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Quimera

Capítulo 3 Vocación

Palabras:5645    |    Actualizado en: 09/02/2024

con lo que

dos veces mientras sus ojos enfocaban el paisaje de las grandes montañas y las copas de los á

ia, a veces la ignorancia se convertía en un sinónimo de

tos recuerdos que estuvo

monio lanzándose encima suyo, tomándola con sus largos y

oyos negros como ojos, susurrándole con voz gutural: me est

dar su pasado, algo le decí

advert

ecuerdos desbloquearon su mayor miedo y tortura, e

o de arreglar? —escucha

blanco, usa un gran manto negro, lleva en sus manos una corona de oro

saluda Jara y hac

a Zimmer mientras se acerca a la joven y le coloca la corona en la cabeza—. Comienza a co

nsejo que le dio a Adem antes de que asesinara por primera

a gustado no recibir este título —suelta J

go característico de las Grandes Amantis

irlo —ordena la anc

bsoluto en

uy reciente, lo dejaré pasar por esta vez —adviert

emoria: la sangre rodeándola, la carretera, la lluvia, el dol

. El DéJá Vu se cumplió y le mostró

os, casi me asesina y estaba gustoso de hacerlo. No puedo casarme con

iverso ha estado esperando —corrige Zimmer con tono seco—. Estás nerviosa y confu

to el interior de Adem y reconoció su oscuridad, los demonios

tampoco yo —comienza a sollozar—. Por favor, Suma Eminencia, ust

ciente y hablaras con su espíritu porqu

qué pr

para llegar a donde se encuentran, ahora tienen que atenerse a las consecuencias de sus actos. ¿Le tienes miedo? Aprende a vivir con

serva la sortija en su

de la historia Despué

l balcón cuando Jara deci

por qué había viajado en el espacio-tiempo; usted estuvo esperando por años que yo le revelara mi mayor s

ce en silencio

me entregaras la razón del por qué viajaste al pasado y qué conversaciones entablabas con Bryan Domán y ahora debo cargar con la pesada responsabilidad que trae consigo saber la respuesta. En tu caso, por

la corona, para después acomodarle un mechó

ora sobre ti puede asustar, pero no eres alguien común, Adem tampoco lo es, fueron diseñados para soportar esto y mucho más. —Espera a que Jara asimile sus palabras—. Debes tomarte un descanso, después de la

to con las palabras de Zimmer, qu

o estilo princesa que usa le aprieta demasiado el abdomen y no le permite respir

todo el planeta. Era la Suma Eminencia más joven en la historia. Y ahora había sido ascendida a Protegida del Just

cupar el título de Protegido del Justiciero. Jara t

errenales y no terrenales detuvieron todo para ver la transmisión de la ceremonia. Por fin era una real

cia, usando el elegante vestido blanco con la corona en su cabeza y a su lado se encontraba de pie Adem Murf Habid con la gran capa blanc

arios pasos para poder contemplar la majestuosidad del mismo. Nadie que

lver a la ignorancia de c

ce una reverencia y aún con el tor

la ceremonia

único que Jara s

CCI, donde parte de su historia con Adem tuvo lugar, fue ahí donde se reencontraron después de muchos años, cuando Jara no recordaba el haberlo conocido de niño y apenas estaba comenzando su carrera, ocupaba el puesto de decana, impartiendo clas

que en su vida pasada fueron pareja y que antes de bloquear sus recuerdos todas esas memorias estaban frescas, todas las respuestas est

enzaba a recordarla, sus recuerdos llegaban a él uno tras otro, oblig

lo que era la oscuridad y mucho menos sus manos estaban manchadas de sangre. Aún no se había convertido en el temido Verdugo, en el maestro de lo

por sus títulos adquiridos como Soñadora Oficial, aún era sumamente joven y en términos de relaciones amorosas seguía siendo bastante novata. Para esos años, todos los entrena

a como adulta y se le daba un trato especial en la socie

la gran belleza del muchacho y sus grandes habilidades para desplazarse

e público mientras caía la puesta de sol por l

Jara volteaba un poco hacia la derecha, podía encontrar a Adem observándola fija

echa de Jara. Ella quería reprimir una sonrisa de emoción, pero se le hizo imposible; intentaba no observarlo, aunq

uchos lugares en aquel plano, pero ellos siempre s

ella podía notar de que él lograba recordarla, porque la

ció sus labios rosados antes de hablar y después inspiró hondo, pero no pronunc

a verlo fijamente a los ojos, dándose por vencida. Ya se conoc

ecer, ¿no te parece?

