Zacharias El Vampiro
or, cálmate, no os hace bien estar tan agitada", le
que el lobo me alcanzara, no sé c
un poco de humor, sólo quería bajarle el peso a la s
para la pomada de Padre" su pecho se elevó en una muestra d
a proteger, no me importaría dar mi vida por ella, era lo más pr
-salva-chicas-en-apuros? -preguntó Vanessa
imágenes que me atormentaban, que me recordaban
do que se había formado en
clarar mi seca garg
-soltó apresuradamente y riéndose, cómo si hablara de cualquier cosa, pero ella no tenía idea de cuán acertada estaba porque mis padres sí había vivido en la época medieval-. No, no, no, yo no podría llamarte Zacharias sin reírme, lament
l, terminé riéndome de todo lo que dijo, no sólo por la rapidez de sus palabras, sino por l
rme Zac, está bien. Supongo que eso me deja en derec
a se me escapara. Ella también sonrió, pero más sutilmente-. Puedes decirme de cualquier forma,
ólo me dejé arrastrar por el remolino de sus ojos. Era impresionante la fuerza de s
incómoda y con sus mejillas más coloreadas. Sentí el cambió en lo
lamó volviendo a
evolverle el saludo. Mantuvo la sonrisa tierna y cálida además de
a sí misma-. Lo siento, Zac, tengo que irme ¿estás mejor? -Sólo
la y salió disparada, aferrando con fuerza el bolso
abía restado importancia por lo distraído que me tenía ella y su conversación. Segundo, hacía demasiado tiempo que no me sentía cómodo en presencia de alguien y tercero, -que era lo más extraño de todo- ella, c
, me divertiría un tanto, porque debía reconocerlo, ella había logrado hacerme reír de verdad y por algo que sincerament