Kaily y el señor Derek
Cap
Margarit
queda en manos de kaily. Es hora de poner manos a la obra, sin embargo no hay mucho qu
argo pensamiento y h
su interior suele tener un gran vacÃo, no cabe duda de que las casas suelen tener alma, al caer en momentos de tristezas o agustias el d
u al rededor por lo tanto ¡es momento de darle brillo a este luga
omentos. Se menciona Kaily asà misma. "Aún no comprendo como pueden existir tantas personas vacÃas de me
uja en donde se vive encerrado y sin salida. Perder el temor de romper aquellos patrones narcisitas que crean cadenas de inseguridades a nu
l mundo no serÃa nada. Todo se ha vuelto gris, en este mundo, sin pensarlo le hace falta un poco de chispa. Igualmente el amor se ha llenado de un vacÃo gris, y
do a pensar tales cosas como estas, en realidad él asp
mujeres el hombre perfecto es aquel tipo: apuesto, alto, hermosos ojos y hermosa sonrisa entre muchas cosas más. Mi prototipo de hombre se adapta más a un hombre int
o para que el señor Derek llegue a casa, como de costumbre l
de hacer una combinación perfecta entre sus colores y sabores. Con delicadeza corta cada uno de aquellos Vegetale
ara finalizar crujientes papas fritas. Espero que cumpla con
osa, aunque mi idea de defender a los demás es algo descabellado: me gustarÃa siempre defender a los culpables, por lo tanto ellos siempre tendrán
o asà como el ying y el yang, o como el villano de una pelÃcula, serie o n
lista, desde la cocina se desprende un sabor inconfundible de una delicio
eccione hermosas prendas de vestir. Ha llegado una nueva empresa que quiere negociar con (Textiles Mathison). No está demás c
jo Derek decide volver a casa para com
la atribución de cortar algunas Margaritas del jardÃn y colocarlas como centro de la mesa en un hermoso jarrón acompañadas de un candelagro con un par de velas y por lo tanto también está preparando un
ambiar totalmente el dÃa de una persona, llena
e pregunta a Derek
k, ¿desea
a gusto le
ida se ve asombrosa. Solo tengo que pedirte una cosa, retira el otro plato
gunta obedece a las ó
gracias a la señorita keily, sin más nada que decir, ya que de pronto es alguien que a penas conoce.
iene algo de dulzura en sus he