Adiós al Cobarde Amor

Adiós al Cobarde Amor

Gavin

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Capítulo

Durante siete años, mi mundo giró en torno a Marco, mi prometido. Compartimos un pequeño departamento, sueños de boda y la promesa de un "para siempre". Él era mi ancla mientras yo, Sofía Ramírez, heredera del Grupo Ramírez, vivía una vida sencilla para aprender desde abajo. Todo se desmoronó el día que me despidieron injustamente de la empresa donde trabajábamos juntos. Marco, con una calma escalofriante, me soltó la bomba: "Isabella está embarazada". Isabella, su jefa, la mujer que ahora llevaba a su hijo, el fruto de una "aventura sin importancia" por la cual, supuestamente, él se "sacrificaba" por nuestro futuro. Intentó justificar su infidelidad, su traición, incluso mi despido, como "sacrificios" para nuestro bien, esperando que yo, ingenua, esperara dos años. Pero lo peor estaba por venir. El hombre al que amé siete años, se había reducido a la nada, un ser cobarde que me humilló, me empujó al suelo, mientras su amante vomitaba a mi lado, culpándome de sus náuseas. Me quedé en el suelo, rodeada de mis pocas pertenencias, mientras él la consolaba, llamándome "zorra". ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Cómo pude entregarle mi vida a un hombre que me despreciaría y humillaría de esa manera? La vergüenza, la rabia y el asco me ahogaban, pero una chispa de fuego comenzó a encenderse en mi interior. No más. La Sofía ingenua y sumisa murió ese día en el pasillo, entre el vómito y la traición. Era hora de que todos conocieran a la verdadera Sofía Ramírez. Y esta vez, nadie se interpondría en mi camino.

Introducción

Durante siete años, mi mundo giró en torno a Marco, mi prometido.

Compartimos un pequeño departamento, sueños de boda y la promesa de un "para siempre".

Él era mi ancla mientras yo, Sofía Ramírez, heredera del Grupo Ramírez, vivía una vida sencilla para aprender desde abajo.

Todo se desmoronó el día que me despidieron injustamente de la empresa donde trabajábamos juntos.

Marco, con una calma escalofriante, me soltó la bomba: "Isabella está embarazada".

Isabella, su jefa, la mujer que ahora llevaba a su hijo, el fruto de una "aventura sin importancia" por la cual, supuestamente, él se "sacrificaba" por nuestro futuro.

Intentó justificar su infidelidad, su traición, incluso mi despido, como "sacrificios" para nuestro bien, esperando que yo, ingenua, esperara dos años.

Pero lo peor estaba por venir.

El hombre al que amé siete años, se había reducido a la nada, un ser cobarde que me humilló, me empujó al suelo, mientras su amante vomitaba a mi lado, culpándome de sus náuseas.

Me quedé en el suelo, rodeada de mis pocas pertenencias, mientras él la consolaba, llamándome "zorra".

¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Cómo pude entregarle mi vida a un hombre que me despreciaría y humillaría de esa manera?

La vergüenza, la rabia y el asco me ahogaban, pero una chispa de fuego comenzó a encenderse en mi interior.

No más.

La Sofía ingenua y sumisa murió ese día en el pasillo, entre el vómito y la traición.

Era hora de que todos conocieran a la verdadera Sofía Ramírez.

Y esta vez, nadie se interpondría en mi camino.

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