Tienes que ser tú (Trilogía TQST)
ítu
ODUC
justo enfrente de donde estaba sentado se encontraba la sala de profesores, y por lo poco que podía ver, había un gran alboroto y hablaban animados entre ellos; eso sí, mirándolo de vez en cuando. Era la comidilla del instituto y sería así ¿siempre
pulsaría, eso era un hecho. Y en cuanto estuviese en casa sus padres lo castigarían de por vida, sol
. Su padre se encontraba frente a él con una mirada asesina, él solo pudo b
qué hice. -Se quejó ac
e era yo el que estaba en casa y no tu madre -comentó su padre fulminándolo con la mirada. En cierto modo sabía que su pa
ue
a que caminar por un pasillo hasta una puerta y ni siquiera era demasiado largo. Recibió otr
fas que le ocupaban casi toda la cara. Era bastante corpulento y muy alto, esto pudo comprobarlo cuando se puso en pie para darle la man
lios que tenía delante y lo miró directamente; tenía los ojos oscuros, casi negros. No sabía por qué, pero
gritó su padre mir
oria -se defendió evitando
sillón y le indicó que podía comenzar, su padre giró su si
evo c
ajo la almohada. Su primer día de clase en un nuevo instituto, lo que implicaba gente nueva y profesores nuevos. Odiaba la idea de tene
ntes institutos y colegios de la ciudad; aunque por suerte, sus dos mejores amigos habían sido admitidos en el Instituto Góngora, al igual que él. Góngora era un instituto público bastante
ía pedido ir a otro instituto, pero sus padres se negaron en rotundo ya que Góngora era el centro más cercano; además, según su madre, solo
cogió el móvil
urmuró par
tobús que salía en diez minutos. Con pocas ganas salió de la
hubiese pasado aún. Sin embargo, cuando todavía le quedaban unos cien metros para lleg
eva el diablo. El conductor carraspeó y, después que subiese al autobús, cerró la puerta y arrancó sin esperar
encontró varios grupos de estudiantes, y mientras unos se abrazaban y preguntaban sobre cómo les había ido el verano, otros discutían s
s edificios beige de tres plantas que se conectaban los unos con los ot
ó al edificio principal. Tuvo que esquivar varias bolas de papel envueltas en fuego que se lanzaban dos grupos de estudiantes; antes de que un profesor saliese, y
para ponerse a leer de nuevo. Carraspeó fuerte para llamar su atención, pero ella lo ignoró. Era una chica un poco más baja que él y delgada;
pareció de la nada hecha una furia y lo señaló con el dedo; él la miró sorprendido
ra ser tan pequeña,
acia la chica morena, que proseguía leyendo el libro; la aludida ign
s de marcharse mientras gritaba a su amiga. José parpade
os y los alumnos que pertenecían a cada uno de ellos. Buscó su nombre en los cursos de segundo de
al menos no esta
bían colocado para el primer día; escuchó burlas de unos cuantos alumnos, pe
uscándolos -preguntó a sus dos amigos cuándo ll
r y antes de darnos
n su rostro angelical y su sonrisa inocente; tenía el pelo rapado al uno y era bastante musculoso ya que practicaba kárate desde que tenía seis años, así que era me
reír. Evan era un chico alto, robusto y fuerte, que destacaba por tener los ojos verdes y el cabello negro, algo que volvía locas a las chicas
unas gafas que solo utilizó para leer el listado y luego identificar a los dueños de esos nombres; aunque al parecer, conocía a la gran mayoría del año anterior. La profesora Belinda B
os sus alumnos con firmeza-. En mis clases exijo completo silencio, me hablareis siempre de «usted» y cuando os conceda la palabra, para e
a había tenido a una profesora que intimidase tan
. -La profesora recogió sus cosas y abandonó la clase. Tras esto, los alumnos come
cas. Miró irritado hacia donde su amigo se dirigía, fue entonces cuando se dio cuenta de la presencia de la chica morena con la que había chocado; estaba sentada en la mesa detrás de donde Evan estaba saludando. Al lado de ella estaba la
antes! -gritó
? -preguntó E
esa chica; sin embargo, era su amiga la que lo intrigaba, estaba sentada en su silla leyendo
Cris -presentó Evan dándoles p
dos de las chicas, a las q
ué
a pelirroja balanceando las piernas, luego tendió su mano derecha
in levantar la
ego se puso en pie y se unió a la conversación q
se relajó. Tomó asiento en la silla de al lado y carraspeó para llamar su atención, pero al igual que en
tó sorprendiendo a Nora, ella di
ando el libro de golpe
eraba no tener que vol
enes por qué ponerte así
as? -preguntó e
ntó confuso, la mirada
muró mientras re
cando una explicación, pero Nora se lim
-gritó entre f
a. Él la miro sin comprender y dio un paso hacia atrás con la mano en la
Sonia caminando hacia Nora y
o! -se defendió mirando hacia Nora-.
n quién eres -dijo
ía conseguido sacarlo de sus casillas, no la conocía. Además, ¿qué clase de chica es
se a ella. No iba a dejar que se fuese de allí después de haberlo golpeado. La sujetó del brazo haciéndola girar, el
haces?! ¡Suélt
eando a la gente porque sí! -bramó fuera de sí. Ella lo miró d
o agarró de la mano y de un solo movimiento lo tiró al suelo. Evan corrió hacia él con rapidez y lo ayudó a incor
-preguntó Sonia, ell
ia él antes de salir del aula, seguida de Son
preguntó Evan en voz alta, rascá
ris una vez que estuvo a su altura, Jo
tanto odio? Notó como Evan y Cris intercambiaron miradas y luego posaban sus ojos en él. Enfadado,
o? -Volvió a
! ¡Ella está loca! -gritó bastante irritado; Cris
lo relajase. Caminó durante un buen rato observando a la gente pasar, la mayoría de las personas con las que se cruzó eran estudiantes de Gó
e lo conocía, que incluso lo estaba haciendo dudar. Agitó la cabeza intentando eliminar esos p
úsica procedente de la cocina, por lo que asomó la cabeza por la puerta viendo así, como su padre cocinaba con
encendió la tele y se tumbó sobre el sofá. Cambio uno a uno los
! -masculló p
a a buscar todas las fotos escolares para revisarlas una a una? A