Camila vivÃa con su madre enferma en una casa que necesitaba múltiples reparaciones, su empleo de mesera en una cafeterÃa no le ayudaba mucho, pero se alegraba de tener como ganar algo para alimentos y algunas medicinas básicas para su mamá. Astrid siempre frecuenta la cafeterÃa, se encuentra en una mesa pidiendo un servicio de café y le hace una propuesta extraña; «Necesito un hijo para mi esposo, él es multimillonario y muy importante, tiene unestéril, voy a pagar una buena suma de dinero, solo necesito tu vientre y que te embaraces» el niño, heredará todo lo que su marido posee. Camila conoce accidentalmente a Richard McIntyre, se enamoran a primera vista, sin saber que éste hombre y el padre del niño tienen un vÃnculo familiar, intrigas, odio y maldad te llevarán a amar ésta historia. Una historia de amor diferente, Camila al final tendrá que luchar por demostrar quién es el verdadero heredero de una dinastÃa poderosa.
Camila esa mañana no querÃa levantarse, le dolÃan los huesos, la cabeza, porque estaba con gripa, pero se volteó y vio a su madre durmiendo en una cama dónde solo cabÃa ella, e hizo el esfuerzo, se sentó en su cama y se obligó a levantar su cuerpo para ir a trabajar.
Con lo que ganaba apenas podÃa pagar los gastos de medicina y comida de su madre, por eso trabajaba en dos sitios diferentes para tener un poco más de dinero, no alcanzaba para mejorar la vivienda, se tenÃan que conformar con lo poco que poseÃan, una casucha destartalada, heredada de su padre fallecido, donde el techo tenÃa múltiples goteras cuando llegaba la lluvia.
Al llegar a la cafeterÃa,le habÃa advertido al encargado que no se sentÃa bien de salud, pero éste la miró y solo refunfuño diciendo:
- Vaya a atender la clientela, asà entras en calor.
Ella resignada, no le quedó más remedio que obedecer, se dirigió a hacer sus obligaciones, pronto se olvidó de ella y se concentró en su madre, porque cuando pensaba en esa mujer que le habÃa dado la vida, entonces le salÃan alas en los pies, y asà lograr la mayor cantidad de propinas por servir las mesas de aquella lujosa cafeterÃa.
TenÃan una asidua cliente del restaurante, siempre se sentaba en el mismo lugar y llegaba a la misma hora y ése dÃa no era la excepción, allà estaba haciéndole señas para que ella se acercara.
- Buenos dÃas, ¿lo mismo de siempre bella dama?- preguntó ella amable.
La mujer la miró y dijo:
- ¡Necesito hablar contigo, siéntate!
Camila alzó una ceja, señal caracterÃstica de que algo le extrañaba.
- Hablar conmigo, ¿de qué?- se atrevió a preguntar.
- Te va a interesar, ¿Puedes sentarte?- preguntó la mujer.
- En horas de trabajo no me lo permiten señora- dijo Camila mirando hacia la oficina.
- Entonces, estoy de regreso a la hora de tu salida dice y treinta pm? - dijo- Tráeme el servicio de siempre.
Camila anotó en su libreta y salió a buscar lo que la mujer siempre pedÃa, un café que disfrutaba en pequeños sorbos y luego se iba hasta el otro dÃa que volvÃa por lo mismo, pero ésta vez, le habÃa invitado a conversar y le dijo que volverÃa a la hora de su salida para que tuvieran una conversación.
Era una extraña para ella porque jamás habÃa cruzado más de dos palabras, estaba un poco inquieta, deseaba que llegara la hora para ver qué era lo que ésta mujer necesitaba de ella.
Las horas de trabajo se hicieron largas para Camila, a cada rato estaba mirando las manecillas del reloj, que al parecer de ella, ese dÃa se movÃan en cámara lenta.
Al fin le tocó sacarse el mandil o delantal que la identificaba como empleada de aquella cafeterÃa tan exclusiva.
