Login to ManoBook
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Contrato con mi ex esposo

Contrato con mi ex esposo

Gi Dominguez

5.0
calificaciones
36.8K
Vistas
45
Capítulo

Isabella, perdió todo en un instante: su esposo y lo más importante, su bebé. Fue atacada por la persona que hace 10 años, dormía con ella; su esposo cuyo nombre era Gabriel. El disparo además de casi arrebatarle la vida, interrumpió su embarazo. Su vida es salvada, por un empleado de Gabriel.

Capítulo 1 1.1

Escucho un sonido, abro los ojos sorprendida. Tomo mí vientre con susto, no comprendo. Salgo de la cama, camino en puntillas de pie. En cuanto abro la puerta, un sujeto en el suelo me asusta. Cubro mi rostro y mis ojos están llenos de lágrimas. No entiendo que ocurre, pero cuando un disparo suena por todo el salón, sé que es algo muy malo.

Estoy temblorosa, dando pasos confusos. Bajo las escaleras, veo cuerpos girando, golpes, puños. Hay una gran pelea en la mansión, no sé a dónde voy pero... quiero encontrar a mí esposo.

-¿Gabi? –comento con dificultad, lo busco con la mirada, no lo encuentro.

Vuelvo a repetir su nombre, lo hago con más ansias, con la certeza de no encontrarlo. Tengo miedo, veo todo borroso por el agua en mi iris. Avanzo, lo hago a pesar de ver a dos hombres disparando. Ahogo un grito, me cubro el rostro y sigo avanzando. A unos metros puedo ver a Gabriel, está dando indicaciones y tiene un arma.

Nunca vi a Gabriel así, ni siquiera lo imaginé alguna vez. Su sonrisa se mezcla en mí rostro confuso, se acerca corriendo y me observa. Sus ojos están entrecerrados, me toma de la barbilla, la levanta y sonríe.

-Isabella –murmura y asiento, confusa ¿por qué pregunta mí nombre?

-Amor ¿qué ocurre? –quiero saber asustada, me toma de la mano. Esquivamos cuerpos luchando, y otros sin tanta suerte.

Entramos a una habitación, toco mí vientre el cual aún no se nota, no sobresale, pero ambos sabemos que está ahí.

-¿Amor...? –pregunto con dificultad, Gabriel mira a través de la ventana, en cuanto me ve, siento alivio. Se coloca de cuclillas a mí lado, levanta mí barbilla y gira mi rostro.

-Amor –comenta con una sonrisa, pero cuando estiro los brazos para sostenerme, se quita.

Está de pie, mirándome desde arriba, con el semblante serio. Desenfunda el arma, me quedo perpleja.

-¿Qué haces...? –pregunto temblorosa, arrastro mis pies hacia atrás. Sostengo a mí bebé y quiero gritar.

-Me estorbas y... te asesinaré –dice de forma sencilla, las palabras no le tiemblan y menos la mano, cuando levanta el arma en mí dirección.

-¿Qué haces? ¡Estoy embarazada! –exclamo, intentando hacerlo entrar en razón. Veo un poco de duda en su cuerpo, baja el arma pero nuevamente me apunta.

Con Gabriel, nos conocemos hace diez años, desde que ambos teníamos quince años. Nos amábamos, al menos yo sí a él. No entiendo porque sus ojos brillan de esa manera, porque hay una sonrisa mientras me apunta con el arma.

Pero sin dudarlo, dispara.

