El reino de las mariposas
ro al mirar al levantar la mirada hacia el balcón real observé que la expresión del emperador no era la que yo esperaba, no te
mí y resbalaban por mis mejillas ya no eran de alegría sino de miedo. Miedo a seguir siendo esclava, pero
la señorita Annelie Ro
mperador sino un joven a su lado que aplaudía energéticamente con una gran sonrisa, eso me dio fuerzas para retirarme s
ncipio el semblante de su arrugado rostro estaba inquebrantable, pero a medida que mi silencio se
s lo int
sé que lo intente, pero a e
ojos. Me sentía devastada no quería el consuelo de nadie, d
vo su pulgar en alto, era todo el ánimo que podía darme, camine de nuevo hasta el escenario con una sonris
gual que lo hizo conmigo, aún no tenían definido a quien apoyar, puesto que las dos teníam
artistas obtendrá la libertad absoluta. Se les entregará una pequeña caja de plata en la que podrán encontrar un obsequio de su Majestad, el emperador Jung.
perder, pero aún tenía las fuerza para mostrar una sonrisa sincera y detrás de él por fin llegaban las
nd Ga
resión de su rostro era seca, giro la caja, no había nada en ella. El público
ira
confiada en que ella sería la ganadora, su gran belleza deslumbraba ante las luces
blico observara su orgullo, sostenía mi más grande ilusión, la libertad. El público se puso de pie al percatarse que Almira había ganado la mariposa blan
elie
caja, lo sabía, pero el presentador había pronunc
unos cuantos minutos porque el público se sentía intrigado a causa mía. Me acerqué a la caja, vi en ella un reflejo desfigurado de mi rostro y así
e yo, hacía unos cuantos segundos. Una mariposa azul y un sobre con el sello imper
invitación
o, el público al igual que todos los que aún estábamos en el escenario hicimos una
ficaba, pero ahora tenía una invitación al palacio y todos parecían mirarme con mucha atención hasta
mirada de cientos de personas que se pr