Un corazón entre tres

lo que deseaba. Su ojo derecho había sido poseído por un molesto espasmo nervioso y su voz interior gritaba fuerte haciendo eco en su cabeza con aquellos deseos asesinos

la boca con miles de excusas, dejando escapar de vez en cuando ris

par en forma de suspiro, ya no tenía caso seguir alargando más l

r de su amenazadora presencia. Sonrió intentando parecer lo más amable que le fuera posible tratando de ca

ede cometer un error, ¿no es así? -dijo tratando más de conv

pensarte esto! -juntó sus manos a modo de plegar

mión de la basura. Sus ropas, sus muebles, su cama. Todo estaba mojado y cubierto de lodo por la lluvia del día

ro de las cajoneras y que se mantuvieron ilesas de la potente lluvia que dañó el

a que por haber estado ausente unos cuantos meses cumpliendo con una orden ésta la creyera muerta, y que por esa tonta razón se haya hecho cargo de tirar todos y cada uno

quedarte? -preguntó co

problema, aunque había varias personas a las que podía pedirle hospedaje, creía un poco complicado que estos se lo dieran durante todo el tiempo que iba a

roblema con eso, así que descuide no es

tado un gran peso de encima. La chica tomó el pequeño bolso que había lo

dició

rtamiento detestable de aquella anciana, haciéndola por veces sentirse como una gran tonta y

ojos con

é que tendría

Suspiró ofuscada mientras se apoyaba contra la pared dej

ue de seguro podría otorgárselo sin mayor problema, puesto que su lugar como líder de la ciudad se lo aseguraba casi al

que llegó, había pasado una

a a irritarla bastante. Sonó un último toque, deteniéndose al ver que la puerta se abrió, una mujer d

e? -preguntó la mujer mientras arreglaba c

o con la orden que se me asignó ella alquiló mi departamento y ahora no tengo donde quedarme...-contestó la chica mientras la obs

a que prosiguiera mientra

ía saber si uste

nera estrepitosa mostrando la imagen de un hombre bastante

ras la sujetaba de la cintura y besaba su cuello. La mencionada observó al homb

mudeó la mujer mientras miraba el rostro de su e

, ¡Tristha es

ra de su párpado superior derecho. Volvió su vista nuevam

no sabía que usted estaba acompañada... -con esto ú

sel e

la joven chica a

spirara ofuscado para luego verlo entrar y murmurar entre dientes un

abra de esto, ¿me escuchaste?, porque si no -atinó a decir p

ola temblar. Apenas si pudo asentirle a l

expresó la mujer sin dejar de sonreír aterradoramente-. ¡Nos vem

había pasado y ella aún no tenía donde quedarse. Suspiró irritada y comenzó a caminar hacia la casa de a

ra que la recibiría con los brazos abiertos y le permitiría quedarse ta

estoy a punto de hace

flores. Sabía que a su amiga le encantaban los vivos colores y aromáticos olores que caracterizaban a estas, solía llevar su

n detenido. Parpadeó tratando de comprender a que se debía aquello y al hacerlo

que era u

movimiento irritante hacía que se exasperará mucho más. ¿Es que acaso

s a las que ella intentó recurrir, estuvieran con sus ¿parejas?, no significaba q

rías estar hacién

os, concien

parque, mientras dejaba escapar el aire cont

ristha e Irina, decidió ir a la casa de su antiguo maestro con la misma intención de pedirle ayuda, pero desafortunadamente no se encontraba ahí. Después decidió ir donde Tábata, pero ella tampoco estaba, ese mi

ese día no p

intió como sobre su cabeza comenzaban a caer pequeñas gotas, la lluvia se anunciaba paso encim

tienes la suer

firmó entre suspiros la joven de cabello

pedirles a ellos refugio de una noche parecía una idea muy buena en ese punto. Después de todo, no podría quedars

mucho más grande que su idea perfecta de poseer una cálida familia. Todo se veía exactamente igual, el vecindario Valswith se había mantenido intacto desde que se fue a aventurarse en la vida, irónicamente ninguno de sus progenitores se molestó en buscarla poco después de que se fuera, y suponía que les b

ste para abrirlo con cuidado de no hacer ruido. Siguió el caminito de piedra que daba hasta la

eerlo, quedándose paralizado sin poder hacer movimiento alguno. Buscando en sus recuerdos, entendía bien el porqu

