Abandonada y Embarazada [#1 Trilogía Bebés]

o la pesadez casi me impedía hacerlo. Escuchaba voces a mi alrededor y podía perci

omo si con cada pálpito se incrementara el dolor y la horri

una temerosa voz conocid

—preguntó

n gran dificultad. Todo era como una visión borrosa, o al menos así lo presenciaba mi interior. C

s y tragué saliva, tenía la boca seca y mis extremidades estaban ado

onca, aún adormilada—. ¿Dónde estoy

y estuviste inconsciente durante cuarenta y cinco minutos, y

ll en un lloriqueo y sentí como se

i cabeza y me volví a acostar. Intenté recordar y solo provoqué un dolor más agudo. Sin embargo,

iato. Necesitaba que me explicara lo q

tad y abrí mis ojos por completo. Me encontraba acostada en una camilla de hospital, con un

a y preocupada. Luego posé mi vista en Angie y frunció los labios, posteriormente miré a mi mejor amig

interrogar, esta vez molest

la cabeza. Luego, apretó mi mano y c

do de nuevo —con

s palabras y mi corazón se aceleró., a tal punto qu

entre balbuceos, me sen

ar haciéndome est

a…—pidió mi ma

ento, me llamó para que te fuera a buscar. Cuando llegué estabas desmayada; tenías sangre y un golpe en la cabeza, había unas personas que

egunté a

ino mi madre y se acercó

que era un pedazo de página arrancada de un cuaderno y en el cual se leían algunas palabras. En ese instante imaginé una carta de amor, como las que acostumbró a escribirme en los

emás de la tacaña carta, la letra era espantosa como si lo hubiese escrito mientras estaba en una caminadora y para colmo la tinta del bolígrafo se estaba acabando y las últimas letras de m

mi madre y sacó de su bolso, el reloj

orazón en millones de pedazos, de los pedazos ya rotos. James habí

licó Mell mirando a mi madre y negó co

as? —pregunté

miró dulcemente. Luego se

eden librar a James de ser un idiota —susurró—. Estafó a los compradores del apartamento, haciéndoles creer que pagaban por el inmueble amueblado, pero se llevó todo,

como si cinco años no pesaran nada en su memoria y en su corazón. Como si aquel r

asó un mechón de mi cabello por detrás de mi

n la cabeza. No estaba di

iato y tratando de no sonar tan grosera—. Si ya pasar por todo esto ha sido lo suficie

ó—. Entendemos que todo esto ha sido muy difícil para ti.

bozó una sonrisa forzada—. Tu padre tiene razón,

mi pequeño bebé. Ahora estaba segura de que por un tiempo debería depender de alguien más, pero no sería así por mucho, tenía que empeza

pero de forma temporal. Apenas consiga un lugar dond

Bella, es tu casa —rep

mi pequeña —susurró m

me despierta y llorando, se escandalizaron y rápidamente

cesita recuperarse y debemos hacerle unos cuantos chequeo

é apenas quedamos solos y el do

n compasió

que estuviste sin atención médica —informó sin apartar su mirada de la mía—. Hemos logrado detener la hemorragia antes de que se convirtiera en una mayor, y te hemos hecho una ecografía mientras estabas inconsciente para determinar

é de a

a lo que me comentaron tus familiares, fue por ansiedad y emociones fuertes. Quiero que estés consciente de que necesitas estar relajada,

a y sentí un dolor

y encendió una pequeña lint

en mi cabeza y un fuerte dolor en todo mi cuerpo. Nec

onar nada de lo que estaba sucediendo, mientras mi hermana y Mell se dedicaron

luego de acomodar una almohada bajo mi cabeza para que pudiera est

irlos, lo primero que vi fue el reloj de arena en la mesita de no

ve que es caro, no podía tirarl

rapidez al ver que mis facciones comenza

a que esto solo la alte

to estarán juntos de nuevo, te guste o no —replicó mi mamá, casi gritando, lo que hiz

uevamente, y el silencio se apoderó de la habitación—. Nec

er

firme y seguro, aunque las lágrimas

y le dirigió una mirada molesta a m

ente, también me estaba demostrando con cada cosa que hacía que era un idiota y que nunca mereció que le entregara mi corazón y cinco años de mi vida, además, a nadie le había contado que lo había visto con otra mujer,

sus fuerzas, la otra seguía enamorada de él, amándolo y deseando su regreso. Era terrible sentir amor y odio a la misma vez, pero no podía dejarlo de amar