ó suavemente su piel blanca, resaltando el rub

mosa vista —res

ueba de fuego, con un miedo profun

nas. Adem ya le había dado señales de ser totalmente autónomo, Jara lo analizó a detalle en cada sueño en los que estuvieron juntos. Pero seg

dejaría que hicieran contacto físico. Él sabía lo que ella intentaba hacer, porque s

o su mente. Lo más probable era que en la realidad terrenal el chip debía estar iluminándose, dejando claro que la joven estaba trabajando en un sueño vívid

al rozarse. Jara no se había dado cuenta en qué momento cerró los ojos, pero,

piraciones un poco agitadas. Era la primera vez que a Jara le agradaba el hecho de pod

Sus ojos volvieron a cerrarse y estuvieron por un largo tiempo abraz

stionaba el hecho de cómo podía un hombre ser tan perfecto a los ojos de otro ser humano y simplemente le creía imposible. Pero ahí se encontraba, pensando en qué part

realidad. Al ser Jara una soñadora de rango alto, no le era permitido tener parejas que no fueran Soñadores Oficiales como ella y Adem mostraba abi

eíbles puestas de sol. Y al despertarse, dejaba a un lado sus anhelos más profundos para convertirse

m Murf Habid, que sus recuerdos la condenarían al más terrible infierno y que c

e moldeado por las situaciones que le tocó vivir de pequeño. A sus siete años de edad, se dio cuenta

un niño

mano. No era un humano

endió que era incapaz de encajar en la sociedad y qu

ntes de dejarlo solo se agachó hasta quedar a su altura y le dijo que todo estaría bien, que en la escuela se divertiría como lo hacía en el h

caban tareas, así que podía ser uno más del montón. Pero ahora estaba solo en el pati

comenzar a ir a clases, lloró a gritos, implorando,

ro estar con ell

—preguntó

detuvo su llanto, sintiéndo

losos, la silueta de una joven de vestido rojo acercarse a él,

—escuchó que

adamente ocho años que sostenía en sus manos una pelota roja. Estaba rodeado de cuatro ni

res? —preg

en gran manera, después de

na humanos en su restaurante

a estaba más nublado de lo normal y retumbaba, como si

e —gruñ

crees muy valiente? —Se acercó a Adem e intentó tomarlo del cabe

—gruñó Adem y se levantó desa

lanzándole la pelota a Adem al rostro y así soltarse de su agarre, pero éste la esquivó, haciendo un

aria se acercaron a ver lo que ahora era una pelea. Los ro

Sintió que lo cargaron en el aire y lo apartaron de la muchedumbre. Inte

el rostro lleno de sangre del pelirrojo. Aparte de ellos otros profesores le veían con

ijo artes marciales? —pregun

Roben sin po

s aseguran que hizo volar a su compañero en el aire, lo hizo caer de espald

ierto que Adem ha crecido con personas que pudieron enseñarle a defenderse, en el hospital pediátrico

