La amante del doctor
orman
impaciente y extre
a que llegue, aunque claramente la hora en qu
una vuelta por la habitación y verificar que todo esté ordenado.
e nuevo mi reloj, y, aunque apenas pasaron unos segundos desde mi última
recibe. La repaso completa sin disimularlo y no puedo evi
otas del mismo tono. Su pelo, que le llega hasta por debajo de las nalgas, lo tiene s
la noche —dice con una sonrisa tierna
u nivel. Estoy agradecido de haber elegido éste saco azul, aunque creí que sería demasiado al principio, vie
esestima. —¿Y qué qu
más sustancioso que un sándwich de pollo o verduras no
ato que aún está parada en la puerta y la hago pasar. No me pasa d
staría comer,
Pensé que ya habíamos
risa con la que ya me tiene acostumbr
rendes? Algo típico
o —Contesta y me indica con la m
Ya había visto durante mis viajes a la clínica que por aquí hay muchos restaurantes y
poco iluminada y francamente no creo que sea adecuado que una chi
i inquietud mental. —Ya lo verás cuando empieces a codearte con las perso
para irnos a donde sea que me lleva, tomo su mano. No me
na música tradicional de arpa y guitarra. Al instante consigo adaptarme al ambient
r, uno al que en Alemania no estamos acostumbrados en absoluto, especialmente la ca
o solo charlando para digerir toda la carne que nos metimos al e
r la feria de emprendedores en ese tiempo, hay algunos juegos a los que podemos participar y divertirnos un montón. Luego de que te
—Respondo con una sonrisa. —¿Nos
n una mirada demasiado tierna. —Si me llamaste para eso, pues est
ribuyó mucho que soy una persona exigente en demasía en el aspecto personal, mis padres me habían inculcado a ser siempre sobresaliente en todo desde muy niño, en el estudio, en mis amistades, en mis alimentos, y más aún en mis escasas relaciones cuando tuve la eda
Es extrovertida y risueña, en ocasiones desatenta, muy pequeña para mi altura. Tie
do nota que me quedo embelesa
eras —Respondo sin titubear. —Estoy en
viosa al notar el sar
onroja de inmediato al provocarla delib
muy guapo, Norma
que sí le gusto, es u
me gustas —Boquea un par de veces sonrojánd
ae la cuenta. Al momento ella intenta pagar, pero la dete
ia donde caminamos por un cierto tiempo entre los puestos, mirando, jugando
? —Aprovecho para preguntar mi
, d
r aquí? Y no hablo solo de ir a ferias o al cin
rendida y tímida. Pese a que la calle es osc
usual —Responde sin apartar su v
ta muy sencilla y directa, nunca me ha gustado andar con rodeos y ésta no es la excepción.
un acuerdo sexual, ¿no? —Asiento. —¿Qué pasará después de eso? Es mucho t
emos, así nadie sale perdiendo nada. Seremos amigos, pero que follan cada vez que tengan
arse, pero la detengo.
nder si sí o no.
en un susurro. —No creo que haya una sola mujer
o a mil. Habiendo visto su rostro sorprendido por mi propuesta hace unos segundos at
—Pregunto solo p
que esto afecte a mis prácticas en la clínica, mi profesión es muy im
oco deseo que nos invo
orto, pero mojado. Puedo sentir su sabor inundar mi boca y su lengua
mi propio molde y rompiendo los parámetros que yo mismo he forja