El Socio de mi padre
Ătu
omĂngue
anajuato
eso, que fue tan intensa la sensaciĂłn del beso que provocĂł que me corriera ahĂ, sin siquiera tocarme en el asiento del auto, me qued
diaba con sus preciosos ojos, clavados en
r ahora, no lo dejarĂa porque ya habĂa probado un poco d
o mejor que me ha pasado en mucho tiempo, espero qu
nosotros dos, si con ese solo beso me habĂa llevado al mismo cielo, que serĂ
o miedo, de las consecuencias que podamos tener despuĂ©s, los dos. TĂș
las Ășltimas consecuencias, porque no iba a dejar escapar esta gran
ras me beses asĂ â DeclarĂ© con seguridad
diciones que yo, por que no solamente se trataba de lo que yo sintiera o lo que Ă©l
pero tenemos que tener cuid
de control, entre beso y beso yo le quité el saco que terminó en el asiento trasero del auto y él mientras me besa
ba subiendo y yo, le quité la corbata y le desabroché la camisa, dejando su abdomen muy bien trabajado expuesto para mà y comencé a acaric
eĂr â Tenemos que irnos de aquĂ, te he dicho que tengamos cuidado y estamos
tratara de gente muy curiosa que se acercara a ver qué era lo que eståbamos ha
ĂĄ oscureciendo un poco son las 7 de la noche, relĂĄjate â RespondĂ de
itio. Es peligroso estar a
no Ăbamos a ser los rimeros a los que encontraran en esa situaciĂł
iré a mi luga
bocado y desesperado por lo que acababa de pasar y eso que nos habĂamos detenido. Axel puso en marcha el auto y cuando ya
y entrelazĂł nuestros dedos. El solo contacto me decĂa que esas manos me llevarĂan justo a la gloria, porque siem
nidad, te aseguro que después de estar con
en cuanto lo veĂa se me olvidaba cualquier cosa, como si todo dejara
imo â Me tenĂa hechizada con sus ojos â
o, no me importaba donde, pero me urgĂa seguir sintie
dea, ÂżAlgun
nto â SugerĂ risueña â AhĂ nos podemos termi
o si Ă©l sacara esta mujer arriesgada que llevaba dentro, como si se hubieran ido mis reservas hacĂa los hom
o â Me guiñó un ojo â Eres tan dulce Amaia, que no sĂ© cĂłmo p
o tuya en el momento que me lo pidieras. No e
e lo que habĂa estado guardando durante tanto t
sar mi mano â Que, he de reconocer que, lo que ha pasado
caba, cuando pensaba que no me daba cuenta no eran de un am
tiempo soñando? No me dejes asĂ, te lo pid
e iba a dejar con la duda â SĂ© que no te gustan muchas cosas, pero, conmigo
MĂ©tete por esa salida y es todo derecho.
erdo, c
auto ahĂ y solamente necesitamos mirarnos fijamente para que Ă©l, volviera a s