Dulce venganza ¿Infieles por naturaleza?
, sus padres habÃan salido; al abrir la puerta era Derick, ella al verlo siente que la respiración se la ha cortado y que el corazón ha empezado a latirle a un ritm
de espaldas. Derick vestÃa unos pantalones de chándal negros y una sudadera blanca, una gorra negra muy calada hast
a avidez produjeron en ella el efecto de una detonación; y, con un gemido, se aferró a su sudadera. El quejido con el que él le respondió la hizo vibrar de t
ia atrás para colocarle una mano en
astimado, te echaba de
es porque yo también querÃa
nto
dad y me siento estúpida por no haber
star bien contigo como al principio, hemos arrebatado mile
sobrevivir a cualquier
álida; notaba sus músculos duros y marcados, bajo las palmas de su manos; su cuerpo era una obra de art
ido. Aquel sonido de place
eran una orden, pero
o h
alguno , encajó su verga en la palma de su mano y empezó a
a. ¡Me pones
-¡Cómo te echaba de menos! -exclamó. El fresco
para tener la certeza d
contra los labios de su vulva y sus dedos ejercÃan la p
ré. Me es
ando el placer se apoderó de todo su cuerpo, duro y erectos sus pezones contra su pe
enamorado se vistieron, arreglaron un poco el desastre que habÃan producido y salieron del domicilio antes de que llegaran los padres de Aleuzenev . Al salir los espera un taxi, p
enida
la mira hace que se le p
asa-dice sin soltarle
ias: Dos preciosos baños, una increÃble cocina
¡Que
y en el centro tiene una cama gigante, lo que hace que el corazón de
ue la cas
ciosa,
y le da
espera más
date,
ick la coge con Ãmpetu por la cintura y la sienta en una mesa q
or y, cuando finaliza el morboso contacto con un mordisqu
lo
ita
euzenev siente que se va a derretir; la respiración de Derick es tan irregular como la de ella y, cuando él se arrodilla ante ella, sin
loco
restriega su mejilla por su monte de Venus, hasta que con un dedo le baja las bragas, pasea su boca por su sexo, abre
a su enorme erección a la entrada de su húmeda va
SÃ...
h,
mira, se
tos entre tú
e. Y la penet
en nuestra relación
renita. Prometido
e más desea en el mundo, le encanta. Sus fuertes manos la tienen cogida
a recibirlo y jadea, dispuesta a abrirse más y más para él. De p
Dio
posesivas. Uno..., dos... , tres..., Cinco..., ocho.
ared y ella solo puede recibir gustosa una y otra vez su maravilloso y dem
x asolador está a punto de hacerla gritar, Derick la mira y sonrÃe.
iño, dame
explota de exaltación; Derick le da lo que ella le pide, es su dueño, su amor, su sirviente. Él lo es todo para ella, y
él y lo aprieta contra su cuerpo, deci
mo comienzan a desaparecer, ellos se miran a los
r sin ti. ¿Qué
y, tras darle un dulce be
mismo que tú a
s, Derick la mira co
ira asà -Expresa Aleuzenev en sus pensamientos -al final, él le da un bes
sigu
dÃas,
la cama y le da un
novia hoy? -pre
a, pero
que él diga nada, ella se fija en la b
¿Son de ca
sa mientras ella agarra una, l
l mirar sus dedos, susur
Derick retumba
servilleta, al agarrarla , cae un anil
ser mi novia, qu
rÃe, él agarra el anillo y se lo pone en el de
a ser t
palabras que la enloquecÃa , l
de comer, alÃstate que irem
ca
ella ansi
Mezz
estigioso hotel; acomodada en una silla , aleuzenev toma el sol, mientras que Derick habla a escasos metros de ella por
hotel lo miran también, y no es para menos, ella sabe que su hombre levanta pasiones por dónde camina, y aunque ella quiere gritarles a ésas t
está ella con una cara de que algo le pa
bien
amor tr
o? Insi
de la casa no he pasado por allá, y desde entonces no he visto ni a mi p
do regresemos , podemos
todo lo ocurrido, aún
e las gracias por traerte al mundo, si ella no te fuera dado la vid
spuesta que le acababa de dar
a mujer super comprensiva, y solo tú
un beso,
iero mañana y te quiero toda la vida