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Deseo de lusturia sucia

Capítulo 5 5

Palabras:1428    |    Actualizado en: 03/01/2023

bía calentado cuando sus propios ojos

i sus ojos fueran sus manos y me estuviera

da y trabajosa, pero endurecí mis rasgos cuan

maculada amenazaron mi compostura. Esto fue peor que nuestros debates. Estaba pasando por

, susurró, de nuevo, tan calcul

l, observando su séquito, los Dioses American

voz profunda y fría de

as. En la frase latina usada en mí. Latín que él

en el e

bast

iera responder,

ojo. Arsen ni siquiera se molestó en mirarme dos

bras de él y yo

arrándome del brazo. "¿Cono

entes. “Solo

ni lo imaginé c

o

sí mismo que no me sorpre

adcliffe er

en b

y miré hacia arriba para v

sombría hacía que mi estómago se apretara d

Hawth

e quitarme los tacones. Una vez más, se requerían tacones par

edor cuando uno de los ca

Sus cejas se arrugar

en el mostrador de acero de

l ala derecha”, dijo.

o solo los hombres p

vía tenía tradiciones firmes y la creencia de que debería haber un lugar en el que no se permitieran mujeres. Era

y caminó a mi lado,

s blancas y limpias bajo mis pies. Si no iba

ápiz y encontré otra botella de

asillos, más pesado se volvía el peso. La grandeza del club de campo empequeñecía todas

, otros plagados

e vida caótico había formado mi determin

. Solo existió una ruptura simple entre el resto del club de campo y el ala masculi

habían paseado por estos pasillos, discutiendo la prohibición o la Segunda Guerra Mundial o incluso des

ba dentro

enos que e

erta y las habitaciones vacías. Retratos de hombres se alineaban en las par

n estar observá

mi recorrido por primera vez en Yale. Ta

taba cerrada y la luz brill

llos una vez co

e”, dijo

rreglé mi blusa

os dos o tres hombr

, solo lo

aba firmemente el pomo de la puerta, como

a pierna cruzada sobre la otra, la barbilla apoyada en la

voz tranquila, pero lo escuché. Escuché el silbido colarse a través d

, moviendo el dedo índice con el m

o y madera de roble oscuro y retratos de hombres más poderosos mirándome. La oficina estaba revestida de paneles de madera de

ó y por el brillo en sus ojos oscuros estaba claro

. No tenía sentido mentir, solo quedaría como un ton

oreaba que tenías un gran f

adie. La gente pensaba que yo era rico y que tenía familia en el sur de Franci

erentes hogares de acogida después de que mi madre muriera en u

susurré, pero no bajé la cab

a que me

descruzó las piernas

a ceja. "¿

ría de la gente, a Nathaniel le gustaba el silencio. Disfrutaba viendo a la gente retorce

pecho latía y me lamía los labios. Reprimiend

se torciera. "Sé que me odias. Puedo

ma. “Tal vez si no fuera

mesa cercana. Dejó que los cubitos de hielo golpearan el cristal, el sonido llenó la habitación tenuemente iluminada. “Ambos queremos

anta delicadeza, pero que despertaba una pasión impaciente dentro de mí. Eso era lo que pasaba c

ju

se

pe

ando y logrando mis sueños envi

oma que yo con

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