Mi hermosa esposa rebelde

th

mujeres Suro

rro, Cloe Gu tenía los ojos bajos y estaba sentada en silencio en la esquina junto a su

ue estaban ligeramente rizadas y debajo de su nariz afilada había un par de labios rojos, con todo esto combinado, era un rostro exquisito y hermoso, incluso el feo un

Bang

as a Cloe, su expresión ligeramente enojada, era obvio que no tenía paciencia, ella finalmente levantó la cabeza, sus labios se movieron ligera

nalmente mostraron cierta fluctuación cuando entró en la sala de

se cerró, aislando todos los son

o suelto. Aparte de su vientre, su figura no había cambiado mucho y seguía siendo voluptuosa a pesar de estar embarazada. Era

sionera mas humilde, sus exquisitos rasgos faciales, que eran su único pu

ahora era ronca y rasposa, era como si

ia parecia incomoda con su voz, y le ofrecio una mirada de disgusto, acari

arazada” Con su encantadora voz, Silvia, la hechicera más sexy de North City, podía seducir

vio que el rostro de Cloe se ponía pálido, las comisuras d

o. ¡Nos casamos hace un año!” Ese tono triunfal destruyó levement

n a un rival derrotado frente a ella; ella estaba esperando que Cloe mostrara una ex

recía que, aparte de la sorpresa inicial de Cloe, volvió a la apariencia

a, no puedo olvidarte. Mire a la familia Yu, ¿c

spondió, Silvia finalmente se molestó. "¿Solo sabes cómo mostrar esta

on voz ronca: "¡Te odio!" Sentia u

emocionada en el rostro de Silvia, levantando la cabeza con arrogancia

un poco a Silvia, miró a Cloe con lo

smo ahora. ¿Qué derecho tienes para decir eso?” Levant

quedarse aquí para siempre!” Se puso de pie y señaló a Cloe, regañ

s, que hacía tiempo que no se cortaban, se clava

tan siniestra hasta tal punto. Ella no la

nfrentarla! ¡Destruyendo su vida feliz, persiguiendo a sus padres adoptivos, y ahora,

odio; sus ojos lentamente cambiaron de rojo a inyectados en sangre debido a su

xpresión de Cloe, de alguna manera la hizo sentir complacida, porque era el tipo de reacc

rmana biológica! Estaba llen

sto cuando estaba a punto de abalanzarse sobre ella y agarrar su rostro como una bestia enojada, alguien de re

de Silvia junto con la sonrisa malada pegada en ella desapareci

a hacer ejercicio!” Inesperada… ¿muerte súbita? Toda la última concienc

bía s