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Bebe Oculto del Jeque

Bebe Oculto del Jeque

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Capítulo 1 Capitulo 1

Palabras:1072    |    Actualizado en: 04/08/2023

ól

lo profundo de los desier

ntigo hast

para cualquier niño de siete años, sus ojos, más oscuros

? ¿Te gus

años mayor que Farid, Abdel era un rey entre niños, nacido para g

ficaba que pudier

y ágil, y también fuerte, fue su determinación lo que significó que ganó, cada vez. Fue la misma determinación que lo había visto trepar al árbol más alto y más viejo del parque real que rodeaba el

iempo en la tierra. "¡Ir!" Llamó por encima del hombro, la misma sonrisa en sus

ijó su mirada en la cima de una duna distante y corrió tras él, las puntas de sus pie

. Incluso de niño, Farid era consciente de las diferentes expectativas y presiones que soportaban. En los eventos públicos, Farid no era el centro de atención. Podí

esados y opresivos zapatos porque Farid estaba a sus espaldas, su campeón y partidario. Que Farid solo podía vivir su vida porque Abdel era su hermano mayor, protegiéndolo de l

drían ser rivales acérrimos, ta

ra persona. Pero para Farid, perder no era y nunca sería una opción. Entrecerró la mirada y c

tiempo d

Noche de Apertura

que algo se apretaba en el centro de su pecho. ¿Cómo e

os en los que se arrepintiera, en los que deseara... pero nunca volvería a cometer ese error. Su matrimonio había sido un desastre, tal como sus padres y primos le habían advertido que sería. ¿Quién conoció a su compañero de vida

s a ella, mientras hablaban con uno de los políticos más conocidos de Grecia, pero sus manos estaban entrelazadas detrás de la espalda de Cinthya, e

incipio, y cualquier atracción física que había al principio había comenzado a desvanecerse hasta que la av

episodio frente a todos. esa gente. Atravesó la habitación rápidamente, sin mirar, sin concentrarse, cuando su hombro chocó con algo tan duro y firme que casi pierde el control. Una mano se extendió, curvándo

esía de la adrenalina que inundaba su cuerpo. Los ataques de pánico n

ció y el pánico la atravesó, reemplazado por otras emociones, igualmente

onducía a un callejón lateral, lejos de las miradas indiscretas de los

lumbrante vestido de alta costura que había elegido para la ocasión parecía como si

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