana al lado izquierdo, espe
nuevos, sus favorit
el no todo me qued
de amor propio o ¿no? —indaga mi he
ue ver
rentes diseños, y tú Carina, ni se te ocurra modificar tu vestido con esa
ser la peor diseñado
o un mechón. —Seguro te encantará el vestido de novias
isa tomo mi vestido y
e ve nada mal, y mi madre sabe elegir en cuanto a mis gustos, nada
anza, es muy puntual, muchos de mis compañeros de la universidad opinan
na? —pregunta mi
mi madre nos enseñó todo lo que aprendió en su juventud, se me da ser una señorita de sociedad, aunque
ambas manos en los bol
ndoselo. —. El mechón blanco q
la coleta, lo enreda en su dedo y luego lo deja suelto.
—le digo con
i hombro desnudo. —. Vamos, recuerden yo las respeto como mis hijas y com
pondemos amba
ende, nosotras vamos delante y ellos detrás de nosotra
tarte que el señor Lombardi nos acompañará
ad? —pregunta Mar
hoy están allá y mañana ya lo ves
con él, pero n
puedes asegurar que es un monstruo, es muy rudo y exigente, he podido percibir aquello cuando está
a casa es eso, pues mamá a veces se enoja, aunque no siempre interviene. No puedo negar que se aman
bre papá y mamá se colocan detrás de nosotras para entrar al lugar. Con la man
ntar saludar a medio salón de gente y presentacion
acepto mi v
e la multitud. Le sonrío a la gente que intenta saludarme pero no me detengo, sonriendo
arta de su rostro, dejo de sonreír y mantengo mis ojos en los suy
a poder seguir mi ca