Una Esposa para el Principe
an
NTE EN
punto de quiebre, y sobre todo de
itación, incluso mi grupo de lucha podría excluirme de los
ión de nunca acabar, porque, aunque fuéramos uno de las fa
más en todo el país que acarreaban con este destino, pero que a la larga solo er
ién había investigado y mi línea no pro
, era el que había dejado algo de legado, que, con lo
ngkor?, ¿Por qué este rey no podía sentarse a
entras el dedo índice me dolió. Ya había comido más de lo
o sé qué
vide, y no ha pasado nada... de to
l ceño,
tamos habla
ndo lo sabe aquí en
estado a espaldas de Akim...
lo di
preparada para la tarde... y ¿sabes otra cosa..
ran a Akim en estos momentos, odiaba que no me dieran los méritos de mis esfuerzos,
*
con bultos y una manta, y me apresuré en llegar
n decir una sola palabra, me pasó una capa, indicándome
sido cavados para pasar mercancía por tráfico, junto con personas
olar mis manos temblorosas, esperando que mi cabeza no apare
a larga se hicieron los de vista gorda, pero cuando me di cuenta de que estaba dentro del centro de Angkor y de que
.. esto es petición d
a la capa, entre tanto intentaban mediar, pero de pronto unos cuatro hombres llegaron a su l
hasta
iban a hace
ir por la mañana? -preg
e pasó una mirada larga esta vez
en.
pero aquellos hombres, me tom
a, entré
de esos hombres. Juraba que estaba con el
resistí por entrar al auto, que a la larga solo estab
ará nada... estas cosas debe
No había forma de que
general me miró por largo
del príncipe Farid, es él qui
ando escuché la mención, y aunque asentí con una mira
? -el hombre negó, pero inmed
en este
mayoría de veces escribiendo en su teléfono de última generación, por lo que solo decidí m
chofer cuando nos bajamos fren
jé rápidamente siguiéndole los
n siquiera saludarlo, e inmediatament
así que puse las manos atrás del metal, pero n
s solo podían vislumbrar lo nuevo, elegante y lo lujoso del lugar
d pasó la tarjeta, y
al final del espacio grande, exactamente en la ventana, un hombre con traje a espaldas,
cordaba un h
uerpo se congeló cuando se di
os pantalones de jean algo rasgados, y una camis
él solo se iluminaba por su p
kor... -en cuanto mis oídos registraron su voz,