, enarcados con su fruncido ceño y exteriorizando una firme determinación, su mano derecha se elevó y se acercó muy cerca del trozo de madera lista y dispuesta

a, Maylea, su madre con un sem

¿Qué haces aquí? -preguntó ce

iento -espetó

bajando su cara y

edo

sosamente sorprendid

a ella- No, lo siento, Maylea. Yo solo vine porque necesito un lugar donde pasar la noch

taba en el brillo de sus ojos verdes cómo los suyos propios, haciéndola aborrecerlos por tene

xterior. Sus ojos buscaron verlo rápidamente, estaba más viejo según recordaba, su cabello ahora se veía grisáceo y su piel ya no era tan tersa como antes. Él dio unos cuantos

te veíamos. ¿Qué haces aq

hospedaje -con

a mujer a su lado- ¿No vivías en la zona sur d

su ceño se frunció se retrajo- Ella no tenía noticias de mí y pensó que algo ma

encio que para Sissel fue

l hombre sin remordimiento en su

o igual a como lo recordaba, una mesa pequeña en el centro rodeada por muebles de color menta con estampando de flores rosadas. En las par

dónde está mi

gunda planta de la modesta casa, sus ojos de un verde oscuro se detuvieron abrup

bellos rosáceos-, has crecido

esa -dijo acercándose un poco hasta ella-. Tu cab

a comer -intervino la madre de ambas

o finalmente yéndose, por su parte Sissel se quedó parada en medio de la sal

he, pero lamento decirte

aún conservaba suficiente espacio para que ella y Shara tuviesen sus propias ha

tando su cuerpo en uno de los sofás-. La

con una de sus manos-¿Tú estás tratando de decirme que mi habi

r las cosas que ya no servían o que no se usaban, y bueno, tu no tenías intenc

o un almacén -culminó la oració

ría admitirlo y mucho menos delante de su viejo y odioso padre. Suspiró pesadamente llevando su mano detrás de su cuel

mportante ahora padre, pero

comer o se quedarán aquí todo el

os y suspiró por lo bajo, intentaría aguantarse un poco más, estando ahí dentro la sofocación era

asiento al lado de su hermana Shara quien sonreía genuinamente al verle cerca de ella, sintió conta

stado? -preguntó Sissel

y muy alta! -di

, me pasaste con creces! -ri

s bisabuelos, ellos eran tan alt

be ser genial haber heredado algo de ellos -volvió su mir

o su cabeza-. Debe se

sentía bastante agradable escucharlo viniendo de su hermana menor. Casi parecía indicar que así estaba

ías ido -Shara bajo su mirada, necesitaba decirle aquellas palabras a Sissel para hacerle entender que s

el cariño que sentía Shara hacía ella. Recordó como antes no le mostró apoyo en aquel entonces, cuando decidió que su mejor y única opción era a

y los reproches fueron sus platos de cada día. Siempre debía esforzarse el doble o el triple, solo para conseguir un "Bien hecho" de su parte. Con eso aún seg

ijo llamando la atención de la chic

hundida en la mesa-. Espero que a

más alegre-. Papá y mamá dudaban de que fuera verdad, querían que yo también dudara de ti y de tu determinación, así que cada vez después de la escuela me escapaba para ir a verte en las prácticas -miró el rostro de Sissel totalmente anonadado-. Podía notar fácilmente cuánto te estabas esforzando y volví

levemente por las emotivas palabras que nunc

epta, tonta. Si tan solo las personas supieran el poder que hay en esas palabras equivocadas, entenderían que son capaces de destruir su

aloraron. Fue ahí donde se detuvo, se cansó de tratar de arreglar las cosas no rompía, de buscar soluciones a problemas que ella

