Prohibido enamorarme de mi secuestrador
esto? ¿
dándole un empujón a Arlet para q
e esa vivienda, sintiéndose como u
preguntando la mujer,
ó el otro sin querer dar más
ujer seguiría preguntando, se
os al darse cuenta de la
acha. No dejaba de observarla, evaluándola—. Oh, pero que tenemos aquí—señaló agarrándola de la barbil
uvo el hombre al deta
¿Acaso no va
, pero
uchar esas palabras. Había perdido la cuenta de las
ún
mente le atravesó una nueva idea. Soltándole
gustaría tener uno a uno esos dedos de colección en mi habita
ue pretendía. Prefería un tiro a q
sin expresión. «Un dedo
ena pasada. Ese día, cuando vio cómo aquellos hombres golpeaban a su padre, cua
edida que crecían las llamas. Recordó los gritos de su m
ras la otra se le montaba encima y le golpeaba buscando inmoviliza
Kenia—dijo
ía pasado su adolescencia y juventud rodeado de sangre y muertes. Sin embargo, algo en est
ciente… y tarde o temprano terminaría matánd
y las mujeres no se tocaban. No a menos que fuese estrictame
, guardando ahora sí su navaja. No sabía por qué Luke no le daba vía libre con l
amilia, la había secuestrado y violado, dejándola embara
devolvérsela en una caja a pedacitos, para que tuviese siquiera
—ordenó Lu
ía no se recuperaba de lo
larla y ponerla de pie de un tirón. Tomándola bruscamente la dirigió
vantarse ni mirar a su alrededor. En ese frío lugar que tenía por cama, se h
taban raspadas. Su vida había cambiado par
horas de vida estaban contadas. ¿Pero de qué forma? Eso era lo que más la atemorizaba. Esas per
, lloro mucho más, ll
cutían por los próximos
ó Kenia interesada en saber cuándo podría da
carnada para atraer a su padre
aciado vendrá? ¿Tiene siqu
espués de todo, durante años lo había investigado, conocía sus movimientos y siempre se había mostrado rec
todiada, impidiéndole siquiera intentarlo. Estudiaba en un colegio de alta segurida
ejó de darle importancia, cuando descubrió que había
do a gente peligrosa, y con el tiempo, se había hecho poderoso y muy