No tenÃa mucho tiempo, pues a las dos pm entraba en el otro trabajo que quedaba muy cerca de allÃ.
Pronto empezó a caminar, veÃa en todas las direcciones posibles hasta que vió a aquella mujer que le hacÃa señas para que ella se acercara, estaba bastante nerviosa, pero sin embargo se decidió a interesarse de lo que ésta señora querÃa hablar con ella.
- Buenas tardes- saludó.
- Entra al auto - dijo la mujer.
- Lo siento señora, lo que vaya a decirme que sea acá donde mire la gente - dijo Camila.
- Tienes razón de sentir tanta desconfianza, no tienes porqué temer, no es nada malo, al contrario es algo que va a cambiar tu vida, te lo aseguro,- dijo la mujer- pero está bien, vamos hasta aquel restaurante y allà nos sentamos para hablar ¿Te parece?
- Empiezo a trabajar a las dos pm, espero sea rápido necesito almorzar- dijo Camila.
- Entonces vamos, te invito a almorzar, y mientras, te hablo de lo que deseo que escuches- dijo la mujer.
Se dirigieron hasta un restaurante que estaba a pocos metros de allà para caminar detrás, se sentaron y espero a que la otra pidiera un servicio, luego empezó a decir:
- Me llamo Astrid Wood, mucho gusto Camila - dijo la mujer extendiendo su mano perfectamente cuidada.
- Hola señora Wood, tiene una gran ventaja sobre mÃ, imagino que investigó sobre mÃ- dijo Camila con inteligencia.
- Imaginas bien, sé quién eres, dónde vives y con quién, me tomé esa libertad porque necesito de tus servicios.
- ¿Es usted policÃa, o de alguna agencia de inteligencia?- preguntó Camila con extrañeza.
La mujer hizo un mohÃn de desagrado y dijo:
- ¿Cómo se te ocurre? Solo soy una persona influyente que le gusta averiguar sobre las personas que trabajarán para ella- dijo la mujer.
- Entonces se supone que voy a trabajar para usted y por eso se tomó la molestia de investigar mi vida- dijo Camila con la mirada fija en la mujer.
- Asà es Camila- dijo Astrid- necesito que escuches la propuesta que tengo para tÃ, como te dije soy una mujer influyente, con mucho dinero, casada, pero soy estéril, no salgo embarazada.
A éste punto Camila seguÃa sin entender, pero la mujer le habÃa picado el interés y quiso seguir escuchando, el mesero se acercó y la voz de la mujer se apagó por unos momentos, después continuó diciendo:
- Es allà donde entras tú, necesito tener un hijo, que aunque estoy casada felizmente por tres años, no he logrado concebir por las causas que te expuse- dijo ella escogiendo muy bien sus palabras.
Camila parpadeó varias veces tratando de asimilar lo que escuchaba de aquella mujer, pero su mente seguÃa sin tener claro lo que aquella señora influyente querÃa proponerle.
- La verdad señora Astrid Wood, aún no entiendo lo que desea de mÃ- dijo Camila ingenuamente.
- Ésto es lo que te propongo, que te embaraces de mi marido para yo poder tener el hijo que tanto necesitamos - dijo Astrid Wood - voy a pagarte un millón de dólares por ayudarme a tener ese niño Camila.
- ¿Embarazarme de su esposo? ¿Acaso se volvió usted loca?- exclamó Camila indignada - un hijo es sagrado señora y el dÃa que yo tenga uno, le aseguro que no lo venderé.
- Camila, tu madre está enferma, tu casa se está cayendo, con ese dinero puedes mejorar tu vida,- dijo Astrid persuasiva - mira tu realidad y lo que yo te estoy ofreciendo; un millón de dólares, mejor estilo de vida,solo necesitas aceptar tener a mi hijo en tu vientre.
