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Capítulo 3
Acepto tu pasado y a tu hijo
Palabras:1344    |    Actualizado en:07/02/2023

Esa pregunta contundente hizo que Leonel se diera cuenta de la crisis inminente, por lo que decidió mantener la boca cerrada. No podía darse el lujo de perderlo todo, especialmente a manos de su hija, cuya mamá ya estaba muerta.

Entonces, un abogado de Grupo Frazier que se encontraba en la sala intervino: "Señorita Moore, su papá tiene razón; esa condición se encuentra estipulada en el documento que su mamá firmó antes de morir. Todo fue notariado, lo que significa que los deseos y declaraciones de su difunta mamá deben cumplirse, de acuerdo con las leyes. Siempre y cuando usted cumpla con los requisitos del testamento, podrá realizar los procedimientos para reclamar su herencia".

El amable abogado respondió con honestidad, revelando así todo lo que Eunice necesitaba saber.

Tras escuchar la explicación del mediador, la joven mujer se sintió aliviada. Leonel y Deanna, por su parte, estaban tan enojados que sus rostros se ensombrecieron.

Sintiéndose mejor con la situación, Eunice asintió hacia el abogado y dijo: "En tal caso, me casaré lo antes posible y me haré cargo de Grupo Frazier".

La joven mujer había irrumpido en la reunión momentos antes, y ahora ya no había vuelta atrás. Habiendo dejado claras sus intenciones, lo único que necesitaba hacer era seguir adelante. Pronto Grupo Frazier estaría a su nombre.

"Será un placer ayudarla a llevar el caso y a realizar los trámites correspondientes", contestó el abogado con un asentimiento.

En respuesta, Eunice sonrió.

Al ver el breve intercambio entre su hija y el abogado, Leonel y Deanna se enfurecieron, ¡ya que eran ellos quienes estaban a cargo de la empresa, no ella!

"¡Bah! Nunca lograrás tu cometido. ¿Quién querrá casarse con una mujer que ya tiene un hijo? ¿Qué tonto se enamoraría de una perra tan patética?", dijo Deanna en tono burlón, pues dudaba que Eunice pudiera encontrar un marido.

Tras escuchar las palabras de su esposa, de repente a Leonel se le ocurrió una idea. Entonces se volvió hacia su hija y, en un tono serio le dijo: "Te daré un día. Si no te casas antes de mañana al mediodía, perderás el derecho a heredar la empresa. Cuando eso suceda, seré el siguiente candidato en línea directa para convertirme en el sucesor. Grupo Frazier me pertenecerá y ya no tendrá nada que ver contigo".

Leonel estaba casi seguro de que Eunice no podría cumplir con su condición en un plazo tan corto y que ningún hombre estaría dispuesto a casarse con una mujer que tuvo un hijo fuera del matrimonio. Y así, Grupo Frazier sería suyo para siempre.

Cuando Eunice escuchó el plazo que su papá le dio, se dio cuenta de que sería casi imposible casarse en un día. Como no estuvo de acuerdo con la condición, comenzó a discutir con Leonel y su esposa.

Pero sin importar cuánto intentara disuadirlos, no había nada que pudiera hacer para que cambiaran de opinión. Al final, aceptó el plazo de mala gana.

Una vez que Eunice salió de la sala de reuniones, se sentó en el área de descanso y comenzó a pensar detenidamente en el asunto.

Lo más importante en ese momento era encontrar a un hombre que estuviera dispuesto a convertirse en su esposo. Supuso que no sería tan difícil porque no le pedía demasiados requisitos a una pareja. Mientras el hombre fuera de buen carácter y estuviera listo para casarse, ella no tendría ninguna objeción. Después de todo, ya tenía un hijo, de cuyo padre no conocía la identidad.

Pero si su plan fallaba y se le acababa el tiempo, ¿qué haría?

Preocupada y enfadada, la joven mujer no dejaba de pensar en una manera de lograr que sucediera un milagro. No obstante, poco después su cerebro se cansó y se quedó sin ideas. Para tranquilizarse, decidió ir a la cafetería que estaba al lado del edificio de oficinas.

Cuando llegó al lugar, pidió una taza de café latte. Con su bebida en la mano, examinó el lugar en busca de un asiento libre. Pero, para su consternación, todas las mesas estaban ocupadas.

Sin otra opción, decidió acercarse a una mesa donde solo se encontraba un hombre.

Como era perfectamente normal que dos extraños compartieran mesa en una cafetería, Eunice se acercó con una sonrisa amistosa.

