Ciego por Amor, Vengador por Dolor

Ciego por Amor, Vengador por Dolor

Gavin

5.0
calificaciones
107
Vistas
11
Capítulo

El mariachi Armando Robles lo tenía todo: talento, una prometida hermosa, Sofía, y el amor de su "madre", Doña Elena, la matriarca de los Robles. Pero una noche, todo se hizo pedazo. Lo golpearon salvajemente, lo dejaron ciego y tullido en un callejón apestoso. Mientras agonizaba, escuchó las voces que jamás hubiera imaginado: Sofía y Ricardo, su hermanastro, burlándose de él. "El imbécil del mariachi por fin está donde debe estar, en la basura" , dijo Ricardo. Y luego, el golpe de gracia: Doña Elena, la mujer que lo crió, reveló la verdad más cruel. "Tú eres mi verdadero hijo, Ricardo. Armando nunca debió existir. Lo intercambié al nacer por ti. Él es el hijo de ese infeliz de Carlos" . Mi vida entera era una farsa, construida sobre mentiras y traición por las personas que más amaba. El dolor físico se volvió insignificante ante la magnitud de la traición, ¿cómo pudieron hacerme algo así? Cuando los buitres de la prensa me acorralaron en un hospital de mala muerte, Doña Elena terminó de hundirme: "La familia Robles ya no tiene ninguna relación con él" . Pero justo cuando creí que todo estaba perdido, una voz familiar y rasposa me sacó del abismo: "¡Armando! ¡Compadre, aguanta!" Mis verdaderos hermanos de la vida, se negaron a abandonarme y me rescataron, dándome una segunda oportunidad inmejorable para la venganza. El mariachi Armando Robles había muerto en aquel callejón. Ahora, un nuevo Armando Renacía, con un solo propósito: la justicia.

Introducción

El mariachi Armando Robles lo tenía todo: talento, una prometida hermosa, Sofía, y el amor de su "madre", Doña Elena, la matriarca de los Robles.

Pero una noche, todo se hizo pedazo. Lo golpearon salvajemente, lo dejaron ciego y tullido en un callejón apestoso.

Mientras agonizaba, escuchó las voces que jamás hubiera imaginado: Sofía y Ricardo, su hermanastro, burlándose de él.

"El imbécil del mariachi por fin está donde debe estar, en la basura" , dijo Ricardo.

Y luego, el golpe de gracia: Doña Elena, la mujer que lo crió, reveló la verdad más cruel.

"Tú eres mi verdadero hijo, Ricardo. Armando nunca debió existir. Lo intercambié al nacer por ti. Él es el hijo de ese infeliz de Carlos" .

Mi vida entera era una farsa, construida sobre mentiras y traición por las personas que más amaba.

El dolor físico se volvió insignificante ante la magnitud de la traición, ¿cómo pudieron hacerme algo así?

Cuando los buitres de la prensa me acorralaron en un hospital de mala muerte, Doña Elena terminó de hundirme: "La familia Robles ya no tiene ninguna relación con él" .

Pero justo cuando creí que todo estaba perdido, una voz familiar y rasposa me sacó del abismo: "¡Armando! ¡Compadre, aguanta!"

Mis verdaderos hermanos de la vida, se negaron a abandonarme y me rescataron, dándome una segunda oportunidad inmejorable para la venganza.

El mariachi Armando Robles había muerto en aquel callejón.

Ahora, un nuevo Armando Renacía, con un solo propósito: la justicia.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
La Venganza De La Sustituta

La Venganza De La Sustituta

Romance

5.0

Trabajé tres años como asistente personal de Roy Castillo, el heredero del imperio tequilero. Me enamoré perdidamente de él, aunque yo solo era un consuelo, un cuerpo cálido mientras esperaba a su verdadera obsesión, Scarlett Salazar. Cuando Scarlett regresó, fui desechada como si nunca hubiera existido. Fui abofeteada y humillada públicamente, mis fotos comprometedoras filtradas por toda la alta sociedad. En el colmo del desprecio, me forzaron a arrodillarme sobre granos de maíz, mientras Roy y Scarlett observaban mi agonía. Me despidieron, pero no sin antes hacerme pagar un precio final. El dolor de la rodilla no era nada comparado con la humillación, la confusión. ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Por qué la mujer que amaba se convertía en mi verdugo, y el hombre al que di todo me entregaba al lobo? Él me vendió como un objeto, como una mercancía, por un estúpido collar de diamantes para Scarlett. Me arrojaron a una habitación de hotel con un asqueroso desconocido, y solo por un milagro, o quizás un último acto de misericordia de Roy antes de irse con ella, logré escapar. Decidí huir. Borrar mi antigua vida, la que había sido definida por la obsesión y el desprecio. Pero el pasado tenía garras. Las fotos, el acoso, me siguieron hasta mi refugio en Oaxaca. ¿Me dejaría consumir por la vergüenza, o me levantaría de las cenizas como el agave, más fuerte y con una nueva esencia? Esta vez, no huiría. Esta vez, lucharía.

La Dignidad no se Vende

La Dignidad no se Vende

Romance

5.0

Mi casa en Triana, que olía a jazmín y a melancolía, estaba a punto de perderse. Con solo dieciocho años y un título de diseño recién empezado, sentí el peso de las deudas de mi padre muerto. La oferta llegó como un salvavidas: acompañar a Ricardo Vargas, un constructor poderoso y enigmático. El "acuerdo" era claro: él salvaría mi hogar, yo sería su compañera discreta. Casi creí que el dinero me había traído un amor inesperado, confundiendo su opulencia con cariño, su posesividad con protección. Pero entonces, apareció Carmen Sandoval, su exnovia. Me citó en un hotel de lujo y, con desprecio, me ofreció tres millones de euros para desaparecer. Ella era su "costumbre favorita", y yo, solo un insecto. Para probarlo, hicimos una cruel prueba con mensajes a Ricardo. El suyo fue respondido con preocupación, el mío, con un frío "Espero no sea grave. Estoy ocupado". Ella sonrió. "¿Ves? No eres nada para él". Me reveló que todos los gestos grandiosos de Ricardo -los jazmines, Noruega- eran réplicas de lo que había hecho por ella. Solo era una sustituta, un eco. La indignidad se volvió insoportable. Un día, Carmen rompió el broche de mi abuela y me acusó de agredirla. Ricardo, sin dudarlo, me encerró en el sótano frío y húmedo, donde casi muero de frío. La humillación final llegó cuando, en una fiesta, él volvió a negarme públicamente. Me trató como un objeto, un insignificante estorbo para el juego de sus celos. ¿Cómo pude ser tan ciega, tan ingenua? El dolor era insoportable, la traición palpable. Me había vendido por una falsa seguridad, por un puñado de billetes. ¿Era mi dignidad el precio? ¿O algo más valioso aún? Pero al despertar del delirio, solo quedó una determinación fría. ¡No más! Era hora de despertar. Con los tres millones de euros de Carmen y una beca para Roma, cortaría todas las ataduras. Mi propio cuento de hadas no necesitaba un príncipe tóxico. Estaba lista para mi verdadera vida.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro