Bajo el hechizo del príncipe
quello de "algo bu
beza de Rania, ¿y por qué ella tenía la sensación
remonia tradicional para la pedida de su mano, para ellos
or ayuda, pedir socorro, escapar... huir de aquella pesadilla que seguramente solo estaría empezando. Pero ella encontraría la manera de sali
a terminado en aquel lugar y en la estupidez de visitar a su maldito padre que la habí
a escuchó la música que venía del pasillo y pegó el
ormitorios destinados a los empleados. Era la manera que tenía Fátima de hacerle entender que jamás sería aceptada en su familia, pero Rania no esta
rohibido hacerlo, pero la chica estaba intrigada con lo que sucedía y siguió l
rápidamente en señal de respeto, entonc
dialidad y una de las mujeres se acercó a ella. Una chica muy
os hayan decidido no hacer lo mismo. -Dijo Aisha apenada haciendo referencia al lugar dond
Rania mirando alrededor. –con esto me basta y me sobra. Además, dudo mucho que
lgunas empezaron a bailar en el centro de la sala
bailar seño
s mujeres musulmanas que crecen allá no están familiarizadas con
? -Se interesó Aisha y Rania soltó una risita. –Tendrá que tener otras habilidades,
e sentir cuando bailo. No lo hice para agradar a un hombre, sino para ag
otra criada y Rania asintió. -¡Baila para nosotras,
la señorita! –La rep
-Aseguró Rania levantándose para bailar
arse a ella y olvidarse de todo lo demás. De las injusticias del
hermana Farah, ya que el jefe de seguridad sabía dónde estaba. Farid era la sombra del Emir y conocía todos sus se
ndo golpear algo para quitarse de encima la impotencia que sentía, el des
llevarla lejos de su familia, sino terminaría casado con una desconocida y sabía que si eso llegaba a suceder perdería a Amanda para siempre, p
ía que no debía estar allí, pero sus piernas lo llevaban ha
cuando la vio el resto del mundo, todo lo que rodeaba a Karim desapareció por completo y solo existía ella, la muje
estuviera viendo. Cada uno de sus movimientos era perfecto, desde sus caderas hasta las manos que s
de centro echando su cuerpo hacia atrás, la tela resbaló por su piel suave y el príncipe sintió un latigazo de deseo en su entrepierna, una parte de él quería tocarla...perderse en ella, entonces se pegó una
riadas que percibió su presencia y
aba utilizando para bailar y por miedo a la reacción de su prometido salió corrien
s y menos bailando! –Habló la chica con nerviosismo sin
ión de Rania danzando. A consecuencia de la confusión que tenía con relación a su prometida y a la n
subía y bajaba frenéticamente. Ella pegó la espalda en la puert
üenza y miedo, había algo más y ese "algo más" estremeció cada músculo de su cuerpo. Ella terminó sentada en el suelo abrazando sus