La muñeca de Bratva

en P

y tan agotado que manejo con precaución de no ocasionar un accidente, cuando al

nstalo y seguramente ya desean que tome algu

avlov? —inquiere la

espondo más hosc

cia en el Hospital Bur

no es atender pacientes en el hospit

avlov y como usted es su único familiar no nos quedó más remedio que contactarlo —se explica la voz del otro lado, en este momento fren

a allá —replico en cuant

cepción pregunté po

sta vez manejo lo más rápido que puedo sin importarme

a prisa que ocupó dos lugares, bajo y corro hasta la recepción, una

las se tornan carmesí al verme, al igual que bate sus pestañas constantemente, rued

doctor Dobrow, soy

contrará la oficina del director, ya lo está esperando —me indica con rapidez, pero también su tono de voz ha

tro lado me permite pasar, observo al hombre detrás del

—me presento antes de

e tiende la mano y me indica que tome asiento—. Antes de que lo lleve a la

fruncido, el hombre lanza un suspiro y me observ

abeza, pero lo que más nos sorprendió es que con una herida en esa parte del cuerpo aún permanecía con vida, t

os al imaginar algo semejante, «¿Quién puede ser tan

or lo que es difícil para nosotros estar seguros si se trata del Corone

xpreso al tiempo q

sígame por fa

no, de ahí salimos a un pasillo amplio, un tanto lúgubre, con unas cuantas l

amiliares vengan a reclamarlos, se acerca a una de ellas donde se aprecia una etiqueta con la leyenda “Calidad: Desconocido, aunque posiblement

, tiene una cicatriz en diagonal en la parte interna a la a

tra más que mi tío, ese hombre que desde hace años se convirtió como en un padre para mí, cuando mis padre

nte a su oficina—. Hable con los altos mandos de Las Fuerzas Armadas, ellos se pondrán en contacto con usted para tratar el tema del Coronel, pero por lo

onerse en cont

norable y esperamos que su asesinato no quede impune. —Me tiende la mano a m

omo mi tío, él quien siempre fue un hombre ejemplar y que arriesgo su vida en innumerables ocasiones

motor recibo una llamada, sin dudarlo contesto

nte Pavlov? —pregunta una voz

el cuartel? —inquier

ido pésame. Soy el General Kazakov, me gustaría hablar con usted sobre el caso del

dirigía ha

s una hora después llego al lugar y en cuanto me reconocen me dejan pasar, a todos aquellos con los que me encue

Kazakov! —saludo en cua

rpeta de uno de los cajones de su escritorio, la cual me tiende—. Este es un caso que el Coronel estaba i

que ver con el as

comentó que ya había dado con su ubicación actual, sin embargo, me pidió esperar unos días para armar una redada y poder capturarla, pero como podrá

etos sobre ella, ni un nombre, edad, hombres de confianza, todo par

ender sus palabras, por lo que se explica—: lo que se sabe es que todos aquellos que la conocen quedan cautivados po

mi ti… el Coronel habí

able que haya tenido contacto con el Coronel y de esta forma él dio con su ubicación. Sé que es muy pronto para hablar sobre el tema, pero como podrá darse cuenta hay

omo usted mismo lo dijo

e usted es el más experimentado para llevar a cabo esta misión y tiene más conocimientos que e

para lograr ser el mejor, además de que si es verdad que esa maldita mujer fue la c

caso a

nte para dar a conocer su ascenso, por favor estudie cuidadosamente este caso, es importante para nosotros poder detener a esa mujer y a todos sus compinches cuanto antes. Y como s

aré de La muñeca de Bratva —susurro a la nada, como