Luciano
e voy, te dejo con tu engendro a ver quién
a este mundo y de tener una madre como tú, pero sabes qué? Tienes razón, si
dinero, me voy mis abogados, te traerán los papeles del divorcio, ah! Otra cosa tienes una semana para desocupar la cas
ás te lo voy a perdonar, no me importa que te largues con tu amante, pero abandonar a tu hijo, él
uieto en un lugar, hace desastre por donde sea, me hace pasar vergüenza con mi familia y
cesitamos de tu dinero, para eso trabajo y me basta y sobra, y por tu casa no te preocupes mañana mismo nos iremos,
y no quiero verte más, por fin
i te va a hacer daño, seremos solo tú y yo contra el mundo, trabajaré muy duro para darte lo mejor, no importa ahorita no
tomé nuestras maletas, las subí al auto y salí de esa casa en donde por u
ndo cumplí veinte años mi padre falleció de una enfermedad hepática, quedándome a cargo de mi madre y mi hermana menor, me tocó estudiar y trabajar para ayudar en
ija del dueño, el señor Catalino Soler, dueño de la empresa, no niego siem
os, después de casi un año, nos hicimos novios, empecé a amarla. No por lo que tiene sino por lo que era o más bien por lo que me mostraba, era cariñosa, se
se pensará que quería su fortuna. Un día me llamó su padre para hablar conmigo, me propuso la dirección general de la empresa, ya que
mi hermana que terminara sus estudios, pero había una condición y era que tenía que
rla crecer y ayudar a Fátima a hacerse cargo ella misma, así fue nos casamos en una boda muy lujo
era viajar y viajar, a los dos años de casados quedó embarazada, embarazo del cual de todo se queja
ue al extranjero a hacer un posgrado, vive en Londres viene solo en vacaciones unos días, ya que no sopor
meses que Luciano empezó a hablar, solo decías pocas palabras como pá, gua, y lo demás eran sonidos y señales. Comenzó a caminar y con ello, como todo niño de su edad, las trave
le gustaba estar lugares con mucha afluencia de personas, gritaba y llo
esa y me corrió de la casa en donde vivimos por cuatro años. Firmamos el divorcio, como había un contrato prenupcial que yo mismo pedí su padre, no hubo na