Sofía: El Costo de la Libertad

Sofía: El Costo de la Libertad

Gavin

5.0
calificaciones
19
Vistas
12
Capítulo

El calor de la noche se pegaba a mi piel, se mezclaba con el sudor y el perfume barato de Ricardo, mi prometido. Acabábamos de "compartir un momento de pasión", según él. Para él, parecía una conquista más; para mí, el inicio de una pesadilla. Un dolor agudo, como una navaja, me atravesó el vientre bajo. "Me duele... mucho", apenas pude susurrar, mientras él se vestía y me ignoraba. Su respuesta fue cortante: "¿Ahora qué, Sofía? No empieces con tus dramas, estoy cansado. Siempre te duele algo. Tómate una pastilla y ya." Mientras yo me retorcía de agonía, mi celular vibró. Era una publicación suya en redes sociales. "La gallina se puso a cacarear que le duele algo. Típico. De todos modos, con la lana que le di para el arras, no se atreverá a dejarme. Ya está amarrada." "Gallina". "Lana". "Amarrada". Cada palabra era un golpe, más doloroso que la punzada en mi vientre. La humillación me quemaba la cara. ¿El hombre con el que me iba a casar me veía como una transacción, como un animal que se podía comprar y controlar? "¿Una broma?", repetí, sintiendo cómo la ira desplazaba al dolor. "¿Me estás llamando gallina frente a todos tus amigos? ¿Estás alardeando de que me compraste con dinero?" Él se encogió de hombros, su sonrisa de suficiencia ahora era una mueca. "Mira, Sofía, no es para tanto. Es solo para presumir un poco. Además, ¿qué vas a hacer? ¿Romper el compromiso? ¿Y el dinero del arras? Sé que tu familia no puede devolverlo tan fácil." Esa fue la gota que derramó el vaso. Su egoísmo, su tacañería, su crueldad. Con un grito que no sabía que tenía, me incorporé. Mis manos temblaban, pero mi mente estaba clara. Agarré mi bolso, saqué mi celular y abrí la aplicación del banco. Le transferí cada centavo del dinero del arras. Cincuenta mil pesos. "Ahí está tu maldita lana," siseé, con veneno en cada palabra. "Puedes meterte tu dinero y tu compromiso por donde te quepa. Se acabó, Ricardo. Se acabó todo." Me desplomé de rodillas, pero con una furia renovada marqué el 911. "Necesito una ambulancia. Estoy en el Hotel Grand Majestic, habitación 712. Creo que tengo una hemorragia interna." Ricardo me miró, paralizado. "Lárgate de mi vista. No quiero volver a verte en mi vida." Me desmayé. Desperté en un hospital, sola. Ricardo me había dejado desangrándome. El diagnóstico: ruptura de cuerpo lúteo. Casi muero. Y él se preocupaba por el costo del Uber. Pero mi pesadilla apenas comenzaba. La "familia" de Ricardo, liderada por su madre, Elena, juró venganza. "¡Te vas a arrepentir de esto, maldita zorra!" Sus palabras resonaban en el hospital, y solo anunciaban la tormenta por venir.

Introducción

El calor de la noche se pegaba a mi piel, se mezclaba con el sudor y el perfume barato de Ricardo, mi prometido.

Acabábamos de "compartir un momento de pasión", según él.

Para él, parecía una conquista más; para mí, el inicio de una pesadilla.

Un dolor agudo, como una navaja, me atravesó el vientre bajo.

"Me duele... mucho", apenas pude susurrar, mientras él se vestía y me ignoraba.

Su respuesta fue cortante: "¿Ahora qué, Sofía? No empieces con tus dramas, estoy cansado. Siempre te duele algo. Tómate una pastilla y ya."

Mientras yo me retorcía de agonía, mi celular vibró. Era una publicación suya en redes sociales.

"La gallina se puso a cacarear que le duele algo. Típico. De todos modos, con la lana que le di para el arras, no se atreverá a dejarme. Ya está amarrada."

"Gallina". "Lana". "Amarrada". Cada palabra era un golpe, más doloroso que la punzada en mi vientre.

La humillación me quemaba la cara. ¿El hombre con el que me iba a casar me veía como una transacción, como un animal que se podía comprar y controlar?

"¿Una broma?", repetí, sintiendo cómo la ira desplazaba al dolor. "¿Me estás llamando gallina frente a todos tus amigos? ¿Estás alardeando de que me compraste con dinero?"

Él se encogió de hombros, su sonrisa de suficiencia ahora era una mueca.

"Mira, Sofía, no es para tanto. Es solo para presumir un poco. Además, ¿qué vas a hacer? ¿Romper el compromiso? ¿Y el dinero del arras? Sé que tu familia no puede devolverlo tan fácil."

Esa fue la gota que derramó el vaso. Su egoísmo, su tacañería, su crueldad.

Con un grito que no sabía que tenía, me incorporé. Mis manos temblaban, pero mi mente estaba clara.

Agarré mi bolso, saqué mi celular y abrí la aplicación del banco.

Le transferí cada centavo del dinero del arras. Cincuenta mil pesos.

"Ahí está tu maldita lana," siseé, con veneno en cada palabra. "Puedes meterte tu dinero y tu compromiso por donde te quepa. Se acabó, Ricardo. Se acabó todo."

Me desplomé de rodillas, pero con una furia renovada marqué el 911.

"Necesito una ambulancia. Estoy en el Hotel Grand Majestic, habitación 712. Creo que tengo una hemorragia interna."

Ricardo me miró, paralizado.

"Lárgate de mi vista. No quiero volver a verte en mi vida."

Me desmayé.

