Tienes que ser tú (Trilogía TQST)
ítu
cogiendo. Se revolvió el pelo y caminó hacia ella, se colocó a su lado, pero a una distancia prudenci
de Historia? -preguntó José con
ioteca -contestó Nora con frialdad
ién se creía que era para darle órdenes y
a la profesora -dijo ella tra
y salió de allí sin esperar a sus amigos. Esta
ata y siguió caminando con las manos metidas en los bolsillos; echaba de menos su antiguo instituto, allí era popular y cada semana recibía una carta de alguna chica
o ellos solo le recriminaron que no debía quejarse ya que iba a ir
kárate y podía hacerle frente a los delincuentes que tenían por compañeros, y Evan... bueno, Evan era
é pasaba
a en el recibidor y fue a la cocina; abrió la nevera y sacó una C
ó mientras miraba dentro del microon
endo minutos después en la cocina-.
delantal rosa y sacaba una sartén de uno de los armarios-. Un homb
lantal y luego lo miró
e dice que me
o su padre vertía las patatas en la sartén y luego iba hacia la
s parte de
sin antes desearle buen provecho. Una vez que terminó de comer, fregó lo que había ensuciado. Luego fue al salón y se sent
r esta tarde? -p
de Historia -explicó colocando los brazos detrás de la nuca
blioteca está a una hora y
ó hacia
as a l
á en el talle
erda! Me
s veinte minutos en llegar; bufó y salió corriendo. El metro pasaba a unas dos calles de allí, tendría que hacer transbordo dos veces, pero aun así llegaría antes que si esperaba por el a
asculló metiéndose el
-
mientras lo saludaba, a su la
etro -se disculpó tratando de normalizar su respir
ras de la entrada a la biblioteca, mientr
por la presencia de su amigo, ya que no sa
é que no te vendría mal que estuviese por aquí -explicó Cris,
bía una pequeña recepción con una mesa y más adelante una gran puerta de cristal; José y Cris la atravesaron siguiendo a las dos chicas. Una vez dentro pudieron contemplar con asombro lo grandioso que era el
otecaria, una mujer mayor con grandes gafas que ocultaban
testó la morena, mientras la mujer se colocaba bien l
mujer miró hacia la pantalla del ordenador q
una historia resumida, mejor -pidió Sonia; la mujer comenzó a tecle
bilidad, recogiendo al cabo de unos minu
los pasillos hasta llegar a la zona donde se encontraban las mesas; depositó su mochila sobre una de las sillas, al igual que el resto que dejó sus cosas sobre l
mientras no estamos -bromeó Cris mientras se marchaba con
ra, ella se acercó y le quitó el papel de las manos para l
rar a los lados hasta que detuvo la mirada en una pequeña escalera de madera. Caminó hacia la escalera, la co
os que cargaba, de los cuales ninguno tenía menos de mil páginas. Pero
ciendo que Nora perdiese el equilibrio, por lo que ella tuvo que sujetarse a la estantería para no caer; sin embargo, se escurrió y se precipitó al suelo. José por
obre Nora; ella se agachó y se tapó la cabeza, pero ninguno la golpeó ya que José la protegió colocándose sobre ell
empujón haciéndolo caer de culo en el suelo-. ¿Pero qué pasa conti
dido el equilibrio, ¿es que estabas intentando matarme? -preguntó Nora
ibros, mientras veía como Nora colocaba los que había cogido
itaba tu ayuda. -Nora recogió los cuatro libros que necesitaba para
día, de ver
r suerte era en una zona que su cabello ocultaba a la perfección. Resp
s bien? -La bibliotecari
cudió las piernas, luego miró hacia los libros que
me ocupo de esto. -La mujer se fue camina
eros de las páginas. Se sentó al lado de Nora y sacó un par de folios de su mochila, se acercó a ella para intentar leer el libro que sostenía en sus manos; pero ella l
o compañero? -preguntó dejando el libro abierto sobre la mesa. Nora se giró hac
lo me obligará a hacer este, sino todos los demás que mande dura
-murmuró con sarcasmo, ella asintió-
le enfado en su voz, luego miró al folio que José había sacado-.
simplemente g
ejor para ambos. Se puso a leer el libro intentando no bostezar, pero le resultó algo imposible; demasiada información y toda muy aburrida. ¿
ntaban en voz baja como distribuirse el trabajo, su amigo había guardado sus cosas en su mochila, al igual que la
ose a él, José asintió y comenzó a r
estaban delante de ellos hablando sobre el trabajo, por lo que José comenzó a tose
-dijo Nora sin levantar la mirada del libro, José asintió y le
Sonia y Cris terminaran de hablar; José se mov
preguntó para ro
ontestación y colocó la mano sobre el libro
apartó el libro de él, no sin antes intentar golpearlo: por suerte tuvo bu
ballerosidad que tan hondo había calado en su ser. Definitivamente, a partir de ese momento, pasa
dor antes que tú -contestó ella caminando haci
ado, no tenía por qué se
-
prano al instituto. Pero a ver quién se quedaba en casa despué
a en clase. No sabía nada de su amigo desde el viernes, esperaba que
tas, pero claro, era demasiado temprano como para que estuviesen allí. De
ías -lo s
os otros, por lo que venían y se iban siempre juntos. Las dos chicas dejaron
egado tan temprano? -pre
n sequedad apoyando la cara en la m
pasado cosas; pero aun así no sé si nos dará para rellenar los diez folios -contó Bel animada; José la mi
era su pareja en el trabajo de Historia, seguro tendrían que discutir algo del dichoso encargo. De
a ver a la perfección sus largas piernas que acababan en unas bailarinas beige; en la parte superior llevaba puesto una camise
bastante agradable, aun
guntó Cris para intentar meterlo en la co
mu
ras que Cris comenzó a reírse. La pelirroja apareció segundos después por la puerta con cara de asesinar al que se
irada; José sintió ganas de estrangular a Bel, si Sonia estaba enfadada era mejo
onia se ensomb
uno a uno, al final la pelirroja se sentó sin decir ni una palabra. Sin embargo, no apartó la mirada
ca. Era rubio, aunque llevaba un peinado digno de cualquier personaje de videojuego y vestía completamente de negro, a excepción por las letras rojas de su camiseta en las que se podía leer Metal
ción-. ¡Cuánto tiempo! ¿Dó
Nora asomó la cabeza desde detrás de su espalda. J
rubio la mirase mal; ella le enseñó la lengua. Sonia les lanzó el estuc
d of Warcraft, un videoju
t miró a José y Cris, este últi
s José -prese
se fijó en sus ojos azul claro. Rubio, de piel clara y ojos azules, era claro que tenía que s
e, la policía le está tomando declaración a los demás -contó Evan con emoción al entrar a la clase. Nada más vasto h
y Helena miraban hacia Sonia, que a su vez se hacía la interesante mirando hacia la ventana. Nora
ú -preguntó Helena a Sonia, la pelirroja s
rados! -gritó señalando hacia Nora y
que lo sentim
Matt. Los presentes notaron como a Sonia se le
s que iban directas hacia Nora y hacia mí, pero como Sonia estaba gritándole a D
gre, golpes, insultos y llantos -continuó Nora, mient
do a tiempo para esquivar las canicas -finalizó Matt cruz
voz. Ese chico fue el que el viernes empujó a Nora dentro de
otestó Sonia claramente ofendida-. No creas qu
ido colocándose en sus sitios. Helena y Bel hicieron lo mismo, no sin ante
Matt a Nora, ella asinti
obstante, al cabo de unos minutos, Evan le pasó una
a hablar con es
vió. Vio de reojo como Evan escribía,
Si hay alguien que podría saber lo que tiene ella e
ese chico? Inevitablemente acabó mirando a Nora; por alguna extraña razón