ó a decir devolviéndo

le pidió la cast

a para decir. Aún con lo que Shara ya había dicho, no negaron ni afirmaron nada, pero su silencio era suficiente para confirmarle que todo era verdad, y no esperaba que se disculpar

mida ya servida, un poco de arroz,

í, t

on una sonrisa, tomán

r unos cuantos minutos, hasta que la menuda de cabellera castaña no pudo seguir con el incómodo ambiente. Con

mirando genuinamente a su hermana mayor-. N

regañó su madre, recibiendo una mirada de reproche por parte de la ch

edes preguntar, trataré de responder a todas

ese tiempo. Era cierto que había cambiado y vaya, no podía esperar que se viera exactamente igual después de todo ese largo periodo que había

ando decidiste marcharte? -pr

castaña-. Pasé esa noche en el parque de Valswith, al día siguiente pensé que tendrí

ien? -pregunt

e sorprendió bastante al reconocer mi cara y claro que mi peculiar color de cabello, supo rápidamente que era l

uladamente atento a todas sus palabras. Podía notarlo, el leve interé

iciente como para que fueras reconocido por las cosas que llegaste a h

eticulosamente, tomó el vaso de vidrio y sorbió de él unas dos veces devolviéndolo a s

cía mi trabajo con dedic

-lo apoyó q

o de reconocimiento a ese que nunca supo hacer bien su papel de padre, ni siquiera pasaba por su mente la idea de tenerle un poco de respeto. La tensión se hizo cla

daste en ese lugar

ontestó la de ca

spués? -cuestionó c

a reclutamiento para alistarse en las filas de Ragesoldier, o al menos para quienes pudieran

hica más joven, entendiendo a la perfección a lo

firmó mirándole atenta-

Qu

e escuchó la voz ronca de su padre intervenir-, lo que Shara q

en una de las autoridades mas importantes de su ciudad. Sabía que estaba mal, pero le gustaba el haberle hecho interesarse en lo que antes él creía que no era mas que un

do-, y, de hecho, todavía sigo trabajando muy duro en ello para

-Shara soltó aquello de la nada, haciendo atragantar a su qu

egunta de su hermana sino por las graciosas rea

scuadrón Shara! -aseveró Mayl

o?! -replicó l

lo peligroso y riesgoso que es ser uno de esos Ragesoldier a los q

e razón, Shara

Pa

de la alterada castaña y la de sus padres-

rees capaz de pode

rosáceo volv

ndo de su antigüedad -respondió con su tono de voz calmado, pero divertido al mismo tiempo-. Por lo que es cas

onunció casi e

o lo hará -a

eas! - dijo Maylea

-refutab

a su lado. Tenía razón de preocuparse. Si bien, la labor que normalmente hacen como un Ragesoldier es resguardar la seguridad de la ciudad, muchas veces, po

a a cumplir con alguna de estas misiones clasificadas

eran encendidos para otorgarle ese tipo de preocupación, y de protecci

e trabajo no es algo que todo el mundo debería elegir, creo que ni siquiera yo estaba bien cuando tomé la decisión de hace

gracias -dijo Maylea, apoyando las

su madre por sus palabras dichas. Por su parte, Shara puso cara de puchero, confirmand

oídos de la aludida-. Escuché que te convertiste e

-contestó

ser magnifico ser estudiante directa de la person

uel hombre sucedidas ese mismo día, invadieron la memoria de la chica pelo rosa, esparciendo

sto que lo es, claro que hay veces en las que no

ndiendo bajo la enseñanza de la mujer mas fuerte que h

los constantes cambios de humor qu

enseña?! -se apres

puños y a manejar mejor mi resistencia -dijo

mujer- ¿Ahora sa

ir molestia por ese comentario. Bastante molestia, ¿quién

ero ya sé lo suficiente para estar calificada, pudiendo

ero después de haber escuchado la respuesta para ella, no tuvo de otra opción

rminaste pidiendo as

hoy mas temprano, me encontré con que no tenía donde vivir por un error de la encargada

o tiempo de preparar tu habitación para que durmieras con más comodi

-contestó es

uno de mis conocidos y al ver que estos no podían hacer

as el descontento de la chica pelo rosa y el silencio se apoderó de la mesa, no tenían nada que a

da mas que la suciedad, Maylea

ssel hasta la sala de estar -alcanzó a de

s losas sobre la mesa. Maylea regresó para tomarlos, luego d

graciadas y discretas carcajadas, olvidando por completo las palabras que causaron tensión antes. Pero solo ellas no les prestaron atención, porque si habían causado un imp

a la otra y guardando un silencio repentino, una vez las dos figuras de sus padres se hicieron presentes. La cara de Héller estaba seria, un sembla

a vieja el piso de su cuarto para que le hiciera de compañera a su hermana mayor. Eso fue suficiente para convencerla d

sofá...-objetó, regresando

o.

enarcó su ce

o no podrás que