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Mis tristes memorias azúles

Capítulo 5 Las noches en Coleia Aria

Palabras:1516    |    Actualizado en: 15/01/2023

estaba con los del consejo estudiantil, como era de esperarse. Mary había pasado mucho tiempo con el consejo estudiantil, tenía que trabajar duro, lo entendía, aunque

¡Venga, que he sido tonta! , como olvidar algo tan importante. Corrí hacía el edificio de clase. Las puertas estaban abiertas

mo si hubiera estado allí desde la mañana, estaba como

í? -Me preguntó

é alivio! por un momento pensé que las había perdido para siempre, las primeras cartas con Sherlie, y nuestro único contacto con el

ió sin voltearse. No respondí, solo caminé hacia la puerta para salir de

Dije mientras forcejeaba la

ije que la dej

de decir. Antes

nos quedamos enc

camina hacia mí. -Es por eso que siempre dejo esto abie

lpa. -Bajé la mirada. Estaba muy apenada, había cerrado la puerta sin pensarlo, lo menos qu

ré por la ventana.

erto? Estamos en el quinto piso. -Solo

me aquí encerrado y menos c

ces? ¡Intentaba ser am

muchas lo han intentado, es estúpido. -S

n el suelo, junto a la puerta en donde me encontraba parada. -Y si quieres, puedes tirarte desde un quinto pis

rse desde un quinto piso es de locos. -Miraba hacia la ventana como s

to miras afuera? -P

nterese. -Resp

i me imp

si no, no hubi

ví a caer a la realidad, de que

rme encerrada, ¡y menos con él!, en cambio, me encontraba encerrada en un salón de clases con el chico mas frio de la clase y me atrevería a decir el mas antipático y antisocial de todos, si alguien nos encontrara quien sabe qué pensaría al vernos, y sin duda, el que nos encuentren al sigu

rados y tu solo mires esa venta

esta. ¿Porque simpl

cuenta podríamos no salir hasta mañana en la mañana. -Levanté la voz. Zero se notaba despreo

cupa estar encerrado contigo, como si quisiera tener una radio humana taladrando

a? ¡No soy un

s callarte. No le ca

é porque t

o loco. Eres una máquin

na con la que quisiera estar encerrada. ¡Eres tan dese

tomó del brazo y de un tirón me levanto del suelo. Me recargó en sus brazos, mi corazón latía tan rápido como podía. Comenzó

? -Comentó muy seguro de lo que acababa de decir, cuando giré mi cabeza hacia un lado, el vací

arse de adelante hacia atrás provocándome más miedo del qu

No lo decía enserio! -

uieres que

imear, ¡con que clase d

serio. -Se dio media vuelta y me de

atas! -Dije mientras

das formas no te iba a soltar, no tengo

borde de la ventana otra vez. Así que simplemente me senté en silencio en un pupitre junto a la puerta, esperanzada de que alg

así pillarás un resf

mi? -Dije abrazándome a m

al menos eso me enseñó mi padre. -Dicho esto, se quito la chamarra y me tapó con ella. Parecía el típico comienzo de una novela r

sfriado, no será

interesa tu ayu

ero, lo curioso de esto, es que Zero no estaba en el salón. ¿Cómo había salido? me pregunté, y si salió ¿por que no me despertó?. No paso mucho desde que el conserje del colegio me encontró y me dejo salir. ¡Casi me castigan!

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