Mis tristes memorias azúles
estaba con los del consejo estudiantil, como era de esperarse. Mary había pasado mucho tiempo con el consejo estudiantil, tenía que trabajar duro, lo entendía, aunque
¡Venga, que he sido tonta! , como olvidar algo tan importante. Corrí hacía el edificio de clase. Las puertas estaban abiertas
mo si hubiera estado allí desde la mañana, estaba como
í? -Me preguntó
é alivio! por un momento pensé que las había perdido para siempre, las primeras cartas con Sherlie, y nuestro único contacto con el
ió sin voltearse. No respondí, solo caminé hacia la puerta para salir de
Dije mientras forcejeaba la
ije que la dej
de decir. Antes
nos quedamos enc
camina hacia mí. -Es por eso que siempre dejo esto abie
lpa. -Bajé la mirada. Estaba muy apenada, había cerrado la puerta sin pensarlo, lo menos qu
ré por la ventana.
erto? Estamos en el quinto piso. -Solo
me aquí encerrado y menos c
ces? ¡Intentaba ser am
muchas lo han intentado, es estúpido. -S
n el suelo, junto a la puerta en donde me encontraba parada. -Y si quieres, puedes tirarte desde un quinto pis
rse desde un quinto piso es de locos. -Miraba hacia la ventana como s
to miras afuera? -P
nterese. -Resp
i me imp
si no, no hubi
ví a caer a la realidad, de que
rme encerrada, ¡y menos con él!, en cambio, me encontraba encerrada en un salón de clases con el chico mas frio de la clase y me atrevería a decir el mas antipático y antisocial de todos, si alguien nos encontrara quien sabe qué pensaría al vernos, y sin duda, el que nos encuentren al sigu
rados y tu solo mires esa venta
esta. ¿Porque simpl
cuenta podríamos no salir hasta mañana en la mañana. -Levanté la voz. Zero se notaba despreo
cupa estar encerrado contigo, como si quisiera tener una radio humana taladrando
a? ¡No soy un
s callarte. No le ca
é porque t
o loco. Eres una máquin
na con la que quisiera estar encerrada. ¡Eres tan dese
tomó del brazo y de un tirón me levanto del suelo. Me recargó en sus brazos, mi corazón latía tan rápido como podía. Comenzó
? -Comentó muy seguro de lo que acababa de decir, cuando giré mi cabeza hacia un lado, el vací
arse de adelante hacia atrás provocándome más miedo del qu
No lo decía enserio! -
uieres que
imear, ¡con que clase d
serio. -Se dio media vuelta y me de
atas! -Dije mientras
das formas no te iba a soltar, no tengo
borde de la ventana otra vez. Así que simplemente me senté en silencio en un pupitre junto a la puerta, esperanzada de que alg
así pillarás un resf
mi? -Dije abrazándome a m
al menos eso me enseñó mi padre. -Dicho esto, se quito la chamarra y me tapó con ella. Parecía el típico comienzo de una novela r
sfriado, no será
interesa tu ayu
ero, lo curioso de esto, es que Zero no estaba en el salón. ¿Cómo había salido? me pregunté, y si salió ¿por que no me despertó?. No paso mucho desde que el conserje del colegio me encontró y me dejo salir. ¡Casi me castigan!