Amada por el Rey Alfa
Jenn
todos los preparativos de la ceremonia de bienvenida y de las pruebas, tratando de no come
sucede?",
chazadas por n
o ya he aceptad
que no sería una buena pareja. Aún así, n
ninguna otra oportuni
o es imposible! Estoy completamente segura de que la
espués de esta vez, no tengo muc
o, Jennifer, aún no me has dicho
isiera volverme mucho más fue
cida tan fácilmente. Mi único objetivo era hacerme mucho más fuerte. Nunca olvidaría la forma en que el Beta Arthur ma
uero de actividad. Los hombres lobo de la manada comenzaron a reunirse en la plaza, listos par
rdias licántropos. La plaza estaba cubierta con una costosa alfombra roja y por todas part
an un aspecto noble. También era alto y de constitución robusta, con una expresión seria en el rostro. Había un aura majestuosa a su alrededor, digna de la realeza. A cada paso que daba
mío! Nunca antes había vist
esto y poderoso? ¡Y además, príncipe del Reino de Osma
stoy enamor
despiertas con acercársele. Por mi parte ni siquiera estaba de humor para
a única que provenía del príncipe, mucho más in
n lado a otro, emocionada. "¡J
mujer loba, común y corriente. ¡Además, ahora no soy más que una esc
o es", insistía
ncipe Anthony se volvió
enas si podía respirar. ¡El príncipe debió
tan alta que definitivamente no podía aceptarme co
rostro permaneció inexpresivo. Después de mirarme por
cerca de mí gritaron y
me miró hace un momento
tonterías! ¡Era a m
taba cuál sería su reacción si supieran la verdadera
Si le contaba a alguien que el príncipe Anthony era m
cionado porque no quería que todos se enteraran de que yo era su pareja. Pe
etido un error esta vez. El príncipe Anthony no era alguien con quien siquiera pudiera pen
saludaron al príncipe, ambos sobre una rodilla
dijo Alfa Norman con una so
erlo arrastrarse así. Él podría ser el Alfa de la manada del
cambió en lo absoluto. El más ligero movimiento suyo delataba una extraor
pruebas y ser escogida por él. Después de ver al príncipe en medio de la multitud, decidí que no perdería la esper
mitiera participar en las pruebas. Esperaba que pudiera hacer una excepción por mí y
ía la más mínima oportun
ada, de regreso a mi habitación. Las pruebas se rea
de hablar con él allí. Por supuesto, el lugar estaba fuertemente custodiado y co
la boca por detrás y me arrastró hasta un cuarto de
i corazón tembló y tuve un mal presentimiento. Fi
le pregunté y mi vo
e se hacían cada vez más fuertes. Al p
, que se frotaban las manos y se acercaban con sonrisas obscen
labios, con el deseo claramente visible en sus ojos. "La señorita Ba
ecipitaba hasta el estómago. ¡Era Barbara, de nue
ieta y esperar la muerte. Me oblig
dientes, en mi mejor esfuerzo de lucir lo más agresiva posible. "Piensen me
eza y se rio salvajemente. "¿Quién te crees que eres? Ya te has acostado con muchos hombres, ¿no es así
con la cabeza al resto de los hombre