Enséñame a amarte

encuentra mi oficina en el piso número once, muy atento a la vista que se cierne delante de mí la

omento desconocía por completo que allí se encontraba otra persona junto a mí, provocando que r

atándome del susto con lo sigiloso que eres — dije

nto seño

derecha, un ex militar que ahora se dedica a realizar trab

l, no le tiembla el pulso cuando doy u

vivo ejemplo de esa incongruencia pues a pesar de haber sido entrenado como cual máquina de guerra posee un lado sereno, apacible y

as algo C

si son las dos en punto, la reunión con los miembros del

podrías comunicar a mi asistente que necesitare los documentos de la conciliación de mañ

a mi salida se

día ya marcharse para seguir en sus labores, dando algunos pasos se acercó hasta la puerta y just

e lo más importante, el pasaje de avión más la esta

e rápido ¿A qué hor

del mediodí

firmado el he

ará listo para

ara nuestra salida, espero finalmente estar de

señor

ando su movimiento lo vi salir por aquel

y tras quedarme mirando a la nada por algunos segundos me dirigí hasta aquella silla

a los cuales ya tenía hacia un buen rato pendientes, de seguido dirigí mi vista hasta el costado izquierdo y fijando

ue a aquella a mi cara inundo mi olfato pese a

lo ceñí ajustando de igual manera el nudo de mi corbata e i

ar mi presencia y algunos otros simplemente disfrutan retando mi paciencia, de cierto modo evito darle demasiada importancia a tal asunto pues más de uno de los allí pre

evisto pues todo se llevó a consenso de forma rápida y contundente cosa extraña pues aquellos

su rumbo abandonando aquella sala sin espera y sin echar la vista atrás y yo simplemente b

o este se encontraba como en pausa, sin ruido y sin movimiento singularidad bastante evidente puesto que al ser un

ite el saco colocándolo de inmediato sobre el perchero, afloje el nudo de mi corbata, desabroche las mangas de mi camisa y acercándome hasta el pequeño diván

mple hecho de caminar me sobre exige más de lo qu

a consecuencia de unas pésimas noches que vengo experimentando a causa de algunas pesadillas que me atormentan, ligado está a el exceso de trabajo p

lmas agotadas y me sumerjo entre sus entrañas donde una imagen inus

isa de unos pequeños niños revoloteando cercanos de donde yo me encontraba quienes exclaman llenos de emoción — abuelo ven a jugar —

s lados, pero no logro dar con aquello que se escucha; cuando más despistado me encontraba tal figura