Un amor por contrato con el CEO
O C
ntes, este no es su lugar. No entiendo con qué intención mi hermano la llamó y además, la defiende, pero no dudo que ya se haya dejado influenciar por ella y su
las acciones de Alessandra Cavani, la maldición de mi vida. Doblamos la esquina y suelto el agarre, para evitar dramas innecesarios, ya basta con l
apretados y una expresión indignada en el rostr
na, por
cuando sabes todo lo que ella me ha quitado —solloz
ivos que de solo pensarlos me dan rabia, la relación n
ula mucho con las manos, pese a que sabe que una dama no
o que después de todo agradezco, porque me hace las cosas menos difíciles. Aprovecho
asados —aseguro, tomándola de las manos
jos brillan con algo que reconozco como alivio y le sonrío, para que me
ados tres días? —p
iro fijamente a los ojo
iera un día, la misma noche después de la boda, el divorcio fue firm
rme todo. Sobre todo la parte de la firma, ya que ella no l
Al final de cuentas, necesito que me apoye y si es su intenció
titud, porque después de tantos meses alejado de Anyelina, todavía segu
rá nada, rueda los ojos
ona—, justo después de la boda me presentó el con
mi petición porque también le conviene, después de todo el trato va de ambos lados y a
cerca a mí. Rodea mi cintura con sus brazos y apoya su cabeza en mi
tras me aprieta con fue
favor de hace unos segundos dándole un aventón. Ella nos observa con el ceño fruncido y por un momento, me siento incómodo estando abrazado a Anyelina delante de ella. Me digo que es
a Alessandra y ella se sorprende, au
con la
ira alrededor. Muerde su labio y duda qué ha
onder algo, porque da
rostro. Me observa con desconfianza y no dudo que esté analizando mi actitud con Alessandr
suficiente tiempo estuvimos separados por culpa de la intromisión de Alessandra como para que ahora vuelva a ser motivo de discusión. Tampoco pretendo justificar mis acc
mos la puerta de entrada, Anye se encamina hacia el salón y se acomoda sobre el sofá de cuero que queda frente a los ventanales. Da u
pero sacudo la cabeza para dejar de pensar en tonterías. No es en ella en la
le ofrezco la copa de vino
e sale siempre en las listas de los más polémic
elina, si niego el tema posiblemente lo haga un problema ma
misma —resp
un puchero. Me siento mal por ella y trato de confortarla—. El desenfreno es lo de
no har
ara afectarnos —me interrumpe y me comunica sus mayores miedos. Coloca sus brazos alrededor de mi cuello y acerca su ros
do aprieta mi garganta y me siento mal por todo esto que está pasando. Pero algo
o te lo prometo —declaro, mi
para hacerle entender todo lo que siento por ella y lo que estoy dispuesto a hacer por su bienestar.
do que se me escapa al saberla otra vez entre mis brazos. A la mujer que he amado por años y que extrañaba demasiado. No me gustaría que nuestro encuentro fuese a
favor —muerde mi labio
ntrada se abre con un suave clic. Y no necesito mirar para saber que tenemos co