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LOS SECRETOS DEL ASESINO

LOS SECRETOS DEL ASESINO

KARL GaPa

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Capítulo

Richard Terrayo es probablemente el mejor asesino a sueldo que pueda existir, recibe el encargo de matar a un político al alza que podría decidir el destino de España en las próximas elecciones, pero también fue uno de sus mejores amigos de la infancia, ahora deberá elegir entre una antigua amistad y un trabajo que podría significar poder retirarse del negocio

Capítulo 1 PRÓLOGO

Era cerca de medianoche cuando me disponía a cruzar la carretera que separaba el aparcamiento del Restaurante Pizzería Gavarres, la noche de principios de septiembre era tranquila y el silencio se dejaba notar cuando llegando al coche se escuchó un grito llegado desde el local, debió ser la camarera al encontrar los seis cadáveres con el agujero de bala entre los ojos que acababa de dejar en la terraza, fue un trabajo bien hecho y rápido, así que me subí en el Mercedes SLK de finales de los noventa, previamente robado y salí de la zona de aparcamiento encaminado a cobrar mi recompensa.

Cogí la autovía mientras ponía el manos libres y realizaba una llamada, al tercer tono descolgaron.

-Quien es?- se oyó desde el otro lado del auricular

-trabajo realizado, prepara el dinero, voy en camino- contesté en un tono serio y firme

-hombre, "soldado"- continuó el "correo" después de escucharme- tranquilo, tengo lo tuyo preparado, pásate por el club cuándo quieras-

-estaré a media tarde en la casa- le dije y colgué.

El camino iba a ser largo y encendí la radio del coche buscando una buena emisora para acompañarme en el trayecto, la primera que sonó me desagradó en demasía, una cantante sudamericana que había decidido adaptarse a los nuevos tiempos musicales soltando "eso" que ni siquiera sabría clasificar, lamentándolo también en demasía, el estilo rockero de sus inicios, cambié rápidamente de emisora hasta que encontré música de los ochenta, la mayoría de grupos de rock de los que era ferviente seguidor.

Doce horas más tarde llegué a Betanzos, un pueblo en la provincia de A Coruña, dónde estaba mi cuartel general por así decirlo.

Mi nombre es Ricardo Terrayo, aunque se me conoce por Richard en mi círculo íntimo y soldado en mi profesión, del cuál soy uno de los mejores, nací y crecí en la costa gallega, en Rías do Lo, un pueblecito pesquero cercano A Coruña, hasta los dieciséis años que me alisté a las fuerzas armadas españolas, dónde hice carrera y a los pocos años era uno de los miembros de uno de los mejores grupos militares de asalto de la OTAN, hasta que los gobiernos europeos decidieron prescindir de ellos y tanto yo, cómo muchos de los integrantes de éstos equipos nos buscamos la vida cómo sicarios, otros cómo seguridad privada de famosos, políticos, criminales o todo junto, y algunos inclusive, cómo agentes secretos de las inteligencias de los gobiernos de muchas naciones en el mundo, a los cuáles, también les he prestado servicio alguna vez. Que se me conociera por el pseudónimo de soldado era casi lógico a todas luces aunque no fuera el único militar en ese oscuro mundo por el que me desenvolvía como pez en el agua.

Desde allí y con el coche bien escondido, llamé al correo para confirmar mi próxima visita.

El correo era el nombre por el que se conocía al intermediario en este trabajo, el enlace entre el que ofrecía el trabajo y el que lo realizaba, y después de tantos años trabajando para él todavía no conocía su nombre, ni siquiera recuerdo que me lo hubiera dicho alguna vez, se le conocía en su negocio cómo Big, aunque tampoco me importaba mucho ni su nombre ni su alías, sea dicho de paso, sólo me dedicaba a realizar "el trabajo" y Dios era testigo de que cumplía.

Yo seguía manteniendo el pelo muy corto y debido al trabajo que ahora realizaba me veía en la obligación de mantenerme en buena forma física, además, acudía dos veces por semana a un gimnasio para hacer combates de bjj del que era un ferviente seguidor y sobretodo, porque me podría resultar útil en alguna ocasión, de echo ya tuve que aplicar alguna llave en algún momento de mi vida.

A pesar de lo que pueden pensar algunas personas, no se trata sólo de matar a alguien, hay algo más en mi forma de actuar, algo diferente, una especie de justicia poética sobre una sociedad en el mal camino, un camino rápido para obtener riqueza sin importar el sufrimiento ajeno que eso pueda ocasionar, algunos hablarán de demagogia, nada más allá de la verdad, es un orgullo realizar justicia y además, el valor de hacerlo desde las sombras.

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