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El arca

Capítulo 4 4

Palabras:2622    |    Actualizado en: 07/02/2023

ítu

en la cama ni un poco más. Debían abandonar la habitación antes de las o

no se sentía del todo bien. Sus músculos seguían agotados, pero no se

ca de una nueva dirección. Necesitaban una computadora y, como no sabían dónde encontrarla, caminaron hasta las calles

a que tenía varios puestos de internet y de telefonía pública. Ingresar

abría el navegador—. «An

ados de la búsqueda, había algunos

ar a los terrenos aledaños al antiguo fuerte era a través de recorridos

og que mencionaba algo sobre la posible presencia de

—suspiró Zoey, recargándose c

o si

los alcanzara a la localidad de Las Grutas, un balneario turístico en la costa atlántica qu

cil de acceder sin un vehículo y sin guías. Ella no podría subirse a la espalda de Zack

o cuando llegara el momento. Una vez que estuvieran allí y pudieran ver con

jo Zack, palmeándole el hombr

s. Pagaron por los boletos y se acomodaron en la pequeña termin

rupo de adolescentes que parecían haberlos tomado de punto y

r nada, y aguardó con una sonrisa. De pronto, uno de los jóvenes molestos se puso a ll

reprend

entras el bus se detenía. Le puso

on mapas en una cabina de información turística y fingieron

ocales—. Los contingentes salían del cent

l mapa —dijo Zoey mient

ría camina

ordó ella, con una mueca—. Las excursiones cuestan muchí

eremos. Dijimos que lo resolveríamos en el momento, ¿verdad? —añadió

ontrar una agencia de remises* para solicitar que un coche los acercara por al Fuerte Argentino. El

. La palabra ha sido tomada del francés remise, que es la elipsis

vo y los chicos miraron la calle de tier

n que los lle

tiempo que le pa

descendieron con prisa y

yan solos —insistió el homb

remos tomar fotos —añadió Zoey, con una sonrisa genuina—. Tenemos

oche y nadie va a v

or—. Chicos, mejo

Zackary mientras cerr

la calle de tierra. Al remisero no l

totalmente despoblada y el

enemos mucho que

er el bolso al suelo

, así que estaban seguros. Parecía que, a esa ho

s que aparentar ser normales —recordó Zoey mientras se subía y se ac

mar el bolso ant

furcación que los obligó a sacar el mapa y decidirse por el camino de la izquierda. Mucho después, cuando ya estaban totalmente sucios y Zoey tos

a de excursión?

s y asombrosos, se delineaba el fu

ra y luego se sacudió el polvo de los pantalones

me —exclamó al

ó ella. Sin dudas, no s

ue rec

omo pudieron a la base del Fuerte Argentino. Se trataba de una meseta jun

el sitio, se encontraban con más

pozo antes de que ella lo viera—. Supo

o, quizás? El la

ros de altura y parecía ser un sitio natu

lguna señal de su parte, teniendo en cuenta que ese podía ser el lugar de otro templo o secreto oculto que tuviera una estrecha relación con el collar. Sin emb

roso que nosotros —murmuró Zack, después de que

dría haber aquí que nadie

hemos seguido las teoría

algo más —dijo ella, tentada a reírse por la frustración que sentía. Habían sacrificado mucho para huir de Peat y, a la vez, para encon

Se trepó a una roca

obamos la magia

Seguramente tendrían que llegar hasta allí como tantas vec

ubes —av

a había llegado tan alto, era un gran desafío. En cualquier otra circunstancia, ella tampoco

Zackary se inclinó un poco hacia abajo y luego saltó, con tanto poder que el aire voló sus cabellos y

no llegaban, prefería

ictoriosa hicieron que ella levantara finalmente la cabeza y comprobara qu

ndo un puñetazo en

nuó aferrada a su espa

dándole la razón. Nunca hubiese i

arse sin mareos ni vértigo. Entonces, pudo admira

a, además de ellos, por supuesto, era atronador. Se sintieron decepcionados por no ver nada más que rocas y tierra, aunque ambos q

la pena. Tomémoslo como un paseo

llí tampoco era capaz de percibir

ue esto era lo único que teníamos como esperanza

que no supiera qué decir en esas circu

ado a otro de todos sus problemas. En aquel momento, Zoey se preguntó qué hubiera sido de ellos si Zack nunca hubiese co

poder del dije? —preguntó ell

eca y despegó lo

odos? —contestó,

siglos y siglos de antigüedad, nosotros poseemos apenas un puñadito de años. Pero Peat tiene mucho más que eso. Ha v

razó con m

Peat de todo esto. En parte, es cierto lo que dices, ¿qué sen

no podían ima

rió temió decirlo en voz alta. Era demasiado irreal pensar en que Peat podía querer algo

alquier tipo de señal. Mantuvo la boca cerrada, pero estaba cada vez m

letas naturales que se habían formado entre las rocas con el paso del tiempo. Era un lugar bonito. Cuando estuvieron en la orilla, Zoey comprobó que el agua no estaba tan fría como en otras partes de la

y señalándole el Fuerte Argentino, ahor

las paredes altas del fuerte, que se veía tétrica y f

lla con una sonrisa y la

no se podía el interior desd

para recorrer a esa hora y de que, aunque Zack pudiera ver en la oscuridad, para Z

interior, apenas unos metros dentro—. ¿Qué pu

refrescar y el hambre, que no había estado pr

é ha

intemperie, pero ya mañana temprano podremos ocuparnos

ada entre los brazos y las piernas de Zackary. Después pasar el día dando vueltas por sitios desconocidos, estab

os sobre cosas que

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