Mi Mate... Mi Alfa, Mi Amor.

diablo

erguida y miré a mi alrededor, ya era de día y el sol

uego me levanté rápidamente, echando

de golpe y Gertru

ué demonios haces todavía en tu habitación?, ¿Crees que

-respondí

uando tus amigos casi han terFrey

tía del to

fiebre no significa que vayas a morir

-respondí

te cargó, ahora te crees especial de

señora. -resp

, espero que esto te sirva para aprender algo.

uego salí también rápidam

va por no despe

ero por otro lado era la primera

da. -murmuré para

. Tenía hambre y sed porque normalm

uncione bien. -Me susur

nuestro guerrero. En el fondo, sabía que tenía que actuar con

oí unos cuantos sus

estúpida? -preguntó Ger

as señoras que servían la mesa. Gertrude me miró con m

el suelo tú sola mientras los guerreros

í en voz baja mientr

eradamente trozos de comida al suelo para que tardara más tiempo en terFreyar, no tenía ni idea de por qué hacían esto,

-La voz de Cristian lle

ertrude mientras todos b

en irse tod

y me di cuenta de que era arrastrada por un par de señoras, estaba

mujer era muy brutal con las Omegas desobedien

la situación, me incliné y

las otras chicas? -pregu

e la respiración, tenía una mejilla roja y magullada y alguna

ocar su cara, él rápidamente extendió su

rques más. -susurró, y luego l

fue un impulso y cuando vi tus

r realmente lo que est

r mantener tu distancia de mí. Hasta que me recupere. -susurró

aria. -dijo uno de los guerrero

que había muchos más de lo

sentaba en la mesa. Los guerreros no tardaron en unirse a él, se

a, no pude hacerlo porque, como de costumbre, se comportaron de l

rgen? -Uno de ellos le

será su cumpleaños, pronto estará en celo. Esperemo

rnas tan fácilmente para ellos, con calor o sin

ación se volvió inmediatamente fría y amenazante, no tuve que

ajo para desayunar. -dij

omedor, nunca habían bajado a desayunar, nunc

Una voz más grav

ncontré haciendo lo mismo, la orden lanzada por e

egué a la salida del comedor cuando uno de los gemelos gruñó en señal de adv

entaban con Cristian, mi corazón latía

prendiéndome, quise mirarlo y preguntarle

ndo, levanta la cabe

aba diciendo delante de los Alfas?, a un Omega nunca se le pe

te vaya a busc

o caminé hacia la mesa y me senté le

o para com

vi dos pares de ojos azules y

illa en un segundo

era la diferencia de color de los ojos, según la mayoría de la gente que se atrevía a mirarlos de cerca, dijeron que los

profunda, ligeramente difer

é en seco. No entendía a qué se debía