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Una Prometida Vendida al Millonario.

Capítulo 5 5

Palabras:1706    |    Actualizado en: 09/01/2023

omo en los cuentos de hadas, en donde la princesa se despierta por los hermosos rayos del sol, sintiéndose mejor qu

Maldije mientras

suena co

e. –Dije

Teresa, quién traía una charola de planta

orita Belle. –Dic

mientras movía m

la casa. –Me comenta mien

mis manos, p

fuera un detective, incluso cerrando un ojo

ara el dolor. –Yo solo asentí con la cabeza, p

larmas se prendieron ayer. –La jov

soy la comidilla

o río con su

ueda salir de la casa blanca, que de esta casa. Todo tiene alarma, ya que

e? ¬–Tenía que admitir que, aunque poseía un

trabaja nuestro amo? –M

abaja tú amo? –Le recalque

e la empresa Blatewi, que es dueña de una de las empresas de petróleo de México, sino que también es propieta

so? –Pregunté

ligo. –Dijo con

lonarios y de mafia. Era por eso que la casa estaba bien asegurada.

e despierta de mis pensamiento

Teresa me ayudo a bajar las escaleras, mientras que ca

arme con el joven Ferrería, quién desayunaba plácidamente mientras los rayos del sol, que entraban por las ventanas, lo iluminaban como un dios. N

? –De inmediato empiezo a sentir vergüenza, mientra

mida. –Comenté al ver mucha comida como fruta, diferentes huevos mexicanos, frijoles e incluso tortillas. El hombre estab

rle un poco de frijoles y comerla como si nunca hu

diato dejo de masticar de prisa, para tragar

ancia, no he comido ni un bocado. –Dije eno

espués limpiar su boca con una s

Belle, es mejor que

fortunada. –Parecía que no quería

debe metérselo en la cabeza. –Estaba tan enojado que incluso frunció su nariz

l hombre tenía. Sabía que ahora tenía que tener cuidado con mis palabras, ya que

caminar por la casa. Era tan grande pero no tanto como para perderme. Tenía una enorme sala con sillones grand

do oler el césped recién cortado, mientras que me encontré con varios arbustos en forma de casa, pájaros e incluso la cabeza de un perro. Era un hermoso lugar, hasta

para asegurarme de que fuera monedas, pero cuan

Ferreira, vistiendo ya un traje color café oscuro bastante a

ientras estaba sentada en

mi abuela, a solo pedir deseos. –Me comenta. –Me quería deshacer de esta, ya que mucha gen

e. De pronto siento como Alejando, posa su mano sobre mi hombro, llamando mi atenc

untó mientras su perfume

en mis manos, cerrand

elicidad en esta vida

moneda que cae directamente en el ag

staño. –Ahora ve a vestirte, te estará es

lo que visto? –Pregunté ponie

e momento no puedo jugármela, así que vístase y

uedo ver que el joven castaño estaba pidiendo un deseo, para después dejar caer su moneda al agua. Y mientras cam

rosa en sus manos, mientras que en el suelo hay unos hermosos tacones de color ro

o Teresa con una enorme sonrisa

nerme el vestido que me quedaba como un guante. Después me puse los z

s veces que llegue a salir, me encontré con mujeres vistiendo ropa tan elegante. Pero el vestid

izaba mi cabellera

–Tenía mucha curiosidad, ya

erminar de arregl

Ferreira. Recuerdo que mi madre maquillaba y peinaba a la ama Clar

la? –Pregunté

a es la madre

Seguía estando inte

y realmente elegante, p

mediato sentí presión po

l terminar, la joven le da media vuelta a la silla, para que pueda verme en el espejo. No podía creer que era yo, vistiendo un

nté a la joven sin esperar que

deé varias veces muy insegura, para después tragar saliva. Estaba nerviosa, pero al fin

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