Cuando Mariana acepta casarse con Alejandro Fuentes, un CEO de una poderosa empresa de publicidad, lo hace como parte de un acuerdo entre sus familias. Lo que comienza como un matrimonio por contrato se convierte en un complicado juego de emociones y deseos, cuando Mariana descubre que está embarazada de Alejandro, justo cuando él inicia un romance con una de sus colegas. Con el futuro de su hijo en juego, Mariana se ve atrapada entre la lealtad a su familia y los sentimientos que empiezan a florecer por su marido. Pero cuando los secretos de Alejandro salen a la luz, incluyendo un posible amante oculto, Mariana se enfrenta a la difícil decisión de si mantener su matrimonio o dejarlo todo atrás.
Mariana Estrada estaba sentada frente a la gran mesa de cristal del salón principal de la mansión de los Fuentes, un lugar que, en este preciso momento, le parecía tan frío y distante como la figura de su prometido. Alejandro Fuentes, un hombre que había hecho su fortuna a base de decisiones calculadas y una voluntad de hierro, la observaba desde el otro lado, con una expresión tan impasible como siempre. Sus ojos azules, fríos e inquebrantables, no parecían compartir ni una pizca de la turbulencia que ella sentía en su interior.
La mansión, que pertenecía a la familia Fuentes desde generaciones atrás, estaba decorada con la exquisita ostentación de quienes no tenían que preocuparse por el precio de nada. Todo a su alrededor hablaba de poder: desde las columnas de mármol hasta los cuadros en las paredes, cada rincón reflejaba el estatus y la riqueza con la que Alejandro había crecido. Para él, este matrimonio no era nada más que otro acuerdo, una negociación entre familias, como tantas que había vivido a lo largo de su vida. Pero para Mariana, este matrimonio significaba un cambio radical en su destino.
Mariana había crecido en una familia humilde. Aunque su madre había sido una mujer de carácter y su padre un hombre de principios, nunca habían gozado de las comodidades que ofrecían las familias como los Fuentes. La oportunidad que se le presentaba ahora era, en muchos sentidos, un sueño hecho realidad. Pero a un costo muy alto. El precio era su libertad, su elección personal, su deseo de decidir su propio futuro.
- Mariana, ¿has tomado una decisión? -dijo Alejandro, su voz profunda y calmada interrumpiendo sus pensamientos.
Mariana levantó la vista, encontrándose con los ojos de él, pero no era la misma mirada que esperaba. No había dulzura ni interés genuino. Era una mirada neutral, casi distante, como si él estuviera analizando una transacción comercial y no el destino de una mujer.
- Sí, Alejandro, he tomado una decisión -respondió Mariana, con la voz más firme de lo que realmente se sentía. Estaba tratando de convencerse a sí misma tanto como a él.
Alejandro asintió lentamente, su expresión imperturbable. Sin duda, estaba acostumbrado a este tipo de negociaciones. La situación de Mariana no le sorprendía, pero tampoco parecía importarle demasiado. Después de todo, él siempre había visto el matrimonio como un simple acuerdo de conveniencia, una forma de consolidar su poder y estatus. La gente como él no se casaba por amor; se casaban por deber, por necesidad, por estrategia.
- Bien -dijo, con una sonrisa fría, casi calculadora-. Entonces, podemos proceder.
Mariana tragó saliva, intentando mantener la calma. Las palabras de Alejandro no le ofrecían ningún consuelo. Sabía que esta era la única opción que le quedaba. Su familia necesitaba el dinero y la influencia de los Fuentes. El acuerdo con ellos había sido algo más que un simple matrimonio. Era el futuro de su familia, la promesa de estabilidad para su madre, quien había sacrificado tanto para que ella pudiera tener una educación decente, y la seguridad que su hermano menor necesitaba para poder continuar sus estudios en el extranjero.
La presión que Mariana sentía sobre sus hombros era abrumadora. Desde el principio, su madre le había insistido en que aceptara el matrimonio. "Es lo mejor para nosotros, hija", le había dicho con lágrimas en los ojos, sabiendo que la decisión que Mariana tomaba cambiaría sus vidas para siempre. Pero ¿a qué costo?
- Entiendo que este matrimonio es un compromiso de familia -dijo Mariana, tratando de esconder la incertidumbre en su voz-. Y por respeto a la nuestra, acepto.
Alejandro la observó por un momento largo, como si estuviera evaluando sus palabras, midiendo el peso de lo que acababa de decir. Mariana no se atrevió a mirar sus ojos directamente, temerosa de lo que pudiera ver en ellos. Sabía que lo que él esperaba de ella no era una esposa cariñosa o devota, sino simplemente una mujer que cumpliera con su parte del trato, que se comportara como una adorno perfecto en la vida pública de los Fuentes.
- Lo aprecio, Mariana -respondió Alejandro, levantándose de su silla con un movimiento ágil-. Esto es lo que conviene. Y no olvides que, aunque no sea un matrimonio basado en sentimientos, tenemos nuestras respectivas responsabilidades. A ti te corresponde manejar tu imagen, y a mí, asegurar que nuestra familia siga adelante como siempre.
