Hanna estaba en la oficina trabajando cuando entró la cuñada de su prometido.
-¿Qué haces trabajando a esta hora? Se supone que deberías estar lista para tu despedida de soltera.
-hola, Hanna, ¿cómo estás? ¡Así es que se saluda cuando uno llega a un lugar! -Lena, la esposa de su futuro cuñado, puso cara de fastidio.
-Hanna, no seas tan complicada con esos temas de los formalismos mejor apresúrate, debemos ir a tu casa para que puedas arreglarte porque estamos sobre la hora.
-está bien.
No le quedó más remedio que cerrar el computador e irse a casa con su futura "cuñada", en el camino ella hablaba sin parar sobre todo lo que harían esa noche, mientras Hanna no dejaba de cuestionarse si era buena idea tener fiestas separadas, aunque su prometido le aseguro que se comportaría bien. Ella no estaba del todo confiada, "yo sé bien como son los hombres" pensaba ella, Hanna tenía dudas, pero estaba segura de que su prometido era incapaz de hacer algo que pueda lastimarla.
Llegaron a casa de los padres de Hanna y ellos las recibieron con mucho amor, aunque regañaron a su hija por no venir a tiempo. Lena consideraba que su acompañante era demasiado consentida por sus padres, muy niña de mami y papi, "nunca he entendido como ella con veinticuatro años sigue viviendo bajo su techo", juzgaba Lena constantemente.
Subieron a la habitación y mientras Hanna se daba una ducha su "cuñada" jugaba a escogerle ropa, cuando la chica salió del baño apenas pudo contener la mueca incómoda por la elección de Lena. Escogió un vestido demasiado revelador de cuero negro y corto, escogió unas botas del mismo color para combinarlo, ella no estaba muy convencida de usar eso, pero no le haría un desaire a su futura cuñada.
-estás hermosa con esa ropa, enloquecerás a todos los hombres que te vean, es más, si mi cuñado te ve hoy seguro que te embaraza- comentó con picardía.
-ja, ja, ja, Lena, tú siempre pensando en lo sexual.
-que te puedo decir amiga, me encanta disfrutar de los placeres de la vida por eso estoy felizmente casada, cuando llegue el momento comprenderás "el tipo de libertades que el matrimonio te brinda" sobre todo tú que eres una niña de "papi y mami" ¡ahora es que te falta mundo por recorrer!- A Hanna no le gustaban las insinuaciones que hacía Lena constantemente, pero no opinaba al respecto.
La limusina ya esperaba por ellas, así que se apresuraron a bajar -adiós padres nos vemos luego -cuídate mucho, hija que disfrutes -a los padres de Hanna no le agradaba Lena, pero tenían que soportar porque era familia de su yerno.
Subieron a la limusina y comenzaron con la fiesta, como nuestra chica no tenía muchas amigas cercanas, Lena invitó a algunas compañeras de trabajo y familiares de su futuro esposo, comenzaron a beber champán. Aunque Hanna simulaba tomar porque no disfrutaba mucho el alcohol, para ella la idea era disfrutar la noche, no embriagarse hasta perder el conocimiento, Lena, en cambio, estaba feliz porque pensaba que si Hanna se embriagaba podría hacer cualquier locura, ya que le molestaba lo "mojigata" que era.