La Esposa Trofeo Del Cruel Rey
ÍTU
.
que estaba sentada la niña y una vez ahí, s
s de lágrimas, Landel le pasó su pañue
nadie será malo contigo y si lo son, puedes decírmelo de inmediato y yo
se Rey, mismo a quien ahora c
a asi
alo como el
papá, pero él me habí
mo yo no podía ser s
era, decía que era una lástima
iño sí lo hubiera
no queriendo recordar el pasado... ese q
ño o te hace sentir mal? -preguntó Landel amablemente
prometo Re
esario que agregues ningún honorífico~ -pid
y ella comenzó a hablar más, hasta que finalmen
veré a
a privar a la n
mentar estando lejos de un ser querido, más aún cuand
e tiempo el hecho de que su verdadera madre,
a viva, hasta que le dijo l
ue él nunca
ver a tu madre -aclaró Landel a la niña-. Si prometes que tomarás todas tus comidas, obedecerás a
eso, una enorme sonr
n, digo... Landel! -excla
Rey Maitano la veía sonre
a ha vivido en Romian, sonreír
todo destruida,
ue ambas parecen tenerse, debieron sobrelleva
ndel al
•••
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peraba pacientemente a que llegaran con su hija, tal
omian tampoco la veía con frecuencia ni se le permitía pasar más que unas horas día por medi
lago en el jardín trasero del Castillo de las concubinas, vio acercars
mada niña, nadie más que el Rey Maitano y unos cuantos caballeros que lo escoltaba
, se sentó en una de las sillas que
cura con patrones dorados en la mesa y la tercera
istancia de algunos metros, lo suficiente pa
antas aromáticas hechas en polvo en su interior, las más raras y caras de toda Maita
tu hija hoy, ni en toda una semana má
to de la silla, su rostro te
staba f
del trato que t
ue vería a su hij
emostraba
ahora esperaba que se
ndo?!, ¡tengo que ver a mi hija!, ¡ella
cercarse al ver la furia de esa irrespetuosa mujer, pero
ás, pero no podrás verla hasta dentro de una semana -aclaró él autori
se cruzó de brazos s
su hija, después de todo, Landel Lamparth necesitaba de la ayuda
ra una excelente médico de las
n medio para controlar a esa mujer
da en la cadena que ataba
.
aliciosamente, la petición
ón para cuando guste quedarme, también un laboratorio con un invernadero incluido, en el interior donde pueda trab
e esa mujer, quien aprovechó la situaci
l castillo de
r algo, ella se acercó rápidamen
antas tan raras y caras no hay que desp
y exh
en, lo t
curvó los labios pintado
gado anteriormente y con lo que estaba segura, podía sentirse más t