Divorciada del cruel millonario
Jen
a la conclusión de que fue un piropo decente, tal vez para subirle el animo a s
ác
se me quedo viendo como si estuviera demente y tal ve
saluda viendo extraña— ¿qu
—me hice la
vi asustada como si de verdad fuera a sali
acercó a mí sentándose en una silla po
me dijeron que sí —se encogió de hombros —adem
é a decir cuando la puerta se abrió de
“todo me huele mal y no hay nadie mejor que yo
ra— chasquear los dedos co
iable y para este punto no me
—pregunte de
d —usó mi apellido de solte
plica mi mejor ami
ó a mi lado así que la volví a sentar y apr
ra amable. Cora me vio como si quisiera ahoga
r —refunfuño lo suficientement
replicar porque el
e 1 mi
á. Se quedó viendo la silla como si tentáculo
í, la visita
sucedió ayer en la madrugada no puede repetirse —me mira
a y resultó ser la del ex esposo. Aún así ella hacía uso de ese apellido no era
jo no es mi casa —le lance a la cara lo que muchas vec
gura ella —¿Vas a perde
rogarse o algo, e
a, parece mucho. Señora Kessler —arrugo su n
to te sirva de ejemplo. El matrimonio
jo de la histori
se ha divorciado —le dije inocente con veneno
poniéndose roja— regresaras a
hijo es una porquería d
ahora tienes que aceptarlo y déjate de b
ra mi posición — su hijo me fue infiel con mi propia
sus labios de desprecio— no vas a deja
ez en menos de veinte min
l doctor
y? Me falta
lvió el saludo—
ararse en toda su estatura, lo simpático y b
o, Joseph —lo desestimó com
a ti— sonrió de medio lado, pero no quieres estar fr
ás fuerte, decía una cosa, pero su cuerpo reacc
le habló fríamente y ella dio un paso atrás— ahor
clara amenaza— y tú, piensa bien lo que vas hac
tando mi hombro y sentí est
— le dije medio en b
tranquilo volviendo a ser el do
nazarte— recal
mé mi teléfono y lo encendí, no r
ó claro cada día, todo los días desde hace tres años— me se
un buen abogado—
sta— no es por ofender, pero tu ex es una mujer de armas tomar y he v
ada por completo con letras blancas— ya lo llamé
cuerdan a un lago de aguas verdes que vi en internet
a estoy a bordo— le dije sintiéndome pequeñita con su mirada.
ativo a mi alma, ojalá Sam
imaginé— me dijo cuando se calm
rato más hasta que abrieron la
y se veía avergonzada —pen
Joseph no se rio y
de esta ronda— revisó sus notas — si tod
le dije su apellido y Cora comenzó
ro y salió de la habitación con u
decirme cuando la bruja esa llegó— asentí de nuevo tapando
onriendo mis mejillas arder—
usta! —me acusa con
alizada por lo que decía— ¡no! Es e
pá tan caliente— meneo las cejas y yo quería morirme
empre se rehusó a hablarme de su padre
to y coleando— mueve su
ble conmigo. Era la nuera engañada que no conocía.