Mariana asintió en silencio, reconociendo las palabras de Alejandro como una simple reafirmación de lo que ella ya sabía. Este matrimonio no se basaba en el amor, no se basaba en el deseo ni en los sentimientos. Era simplemente una estrategia, un pacto que había sido acordado mucho antes de que ella pudiera decir algo al respecto.
El reloj de la sala hizo un leve tic-tac, marcando el paso del tiempo, y por un momento, Mariana se sintió atrapada en esa habitación tan grande, tan imponente, tan distante. Era una sensación que la había acompañado desde que sus padres le habían explicado que su destino ya estaba sellado. Esta era la oportunidad que le había sido dada, la que no podía rechazar. ¿Qué otra opción tenía? Su familia había hecho un sacrificio tremendo para llegar hasta aquí, y ella no podía fallarles.
- La ceremonia será en un mes, en la finca de la familia Fuentes -informó Alejandro, interrumpiendo sus pensamientos-. Necesitarás tiempo para prepararte. Y también deberás familiarizarte con los compromisos sociales que esto conlleva.
Mariana asintió de nuevo, con una pequeña sonrisa que no alcanzaba a iluminar su rostro. Ya había aceptado el compromiso, aunque en el fondo sabía que su vida no sería la misma. Todo lo que había conocido hasta ahora cambiaría en cuestión de días. No sería más que una sombra, una figura en la sombra de Alejandro, una esposa cuyo papel era cumplir con las expectativas sociales y, en su corazón, llevar la carga de las decisiones de otros.
El matrimonio, aunque por contrato, era un paso hacia la prosperidad. Pero para Mariana, esa prosperidad no se sentiría como una bendición. Lo que ella había soñado en su juventud, una vida llena de amor, aventuras y libertad, quedaba ahora relegado a un rincón oscuro de su corazón.
A medida que Alejandro se levantaba para salir, Mariana se quedó sola en el salón, observando el brillo de los cristales y las grandes ventanas que daban a los jardines perfectamente cuidados de la mansión. El viento se colaba a través de las rendijas, trayendo consigo una sensación de frío que nada tenía que ver con la temperatura del día. Era el frío que sentía en su interior, el vacío que crecía al darse cuenta de que su vida había tomado un rumbo irreversible.
Aunque sus padres la habían preparado para este momento, nunca pudo imaginar que la decisión que tomaría, por muy necesaria que fuera, le costaría tanto. Mariana no sabía si algún día podría encontrar la paz con esta decisión. Pero lo que sí sabía, era que había tomado el control de su destino, aunque fuera a través de una promesa que no había sido completamente suya.
Se quedó allí, mirando la enorme mansión, sintiendo el peso del futuro que había elegido para ella misma y para su familia. En ese momento, no podía ver más allá de la fachada de riqueza y poder que rodeaba su vida ahora. Pero algo en su interior le decía que pronto, muy pronto, la verdadera batalla comenzaría. Y aunque aún no lo sabía, la verdadera lucha sería por su propia libertad.
Capítulo 1 El precio de la promesa
12/11/2025
Capítulo 2 La frialdad bajo la superficie
12/11/2025
Capítulo 3 El compromiso sellado
12/11/2025
Capítulo 4 La distancia invisible
12/11/2025
Capítulo 5 La noticia que lo cambia todo
12/11/2025
Capítulo 6 La soledad de un compromiso vacío
12/11/2025
Capítulo 7 Esperar y seguir adelante
12/11/2025
Capítulo 8 El tiempo para las mentiras había pasado
12/11/2025
Capítulo 9 La verdad ya estaba allí
12/11/2025
Capítulo 10 La presión de las expectativas
12/11/2025
Capítulo 11 Cambios inevitables
12/11/2025
Capítulo 12 Invisibilidad
12/11/2025
Capítulo 13 La verdad a gritos
12/11/2025
Capítulo 14 Un nuevo propósito
12/11/2025
Capítulo 15 Nuevas emociones
12/11/2025
Capítulo 16 Un despertar inesperado
12/11/2025
Capítulo 17 Distancia y Desencuentros
12/11/2025
Capítulo 18 Desenmascarando la farsa
12/11/2025
Capítulo 19 La verdad a la luz
12/11/2025
Capítulo 20 Aislada en la multitud
12/11/2025
Capítulo 21 Caminos separados
12/11/2025
Capítulo 22 El peso de la fachada
12/11/2025
Capítulo 23 La fiesta de la desconexión
12/11/2025
Capítulo 24 La decisión de reconstruir
12/11/2025
Capítulo 25 El miedo a perderla
12/11/2025
Capítulo 26 Un nuevo comienzo
12/11/2025
Capítulo 27 Enfrentando la tormenta
12/11/2025
Capítulo 28 El peso de las expectativas
12/11/2025
Capítulo 29 Jugar a la imagen perfecta
12/11/2025
Capítulo 30 La imagen rota
12/11/2025
Capítulo 31 El reflejo de una nueva posibilidad
12/11/2025
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