—. Revisamos las cámaras de seguridad y la actitud de Adem no es acorde a la de un niño de su edad. —Una pantalla suspensora voló h

una mano a su boca al no soportar la impresión. Al fin

no la ha estado pasando bien, desde que nos mudamos de casa y tuvo que dejar de asistir al

es un niño violento… —esbozó Leil

a directora—. El consejo no permitirá este tipo de conductas en l

dos los saben, Adem lo que hizo fue defenderse. ¿Qué pensarán los padres de familia si se enteran de que en esta institución están permitiendo que l

ran manera, sus labios temblaban, advirti

til y si nos vamos a juicio la reputación del colegio ante la sociedad será perjudicada. Estoy seguro de que podemos llegar a un acuerdo, tomar medidas con Adem para que este tip

una orientadora vigilándole, pero la mujer después de media hora le hizo prometer que no se movería de su pu

el niño al suelo, saltar encima de él y comenzar a darle puñetazos en el rostro. Tenía la vaga sensación de haber practicado aquellos movimientos muchísimas veces, pero no sabía dónde, aunque est

scuchó una voz

en dos coletas, su rostro estaba lleno de pecas y llevaba un bolso rosado en su

ente para llorar —resp

Adem notó que le hacían fa

ltó ella—. ¿Por

í có

adulto. E

? —preguntó con tristeza. La n

emedar el movimiento con sus manos, como si lanzara un costal de papas al suelo—. Y después golpeaste su rostro, pum, pum,

enseñ

uié

ue ella. Ella todos los días ent

é es

l q

te, defensa d

ugó el e

refieres? —

demasiado raro… Dices cosas extrañas. —Esperó a que Adem dijera algo, pero en vista de que no lo haría, decidió seguir h

una bolsita transparente llena de caramelos. Le extendió el paque

dar, pero con

Cu

to partirle el rostro a Mariana, la de segundo año, n

dem y tomó un cara

tu lado, finjamos

pu

ó ella y alejó l

gustas, no s

n los niños que son tan lindos de cara, todas las niñas quieren ser sus novias y eso me enoja.

ar dulces to

y a comer a su restaurante, me dice que a cambi

a ser comunicativo. Además, con quien debía enojarse era con su madre, que nuevamente estaba manipulando a los niños para que inten

momento? —preguntó Issis, sac

lo

sabes si habl

niña, pero no

or

ramelo mientras veía fijament

iadas pregun

ablar sobre lo que decían los demás niños sobre la pelea hasta

iciales, el decano Marcow decidió hacer una inesperad

estar alejados al menos unos diez metros y alzar la mirada para poder contemplarla en toda su majestuosidad. El gran Bryan Domán empuñaba una espada con sus dos manos que t

n del Inicio para observar la estatua. La veía tan fijam

su lado—, humildemente no

o arrugado, volteó a ver al jovencito rubio, éste se ll

ede cuestionar sus sabias palabras —soltó Joshua en

numento, esta vez sus ojos de párpados abultados y rugosos

nsa volver a sus orígenes… Sí… Querrá matarme una vez m

e que revisó el listado de los aspirantes al examen de admisión a la academia de soñadores no dejaba de maldecir aquel nombre en específico. Si bien era cierto que le inquietara el

—. Mira bien la cara de quien inició todo. En mi vida pasada me quitó todo lo que tenía, su rost

n Domán… es usted? —preguntó el joven, intentaba no arrugar el

w soltó un gruñido, empuñando las manos—. Me equivoqué… Humm… no debí dejarl

uro es que no sea admitido, el proceso de admisión del CCI admite únicamente al cinco por ciento de los aspirant

dolida, negó levemente con la cabez

miento de las Amantis en sus primeros años de vida? Él no es un niño común, creció recibiendo la influencia de la Élite, sobre todo de ella. Esa mal

s años no tuvo ningún tipo de contacto con Jara Adelina Darmy, si era admitido a la academia de soñadores el reencuentro sería inevitable; por esta misma razón se lo informó a su mentor, pero jamás creyó que caería en una ola de h

onía un gravísimo problema para todos sus planes. Si Adem Murf Habid era la encarnación del gran primer Soñador Oficial, eso informaba que Jara Adelina Darmy era Jensen Riau Darmy. Esto expli

al no haría más que crecer y crecer, respondiéndole la gran incógnita del por qué por más cosas que le hacía para que muriera, no sucedía. Y ahora que meditaba en estas p

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