El Contrato de mi Vida
/0/20607/coverbig.jpg?v=5689588627c3d961b6e38ed618fac51d&imageMogr2/format/webp)
RO
acelerada y mis mejillas empapadas, tratando d
s días no me deja en paz. Es como si lo volviera a vivir y se siente tan real. Pero basta. Ha
dormir más. Tomo mi celular y veo la hora: 4:30. Pero lo que me hace sonreír es un mensaje de mi hermano: "Duerme bien, princesa". Con solo esas palabras, él ha
vida de luz después de tanta oscuridad.
é que un día de estos le dare la sorpresa d
rostro y siento un poco de paz al saber que ahora mi vida es tranquila, que ahora estoy bien y
vestidor. Coloco mi ropa deportiva; necesito hacer ejercicio, sentirme más fuert
Mis golpes, con la práctica, se han vuelto más fuertes y mis movimientos mucho más rápidos. Golpeo el costal incon
te: ahora sí, al enfrentar al hombre que hace mis días una tortura. Aunque no como todos piens
en una toalla. Cuando estoy buscando que ponerme, sin darme cuenta, la toalla cae al piso y de inmediato mi mirada cae en el enorme espejo que tengo frente a mí.
fuerte puedo ser. Me doy la vuelta para dejar de verme y tomo entre mis manos un hermoso vestido negro. Jamás lo he llevado
mamente si tendrá dientes o será esa la razón de él, porque jamás lo hace. Me encojo
co tarde, no puedo dejarlo ahí sin probar bocado; esa mujer me mataría. Así que me acerco a ella y le dejo un
esas pesadi
labios apenas son una
ocupes por nada. Te
oce perfectamente, pero tampoco quiero preocuparla por algo que seguirá pasando. Cuando termino de
otro momento. Se me ha hecho tarde y mi jefe
encanta este postre. Vam
quemar muchas calorías y estoy segura de que con un solo bocado de este postre tan d
s al rato. Prometo en la noche ac
, pero de pronto me detengo y volteo hacia todos lados. Creo que me estoy volviendo loca, pues siento que
a conducir lo más rápido que puedo. Tengo que reconocer que, cuando llevo pri
ndo todo el día y la verdad es
a, entro casi corriendo. S
uevo
io un poco de sud
áfico está
go en él. La verdad es que no presto atención y solo le agradezco. Vuelvo a conducir como loca. Cuando por f
no cualquiera ha soportado trabajar con mi jefe. Yo solo sonrío a cada persona que me vo
ro que voltee a verme, quiero que me pida que trabaje con él hombro a hombro. Así que, para que él lo hiciera, mi amigo Mike, que está completamente loco, y yo nos dimos a la tarea de av
ejor idea fue solicitar el puesto de secretaria que era el único que estaba disponible, y aquí estoy, dos años después, intentando que el hombre me mire como deseo, un importante e
a de mi camino cuando una espalda ancha está fr
lemas. Cuando él voltea a verme, estoy segura