Desperté en un hospital, sola. Ricardo me había dejado desangrándome. El diagnóstico: ruptura de cuerpo lúteo. Casi muero.

Y él se preocupaba por el costo del Uber.

Pero mi pesadilla apenas comenzaba. La "familia" de Ricardo, liderada por su madre, Elena, juró venganza.

"¡Te vas a arrepentir de esto, maldita zorra!"

Sus palabras resonaban en el hospital, y solo anunciaban la tormenta por venir.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
El Divorcio Falso se convierte en Verdad

El Divorcio Falso se convierte en Verdad

Moderno

5.0

Mi marido, Javier, llegó a casa con una sonrisa extraña y la propuesta que, según él, cambiaría nuestras vidas para siempre: un puesto de alta dirección en Argentina. La única condición, explicó, era un "divorcio de conveniencia", solo en el papel, exigido por la empresa y todo "por nuestro futuro" y el de nuestra hija. Lo que él no sabía es que, noches antes, mis insomnios me habían llevado a un foro donde se detallaba "la estafa del divorcio por trabajo en el extranjero": un patrón idéntico para vaciar cuentas y huir con una amante. Su descaro se confirmó con un mensaje de "Valeria" en su teléfono: "¿Ya lo has conseguido, amor? ¡No puedo esperar a que estemos juntos en Mendoza!". Poco después, vació nuestra cuenta conjunta hasta el último céntimo, dejando a cero los ahorros de diez años de matrimonio. Mientras me besaba la frente y me llamaba "la mejor esposa del mundo", una pregunta resonaba en mi mente: ¿De verdad me creía tan estúpida? No sentí dolor, solo una fría y gélida anticipación de lo que estaba por venir. Firmé aquel divorcio con una sonrisa dócil, pero por dentro ardía la determinación. Él creía que me había despojado de todo, pero no sabía que mi "hobby" de diseñadora gráfica me había permitido acumular una fortuna de seis cifras en una cuenta secreta. Ahora, mientras él celebraba su traición, yo empezaba mi juego: me aseguraría de que se arrepintiera, de que perdiera mucho más de lo que jamás soñó robar.

Cuando el amor muere

Cuando el amor muere

Romance

5.0

Sofía, una mujer de belleza deslumbrante y fortuna, parecía tener la vida perfecta junto a su exitoso esposo, Ricardo, un ranchero de renombre en todo México. Pero no todo era tan idílico como se veía: Elena, una mujer obsesionada con Ricardo, acechaba en las sombras, su persistencia aterradora y sus intentos por separarlos eran la comidilla de todo el estado: desde secuestros en plena boda hasta intentos de usar drogas. Sofía, confiada en el amor de Ricardo y sabiendo su odio visceral a la infidelidad tras la muerte de su madre por las traiciones de su padre, nunca se preocupó por esos chismes. Todo se fue al diablo en su tercer aniversario de bodas, cuando entró a la oficina de Ricardo para darle una sorpresa y lo que encontró la dejó helada: Elena, desnuda, sentada en la silla de su esposo, con SU pluma en la mano, y gimiendo descaradamente. "Ricardo, más suave...", articuló ella. La sangre se le puso fría cuando su esposo, al ver la escena, no echó a Elena como otras veces, sino que le pidió a Sofía que la hiciera vestirse para "cuidar su reputación" . ¿Reputación de quién? El corazón de Sofía se hizo pedazos al ver cómo Ricardo guardaba con esmero la pluma que Elena acababa de usar de forma tan vulgar. Se dio cuenta, con un dolor punzante, de que algo esencial había cambiado. Esa misma noche, firmó los papeles de divorcio que Ricardo mismo le había dado años atrás, y con una frialdad que la sorprendió incluso a ella misma, contactó al peor enemigo de su esposo.

Quizás también le guste

Renace como una mujer deslumbrante

Renace como una mujer deslumbrante

rabb
5.0

Emberly, una científica destacada de la Federación Imperial, se quitó la vida después de completar una investigación importante. Renació, y como en su vida pasada, nació en una familia adinerada. Podría haber llevado una vida próspera y sin preocupaciones. Sin embargo, hubo un intercambio de bebés en el hospital y ella terminó con una familia de campesinos. Más tarde, sus padres adoptivo descubrieron la verdad y la llevaron con su verdadera familia, pero esta ya no la quería, e incluso su malvada hermana adoptiva la despreciaba. Fue acusada injustamente y, al final, murió en prisión. Pero en su siguiente vida, se negó a seguir siendo una cobarde y juró vengarse de todos los que le hicieron daño. Solo se preocuparía por aquellos que realmente fueran buenos con ella y cerraría los ojos ante su familia cruel. En su vida pasada, había experimentado la oscuridad y había sido tratada como basura, pero también había estado en la cima del mundo. Esta vez, solo deseaba vivir para sí misma. Como si se hubiera encendido un interruptor dentro de ella, de repente se convirtió en la mejor en todo lo que se proponía. Ganó el concurso de matemáticas, encabezó los exámenes de ingreso a la universidad y resolvió una pregunta antigua... Más tarde, acumuló innumerables logros en investigación científica. Las personas que una vez la difamaron y menospreciaron lloraron amargamente y le suplicaron una autorización de patente. Ella solo se burló de ellos. ¡De ninguna manera se las daría! Ese era un mundo sin esperanza, pero el mundo depositó su fe en ella. Austin, el heredero de una poderosa familia aristocrática en la capital del imperio, era frío y decisivo. Asustaba a cualquiera que lo mirara. Sin que nadie lo supiera, adoraba a una mujer: Emberly. Nadie sabía que su deseo por ella crecía con cada día que pasaba. Ella trajo luz a su vida, que originalmente era aburrida y sombría.

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro