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Te Amare Por Siempre

Capítulo 4 Capitulo Cuatro

Palabras:2505    |    Actualizado en: 14/01/2023

mo tiempo que lo arrancaba. Elisa me dio un ridícul

uiero nada contigo. Solo es sexo, ya lo hablamos. No hay sentimientos que me aten a ti, no hay nada entre tú y yo

ó enfu

n gilipollas-mascul

si se tratara de una tentativa de arrepentimiento, porque se dio la vuelta y me miró casi

alto, pero no disminuí la velocidad. Al contrario, apreté los dientes y aceleré aún más. Si tenía algún problema con la carabinieri, más tarde lo

suficiente para ver cómo las miradas de los transeúntes que paseaban por las aceras se quedaban reflejadas en el retrovisor. No de

quilos por la avenida y tuve que ralentizar mi marcha para poder esquivarlos. Adelanté a varios vehículos rozando los retrovisores las calles era

enfrente ya se había llenado de coches que pasaban a toda velocidad, pero no me impor

is

os con un dedo mientras Vladimir detenía

que eres perfecta. Estarlo

los podía hacer una persona con las características de Vladimir.

jas de vivir ese infierno de relación que

o que se parecía a Leonado DiCaprio. La única diferencia era que Vladimi

en serio. Aunque la diferenci

ete años, Vladimir -l

nclinó hacia delante y me besó en la mejilla. -

ismo tiempo que descubría a varios g

po de hippies que se pasa la tarde fuman

ta del coche y apoyé los codos sobre la venta mientras insi

bias no seas

llo. La imagen no pudo haber quedó más imp

he antes que a estos ch

s algo, llámame

, te quiero

n te quier

o lo más rápido que pude y encontré el nombre de Evan parpadeand

lia y que me muero de envidia por ese cuerpazo que ti

lizando un tono burlón y

seguían o

es siendo la misma chica creída de si

rza. Comenzó a gritar mi nombre y a dar saltos. Varias personas nos miraban sor

ió a gritar aferr

amente pude detectar aquel a

l, la espera se me ha hecho eterna.

rte pero al salir tuve una charla motivacional con mi hermana-

suaves mechas amarillas sobre su color castaño. El flequillo también estaba retocado; se lo había cortado a la

el cabello? -pregunté

onrisa inclinando la

te

ueda

magen, y Rebeca y Ye

e asienta. Y por cierto, do

perando. Tengo muchas g

minutos que tardamos en llegar a la cafetería. No dejaba de contarme cosas sobre todos los amigos que había hecho, sobre los

l, seguro que te gusta -me aseguró Evan

ndos y dispensadores de helado de la época; paredes rojas, y sillas forradas de cuero. Daba la impresión de es

ró y sonrió

y esta canción -casi so

etes algo de swin

que l

a de caminar al ritmo de la melodía. De la mesa del fi

bien peripuesto. Llevaba el flequillo hacia un lado y el resto de su negro cabello engominado hacia atrás. Dos p

fotos! Y créeme, eso es muy difícil, no ver tu encanto -añadió tocando con su mano cada curva de mi cara como

ro no. No me

Evans, sonriente-. Específicamente los estudio,

medicina, escoges la más sencilla -dijo, irónicame

ntigo -continuó Rebeca. Vi enseguida que aquel muchac

s observaba cómo Rebec

tan deslumbrante ese azu

ne ese color...

que parecía ser Yesenia y yo observábamos cómo

-prosigu

sé de al

Qu

o -conte

Leon

eca Gambino. Aunque

el hijo pequeño de Rebeca Gambino entrara en nue

. -Rebeca levantó los ojos al techo,

si te estás preguntando si Rebeca es así siempre; la verdad es que sí,

esenia le proviene -dijo

imero le propi

encantaba su estilo. Vestía de una forma más urbana, aunque resultaba sensual y muy femenino y su cuerpo de verdad que provocaba. Se le notaba que era de una persona

xpli? -me preguntó Yesenia aferrándose a su bufanda

sobre él y esperaba

obar el helado Alejandro ib

con más gente de la que esperaba. El grupito de Elvis y sus muñequitas de porcelana

puñetazos. Cuando me detenía y me bajaba de mi coche me dio tiempo a ver que una de ellas saco

los brazos de Leonardo mientras Elvis le daba varios golpe en el estómago. Mi amigo Alexander tenía la cabeza de Billy bien aferrada entre su brazo y las costillas y no dejaba de darle puñetazos. Otro muchacho saltó sobre él, pero Alexander

nreía mientras los esquivaba con mucha facilidad a esos mequetrefes. Anthony era pequeño y mu

un muchacho que estaba entre el público, fuer

nas semanas con él, pero no era la primera vez que le rompía algo ya el vidrio se lo había cambiad

ea. Le arrebate el móvil y, con él, le di un puñetazo en la cara. El cayendo de espalda observa cuando su

ierna y la lancé contra su pecho con tal fuerza que lo tiré al suelo. Al caer, pude oír un pequeño gemido. No dejé que se leva

un en su estado pudo, sacó fuerzas de donde no las tenía para sujetarme y empujar

Aquel simple gesto hizo que yo volviera a darle otro puñetazo. Lo que no esperaba era que Billy se le escapa

lizaba por mi cara, pero eso no impidió que me lanzara sobre él. Rápidamente le

aba de las viejas había sido muy efectiva. Era el momento de salir cagando

mí con fuerza y

s, Alejandro! -gritó Alex

os, los gemelos y el muchacho

o! -chilló

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