Luego, cuando se paró junto al asiento vacío, miró directamente al hombre que estaba ocupado escribiendo en su computadora portátil. Agitando una mano frente a él, lo saludó cortésmente. "Hola. Disculpe la interrupción".

Eunice decidió esperar la respuesta del hombre, antes de preguntarle si podía compartir la mesa con él.

Sin embargo, cuando el extraño escuchó su voz, la miró con una expresión fría y sus ojos parpadearon con indiferencia. "Tome asiento".

Eunice se quedó atónita al escuchar la respuesta del hombre.

¿Eh? ¿Acaso ya sabía que quería compartir la mesa con él?

La mujer pensó que ese podría ser el caso, por lo que ignoró el extraño comportamiento del hombre y, felizmente se sentó en la silla desocupada.

En el momento en el que Eunice se acomodó y puso su bebida sobre la mesa, el hombre cerró su computadora portátil y la miró, a la vez que le decía:

"Ya que estamos en una cita a ciegas, déjeme presentarme. Mi nombre es Rodney Lawson y tengo veintiocho años. Trabajo como programador para una conocida empresa de TI. Poseo una casa, un auto y algunos ahorros. Parece muy atractiva y encantadora. En general, estoy satisfecho con su apariencia física. Si está de acuerdo, estoy dispuesto a casarme con usted. La razón principal por la que accedí a venir a esta cita a ciegas es que los miembros de mi familia constantemente me instan a casarme y a sentar cabeza. Si lo desea usted, podemos casarnos lo antes posible". Después de resumir su información personal y pretensiones, Rodney permaneció inexpresivo, esperando la respuesta de Eunice.

Al escuchar el discurso del hombre, los ojos de la joven mujer se abrieron como platos.

De todas las personas con las que podría haber compartido mesa, se sentó con un hombre taciturno que estaba buscando pareja. Incluso actuó como si estuvieran en una cita a ciegas.

Como si fuera un obsequio enviado del cielo, Eunice se encontró con un hombre que quería casarse lo antes posible.

Ese era el escenario perfecto para los dos, porque ambos eran solteros y compartían las mismas necesidades y pensamientos. Dadas las circunstancias, el plan de la mujer de casarse antes del mediodía del día siguiente podría funcionar.

Eunice observó la apariencia de Rodney con detenimiento, mientras sorbía su café.

El hombre tenía un aspecto atractivo y rasgos faciales definidos. Además, su ropa profesional y su aura de confianza en sí mismo indicaban que ocupaba un cargo alto en su empresa. A pesar de su comportamiento frío, era un tanto encantador.

Cuando Eunice volvió a mirarlo a la cara, notó que sus ojos y labios se parecían a los de su hijo Brent. Era innegable que ese hombre era muy apuesto.

Después de algunos segundos de observar a Rodney, Eunice tuvo una buena impresión de él. Llegó a la conclusión de que era un hombre adecuado para casarse. Con eso en mente, decidió seguirle el juego y presentarse.

Después de hacer algunos preparativos mentales, la mujer se enderezó y, con voz agradable dijo: "Hola, mi nombre es Eunice Moore y tengo veinticinco años. Solía trabajar como traductora remota y puedo hablar tres idiomas extranjeros. En estos momentos no tengo trabajo, pero después de resolver un asunto familiar, me emplearé. Referente a su propuesta; primero necesito dejar en claro algunas cosas. A decir verdad, me agrada su aspecto. Podría considerar casarme con usted, pero debe saber que tengo un hijo".

Eunice no tenía la intención de ocultarle nada a Rodney, de modo que le habló con toda honestidad. "Hace tres años me embaracé sin estar casada. Si tiene algún problema con eso, podría entenderlo...".

Antes de que la mujer terminara sus palabras, Rodney levantó la mano para detenerla.

A continuación, con calma dijo: "No tengo ningún inconveniente al respecto. Acepto su pasado y a su hijo".

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1 Capítulo 1 Recuperar todo lo que te pertenece2 Capítulo 2 Una condición sorprendente3 Capítulo 3 Acepto tu pasado y a tu hijo4 Capítulo 4 Podemos casarnos5 Capítulo 5 No tiene nada que ver conmigo6 Capítulo 6 El nombre me suena muy familiar7 Capítulo 7 Esperar a que vuelva8 Capítulo 8 No tiene nada que ver con ustedes9 Capítulo 9 La venta de acciones10 Capítulo 10 La única dueña11 Capítulo 11 Vas a estar conmigo12 Capítulo 12 Tu hermana ha vuelto a enfermar13 Capítulo 13 Somos una familia14 Capítulo 14 Extrañaba terriblemente a Eunice15 Capítulo 15 Mi esposa es la madre de los niños16 Capítulo 16 Bocadillo de medianoche17 Capítulo 17 Estás listo para conocerlo18 Capítulo 18 Por fin lo recuerdo19 Capítulo 19 Nuestra sociedad ha terminado20 Capítulo 20 Estamos ansiosos por verte21 Capítulo 21 La seguridad de la familia Lawson22 Capítulo 22 Una oportunista23 Capítulo 23 Brent tiene padre24 Capítulo 24 Una familia verdadera25 Capítulo 25 Grupo Frazier tiene prioridad absoluta26 Capítulo 26 Soy una mujer casada27 Capítulo 27 Mi socio28 Capítulo 28 Qué imbécil29 Capítulo 29 Nina vino a nuestra casa30 Capítulo 30 Alguna vez has amado a un hombre31 Capítulo 31 Estrella renunció32 Capítulo 32 Hagamos nuestro mejor esfuerzo33 Capítulo 33 Problemas en Grupo Frazier34 Capítulo 34 Hay algo más que necesito que hagas35 Capítulo 35 Nuevo proveedor36 Capítulo 36 No quiero volver a verla en mi casa37 Capítulo 37 Ninguna información sobre tu mamá38 Capítulo 38 Se ha visto afectado el Departamento de Proyectos39 Capítulo 39 Comer algo a medianoche conmigo40 Capítulo 40 Cómo quieres que te lo agradezca41 Capítulo 41 Asistir a la conferencia de negocios42 Capítulo 42 Una oportunidad de cooperar43 Capítulo 43 Me enamoré de ella44 Capítulo 44 Quería abofetearla45 Capítulo 45 Prométeme que tú y Brent estarán bien46 Capítulo 46 Planes por separado47 Capítulo 47 Más hermosa que nunca48 Capítulo 48 No discutamos eso ahora49 Capítulo 49 Crecer saludablemente50 Capítulo 50 La señorita Nina Pierce está aquí51 Capítulo 51 Tengo que contestar una llamada52 Capítulo 52 El niño se quejó con su papá53 Capítulo 53 Tienes algo planeado para mañana54 Capítulo 54 Entender la indirecta55 Capítulo 55 No estoy interesada56 Capítulo 56 Todavía recuerdas eso57 Capítulo 57 Cooperar con Grupo Pierce58 Capítulo 58 De qué estaban hablando ustedes dos59 Capítulo 59 Mi papá es un hombre muy ocupado60 Capítulo 60 No podemos ir61 Capítulo 61 Buenos días, papi62 Capítulo 62 Recuerdas63 Capítulo 63 Eso es imposible64 Capítulo 64 Armar un escándalo en tu empresa65 Capítulo 65 Dónde está nuestro hijo ahora66 Capítulo 66 Daniel no ha aparecido67 Capítulo 67 Tienes algo en mente68 Capítulo 68 Qué pasó con Grupo Frazier69 Capítulo 69 Puedo ayudarte en algo70 Capítulo 70 Colaborar con tu empresa71 Capítulo 71 Hola, señorita Pierce72 Capítulo 72 Estoy demasiado ocupado para hacerte compañía73 Capítulo 73 Acepto colaborar contigo74 Capítulo 74 Te ha ido muy bien últimamente75 Capítulo 75 Gracias por ayudarme76 Capítulo 76 Eres pura escoria77 Capítulo 77 Cena incómoda78 Capítulo 78 Iré a visitarte79 Capítulo 79 La ira del hombre80 Capítulo 80 La asustó81 Capítulo 81 Una pareja amorosa82 Capítulo 82 El plan de Brent83 Capítulo 83 Por qué Eunice era tan imprudente84 Capítulo 84 Me crees85 Capítulo 85 Mantén distancia con otros hombres86 Capítulo 86 Déjame en paz un rato87 Capítulo 87 Lo entiendo, mami88 Capítulo 88 Ya no te mentiré nunca más89 Capítulo 89 Quiero hablar contigo en persona90 Capítulo 90 No habrá ningún problema91 Capítulo 91 Pero podemos ser amigos en el trabajo92 Capítulo 92 Quiero verte93 Capítulo 93 Cooperar conmigo94 Capítulo 94 Qué quieres95 Capítulo 95 A qué se enfrentará la familia Lawson96 Capítulo 96 No lastimaré a Edgar y Kyla97 Capítulo 97 Sucedió algo bueno hoy98 Capítulo 98 El amigo de Brent en realidad era su sobrino99 Capítulo 99 Seguirán siendo amigos100 Capítulo 100 Rickey necesita transferirse a otra escuela