- No señora, no serÃa su hijo, serÃa mÃo, ni pensar en esa idea tan absurda que se le ha ocurrido - dijo Camila indignada - busque a otra que se preste a esa barbaridad, yo no estoy disponible - dijo Camila levantándose para seguir su camino.
Astrid se levantó también y la tomó suavemente del brazo y le depositó en la mano un pedazo de cartón dónde estaba el número telefónico de la mujer.
- Esto es por si cambias de parecer, se que te parece descabellado, pero si conocieras las verdaderas razones, estarÃas dispuesta a ayudarme Camila Cruz, - dijo Astrid manipulando la situación- piensa en tu madre, podrÃas mejorar su salud, vivir en un lugar cómodo, estudiar una carrera universitaria, yo solo necesito tu vientre, me harÃas muy felÃz si me das un bebé que será el heredero de una gran fortuna, millones de dólares.
Camila ya no quiso seguir escuchando, salió de aquel lugar sin mirar atrás, no querÃa ni siquiera considerar aquello tan absurdo que le pedÃa aquella mujer tan elegantemente vestida y de hablar tan suave, apuró el paso, ni siquiera probó la comida que ella habÃa pedido para ella.
Las palabras de la mujer resonaban en su cabeza una y otra vez, no querÃa escuchar más, se tapaba los oÃdos como si con aquel gesto se fuera a apagar la voz de Astrid en su cabeza.
Al llegar al lugar del otro trabajo, se detuvo al frente, observó que era aún muy temprano, asà que se dirigió a un pequeño parque y allà se dispuso a comer, no tenÃa hambre, aquella conversación literalmente le habÃa quitado el apetito.
CapÃtulo 1 Extraña petición
13/02/2024
CapÃtulo 2 Aceptó, señora
13/02/2024
CapÃtulo 3 El beso de un extraño
13/02/2024
CapÃtulo 4 Embarazo
13/02/2024
CapÃtulo 5 La verdad
13/02/2024
CapÃtulo 6 Manipulación
13/02/2024
CapÃtulo 7 Enfrentamiento
13/02/2024
CapÃtulo 8 Mala jugada
13/02/2024
CapÃtulo 9 Huida
13/02/2024
CapÃtulo 10 Confusión
13/02/2024
CapÃtulo 11 Celebración
23/02/2024
CapÃtulo 12 Una oferta
23/02/2024
CapÃtulo 13 Información
23/02/2024
CapÃtulo 14 Buscando
23/02/2024
CapÃtulo 15 ¿Y ahora
23/02/2024
CapÃtulo 16 Una historia
23/02/2024
CapÃtulo 17 De impacto
23/02/2024
CapÃtulo 18 Encuentro
23/02/2024
CapÃtulo 19 Cediendo
23/02/2024
CapÃtulo 20 Richard
23/02/2024
CapÃtulo 21 Amor y verdad
28/02/2024
CapÃtulo 22 Felicidad... Tristeza
28/02/2024
CapÃtulo 23 Coraje
28/02/2024
CapÃtulo 24 Confesión
28/02/2024
CapÃtulo 25 Acción y reacción
28/02/2024
CapÃtulo 26 Matrimonio
28/02/2024
CapÃtulo 27 Satisfacción
28/02/2024
CapÃtulo 28 Ascenso
28/02/2024
CapÃtulo 29 Desconcierto
28/02/2024
CapÃtulo 30 Amenaza de... Aborto
28/02/2024
CapÃtulo 31 Noticia nefasta
28/02/2024
CapÃtulo 32 Frustración
28/02/2024
CapÃtulo 33 Verdades
28/02/2024
CapÃtulo 34 Divorcio en puertas
28/02/2024
CapÃtulo 35 Regalos anónimos
28/02/2024
CapÃtulo 36 Proceso
28/02/2024
CapÃtulo 37 ¡Siempre mÃa!
28/02/2024
CapÃtulo 38 Reunión de amigos
28/02/2024
CapÃtulo 39 Te encontré
28/02/2024
CapÃtulo 40 Enredo
28/02/2024
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