Seguir leyendo

Otros libros de Gi Dominguez

Ver más
Matrimonio por contrato con mi jefe

Matrimonio por contrato con mi jefe

Romance

5.0

Después de unas horas fingiendo amor frente a su jefe y de un pico después de decir "acepto", la noche pasó sin ningún otro contratiempo. Se marcharon en un Ford descapotable de los años sesenta y finalmente llegaron a la casa de Lionel. Tan pronto como pisaron el suelo, él la observó con aburrimiento y se giró para irse a dormir. No le gustaba estar rodeado de personas, a menos que fueran bailarinas en poca ropa. -¡Oye! -protestó Alexa, pero él no se giró para seguir avanzando-. Se supone que estamos casados -murmuró temblorosa. Finalmente, él se detuvo y Alexa se acercó a pasos firmes, rodeándolo. Lionel bajó la vista para fijarla en ella. Le resultó... ¿Bonita? Supuso que ese era un adjetivo acorde a esa mujer, aunque le parecía insoportable y aquello restaba la belleza que poseía. -¿Qué? ¿Quieres acostarte conmigo? -preguntó él. Ella levantó una ceja para negar, pero ya era tarde. Lionel la tomó entre sus brazos y la recostó sobre la pared. Una mano detrás de su cintura bajó hasta sus glúteos y los apretó. Alexa rodó los ojos para darle un empujón. -Al cabo que ni quería... puedo cogerme mujeres de verdad -se burló, pero no esperó recibir un cachetazo de la dama. Alexa observó sorprendida la mejilla roja de su ahora esposo. Su piel se volvió más pálida de lo normal y retrocedió un paso, luego otro. Lionel se limpió un hilo de sangre que caía en la comisura de sus labios y la observó furioso. Era raro verlo así. Corrió a su lado y la tomó del cuello con brusquedad. Poco a poco, Alexa pudo sentir que el oxígeno no pasaba por su garganta y que estaba quedándose sin aire. -P-por favor... -suplicó, pero Lionel siguió presionando hasta que la soltó arrojándola al suelo. Se limpió el saco, como si ella lo hubiera ensuciado, y se dio la vuelta. Alexa, perpleja por haber sido estrangulada por su esposo, se levantó. -¡Soy tu esposa! ¡Te guste o no! -gritó a todo pulmón. Lionel se giró, buscó algo en su bolsillo y dijo: -Bien. Ten, son diez mil dólares. El próximo mes te daré más, ahora vete. No me interesa tenerte en esta casa. -Somos marido y mujer. Merezco y debo estar aquí -susurró con la voz quebrada y los ojos llenos de sufrimiento. Él le lanzó una sonrisa ladina mientras avanzaba, pero ella, a pesar de temblar por ese hombre, no se dejó intimidar. -Entonces... -comentó mientras bajaba el cierre de su pantalón, sacando su enorme miembro frente a ella-... mételo en tu boca... -canturreó divertido. Lionel se rió de la desgracia de aquella mujer. Y ella lo sabía.

El hijo de mi amiga

El hijo de mi amiga

Romance

5.0

Observé de reojo al joven que estaba a unos metros delante de mí, Eric. Era el hijo de mi mejor amiga, Laura. Suspiré bajando la vista, pero no pude evitar verle. Ultimamente, para ser sincera podía llegar a jurar que el chico, se veía mas atractivo que antes. A sus veinte años, parecía un hombre sacado de una revista para mujeres maduras. Mis mejillas se tornaron rojas, y tuve que sostener con fuerza mi vestido. Mis ojos se volvieron frágiles ante la imagen que tenía frente a mí. Cuando flexionó sus brazos para sonreírle a mi hija, sentí un nudo extraño en mi garganta. Olivia, tenía la misma edad que Eric. Laura, me pasó un mate y desperté de la ensoñación, de observar la sonrisa de su hijo. -¿Estás bien? –cuestionó bajo una mirada intimidante, asentí enfocando mi vista a los dos. Eric, rodeaba en un abrazo a Olivia, tragué saliva en seco –son adorables. -Lo son –comenté sin titubear, si tan solo un solo sonido de mi voz sonaba insegura, Laura se tiraría sobre mí como una gacela. La conocía demasiado bien para saber que era curiosa, en demasía. -Entonces... ¿saldrás con el ingeniero? –su pregunta, provocó que mi concentración volviera a ella. Suspiré asintiendo, ¿qué le podría decir? De todos modos, ya era demasiado extraño que quisiera quedarme con su hijo en la ciudad. Yo tenía una casa en la capital, y me había ofrecido para que él fuera a vivir allí una temporada, incluso Laura fuera para hacerme compañía. No pretendía comenzar a mirar a Eric con otros ojos.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro